La vida no la ha tratado bien ni tampoco la profesión, aunque de ambas hable con sosiego y agradecimiento. Su carrera intermitente la ha mantenido en dique seco durante años y se han contado historias terribles de ella y de su familia. Por Virginia Drake.

Ahora, con motivo de su papel en la película Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia, Terele Pávez habla claro.

Ni sobre el escenario ni delante de una cámara pasa inadvertida, siempre erguida y desafiante. Es una actriz intensa, desgarrada, dramática es Terele Pávez, la de la mirada de fuego y la voz profunda. Fue la mejor Celestina sobre el escenario, la inolvidable envenenadora de Valencia, la Régula de ‘Los santos inocentes’ y también Pura, la madre de Antonio Alcántara en la serie Cuéntame pero nunca será la implacable Bernarda Alba que mil veces le han propuesto interpretar. A punto de estrenarse Las brujas de Zugarramurdi , la última película de Álex de la Iglesia que Terele protagoniza junto con Carmen Maura, pone los puntos sobre las íes a la vez que se muestra divertida, rápida e inteligente hasta el punto de desprender una ternura y un optimismo inusuales en los tiempos que corren.

XLSemanal. Antes de nada, ¿cómo está?

Terele Pávez. Sinceramente, muy bien. Personalmente, este es un momento bueno.

XL. ¡Qué gusto!, una persona que no se queja.

T.P. Es que hay veces en la vida en las que todo lo bueno importa y lo malo no importa nada.

XL. ¿Usted no lee periódicos, no sabe de corrupción, no tiene hipoteca ni familiares en paro ?

T.P. (Se ríe);. Hablo mucho con mi hijo de esto, y parece que estoy en una edad en la que lo malo no existe porque solo da pereza. Yo siempre he sido muy positiva.

XL. ¿Siempre?

T.P. ¡Hombre! Lo que no puedes ser es idiota y, si lo estás pasando mal, lo estás pasando mal. Cuando ha sido así, he apechugado con mis cosas, pero siempre con un punto muy positivo. Yo sé que el dolor existe, porque lo he vivido y lo he sentido… pero ahora estoy feliz, rodeada de amigos.

XL. La última historia truculenta que se contó de usted la situaba durmiendo con un mendigo en la calle.

T.P. La gente ha jugado con la historia de mi vida como ha querido. Lo expliqué en su día. Manolito era un amigo al que llevé un bocadillo. Yo había trasnochado y estaba cansada, me senté con él un rato y me quedé dormida.

XL. Por qué cree que le dan la vuelta a las historias .

T.P. De mí han dicho de todo, hasta que mendigo por los bares y me como las sobras de los demás. Eso es totalmente falso, nunca he pedido limosna, no soy una indigente y vivo con mi hijo, que no me ha abandonado jamás y con el que tengo una relación estupenda.

XL. Vive con su único hijo, Carolo, en la casa que les dejó su hermana Emma Penella, ¿le van bien las cosas?

T.P. Como a todo el mundo. unas veces, mejor y otras, no tanto; he tenido momentos difíciles, pero ahora estoy muy bien. Pero fíjate en que nadie dice que, en los últimos cuatro años, he hecho cinco cortos, dos funciones de teatro, un par de películas y he sido candidata a un Goya.

XL. Bohemia, libre y en casa con un hijo soltero, ¿cómo es esa relación?

T.P. ¡Estupenda!, aunque habrá quien piense cualquier barbaridad [se ríe]. Es una relación madre-hijo muy buena porque él se ocupa de mí y me acompaña casi siempre a todas partes. Pero ni he sido ni soy una madre absorbente porque siempre le he dado toda la libertad del mundo. Quizá por eso sigue conmigo [sonríe].

XL. ¿Lamenta no haber tenido un hombre al lado?

T.P. Nunca me interesó tener marido; he tenido mis historias, pero no marido. Desde muy joven sabía que yo no me iba a casar. Ya había visto mucho como para creerme que un señor me iba a amar eternamente. Oye, me da la sensación de que todo esto que estoy diciendo de mí puede parecer muy pedante. Estas cosas no las hubiera dicho hace veinte años ni hace diez, pero ahora ya

XL. ¿Estoy frente a una mujer fuerte que se pone el mundo por montera?

T.P. No es cuestión de fuerza, es un don; el don de estar siempre bien y de no exigir a la vida lo que no puede darte.

XL. Usted ha tenido una carrera tan apasionante como intermitente. debutó a los doce años con Berlanga en Novio a la vista

T.P. [Me interrumpe]. Sí, sí, sí, yo he sido siempre esa niña que allá donde iba la gente decía de mí lo mucho que valía, pero luego ahí se quedaba todo.

XL. Cuando triunfaba, dejaba el escenario durante largas temporadas, una y otra vez, sin mucha explicación. ¿Qué pasaba?

T.P. Pues que dejaban de llamarme porque yo era una persona muy antipática para mucha gente. Yo era una señora que, con 18 o 20 años, salía al escenario y solo con aparecer la gente se quedaba muda. Esta voz mía, que yo siempre pensé que era horrible, cuando la escuché en un escenario, dije: ¡Ostras, aquí la cosa cambia! Cuando yo salía a escena, lo llenaba todo de fuerza sin hacer nada.

XL. ¿Y qué pasó?

T.P. Pues que no caía bien a todas; yo no era ambiciosa, no quería ser protagonista, me conformaba con estar ahí. Tenía mucha afición, mucha alegría. A mí me quieren y me valoran mucho.

XL. ¿Dónde está el problema entonces?

T.P. Pues que había un tipo de actrices que no querían que yo estuviera ahí. Una era amante del director; otra, del productor y de pronto llega Terele, que no necesitaba nada de eso y, encima, no exigía nada especial… ¿lo entiendes?

«No me contrataban por envidia. Había actrices que no me querían. Y es que yo llegaba con un vaquero y un suéter… y no me hacía falta más»

XL. ¿Envidia cochina, más o menos?

T.P. ¡Claro! Y es que yo llegaba con un vaquero y un suéter y no me hacía falta más.

XL. ¿La vetaban porque era mejor?

T.P. No, ni siquiera me vetaban. no me contrataban, así de simple. dijeron que era la mejor Celestina que había sobre el escenario, pero no me volvieron a contratar después. E hice La casa de las chivas y no volví a hacer más, pese a que todo el mundo hablaba de mi interpretación. Y hago Los santos inocentes y no vuelvo a hacer más. Al final trabajan todos, menos yo. Y luego está lo que se contaba de mi padre

«Lo más terrible que me ha ocurrido es que dijeran que mi padre mató a Lorca. Hasta que se supo la verdad he sentido unos odios tremendos por eso»

XL. ¿Se refiere a que el historiador Ian Gibson señaló a su padre, Ramón Ruiz Alonso (diputado de la CEDA), como delator y responsable de la denuncia contra Lorca, así como de su detención?

T.P. Eso sí que ha sido grave, muy grave. ¡Para haberlo vivido! Fue un espanto. Por culpa de Ian Gibson hablaban de mi padre como «de ese individuo».

XL. Durante años se dijo que su padre fue el asesino de Federico García Lorca. ¿Qué sabe usted de lo que sucedió en aquella detención?

T.P. Sé que mi padre fue a casa de Luis Rosales, que le explicó a la familia que tenía orden de detener a Federico García Lorca, como estaban deteniendo a otros muchos. Es más, le ofrecieron un vinito y estuvieron charlando… y, cuando regresó con él, lo llevó al cuartelillo sin saber absolutamente nada de lo que iba a pasar después con Lorca.

XL. Las últimas investigaciones avalan lo que usted explica.

T.P. Sí, pero ahora parece que no hay tanto interés en que se sepa la verdad, es curioso. No hace mucho, me dieron un premio de teatro en Valladolid y me presentaron como la hija del político Ruiz Alonso. Se me saltaron las lágrimas, era la primera vez en mi vida que se referían a mi padre así. como el político, y no como el asesino de Lorca. Entonces pensé. Papá, lo hemos conseguido, ¡al fin! . No me lo podía creer. Fue una cosa preciosa.

XL. Siendo una mujer de izquierdas, debió de ser una pesadilla que dijeran eso de su padre.

T.P. ¡Pero si yo no he sido nunca ni de izquierdas ni de nada! Yo soy de una familia de derechas. Mi padre fue diputado de Gil Robles… Es posible que mi forma de vida se asociase más a la izquierda, pero es algo que nunca me he planteado.

«¡Yo he sido nunca de izquierdas! pero siempre fui libre: Nunca me interesó tener un marido. He visto mucho como para creer que un hombre va a quererte eternamente.»

XL. ¿Ha vivido la transición política sin significarse?

T.P. Totalmente, nunca he sido del PP ni del PSOE ni de nadie [sonríe]. Siempre he sido libre, tenía amigos con carné comunista y amigos muy de derechas. Y, además, siempre he sido muy creyente. Lo de Lorca ha sido lo peor que nos ha pasado. Yo he sentido a mi alrededor unos odios tremendos. ¡A mí me hizo un daño terrible todo eso! Yo me llevaba de maravilla con mis padres, con los dos, y con mis hermanas. Siempre hemos sido una piña, aunque, ya de mayores, teníamos nuestras diferencias.

XL. Entonces, ¿ya le toca hacer de Bernarda Alba? Ese papel que le va que ni pintado.

T.P. ¡Nooo! Me lo han ofrecido veinte mil veces, pero no lo voy a hacer nunca. Mi relación con Lorca se mueve en otro plano: somos cómplices, hablamos muchas veces y él me pide que no sea pesada y que interprete a Bernarda; pero él sabe, porque yo se lo he dicho, que nunca la haré, por el morbo y porque he sufrido mucho con ese tema.


PRIVADÍSIMO

  • Nació en Bilbao hace 74 años, pero creció y siempre ha vivido en Madrid, de donde se considera.
  • Es la hermana mayor de las también actrices Emma Penella, fallecida en 2007, y Elisa Montés, que fue esposa de Antonio Ozores.
  • Su apellido artístico, Pávez, proviene del segundo apellido de su abuela materna, Emma Silva Pávez, chilena. Se lo puso para distinguirse de sus hermanas.
  • De una saga de artistas, es nieta y bisnieta de compositores, aunque su padre se dedicó a la política.
  • Nunca se ha casado. Vive con su único hijo.
  • Ha estado nominada a los Goya cuatro veces.
  • Las brujas de Zugarramurdi es la quinta película que hace con Álex de la Iglesia. Es un amigo que siempre me rescata y cuenta conmigo .

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