Aplicaciones que nos permiten chatear con el horno, neveras que nos sugieren recetas para dar salida a los alimentos que están a punto de estropearse, raviolis creados por impresoras 3D, robots que cocinan con la precisión de un chef. No es el futuro. Ya están aquí. Por Daniel Méndez

En la cocina el horno del desayuno emitió un siseante suspiro, y de su tibio interior brotaron ocho tostadas perfectamente doradas, ocho huevos fritos, dieciséis lonchas de jamón, dos tazas de café y dos vasos de leche fresca. ‘Hoy es cuatro de agosto de dos mil veintiséis’, dijo una voz desde el techo de la cocina... . Así arranca el cuento Vendrán lluvias suaves, que el visionario Ray Bradbury escribió en 1920. Y unas líneas más abajo habla de un brazo automático que tira la comida sobrante, y «los platos sucios cayeron en la máquina de lavar y emergieron secos y relucientes». Más allá del menú -la OMS pondría el grito en el cielo con semejante desayuno- hay muchas coincidencias con cosas que en muchos centros de investigación ya se están desarrollando.

AL HABLA CON LA COCINA

Compañías como LG han desarrollado la tecnología HomeChat, que nos permite interactuar con nuestros electrodomésticos vía Line, una app similar a WhatsApp. O han dotado a sus neveras de cámaras para poder ver su interior desde cualquier parte: se acabó eso de estar en el supermercado y no saber si hay que comprar huevos o no. Pero no es solo eso: nos avisan cuando un alimento está a punto de caducar y sugieren una receta para darle salida antes de vernos condenados a tirarlo a la basura.

No solo se han sofisticado los aparatos, la propia cocina se ha vuelto inteligente. Basta con ubicar un tomate sobre el mostrador para que nos empiece a sugerir ideas.

Muchos desarrolladores coinciden en que la visión de la tecnología nos ayude a decidir el menú según los ingredientes con los que contemos en ese momento. Incluso hay quien ha puesto una supercomputadora a pensar en combinaciones novedosas. Así, el supercomputador Watson de IBM, cuyas capacidades de cálculo se utilizan en la medicina, se ha colocado también el delantal en el proyecto Chef Watson: sus ingenieros se han asociado con la publicación norteamericana Bon Appétit para desarrollar una app que analiza su base de datos -con más de diez mil recetas- y así generar inusitadas combinaciones de ingredientes. Ikea, por su parte, encomendó a diversos centros universitarios y estudios de diseño el proyecto de imaginar cómo serían las cocinas del año 2025 (un año antes del cuento de Bradbury). En sus varios proyectos, que se han podido ver en la Feria de Milán de este año, la propia cocina se ha vuelto inteligente. Basta con ubicar un tomate, por ejemplo, en la superficie de trabajo (nos quedamos muy cortos si hablamos de una mesa) para que la cocina empiece a sugerir ideas. Si colocamos unas patatas a su lado, quizá proponga unas bravas. Y, si la idea nos gusta, le damos a ‘aceptar’ -en una imagen proyectada sobre la propia ‘mesa’ y seguimos sus instrucciones. Para empezar a freír, basta con colocar una sartén encima. Un sistema de calor por inducción hará que el aceite empiece a calentarse, sin necesidad de fuego. ¿Magia? No, simplemente futuro.

Otros, como la empresa barcelonesa Reimagine Food, trabajan sobre impresoras 3D capaces de ‘imprimir’ desde los platos hasta la comida que ingerimos. Manejan robots que rastrean nuestros datos en la Red para sugerirnos qué tomar basándose en nuestros gustos y atendiendo también al valor nutricional de los alimentos.

EN BRAZOS DEL CHEF

Aunque hay quien da un paso más allá. Moley Robotics, una compañía británica comandada por el ingeniero informático de origen ruso Mark Oleynik, ha desarrollado un prototipo de robot que se encargará de cocinar por nosotros. Todavía no tiene un nombre comercial, pero esperan empezar a instalarlo a principios de 2018. En una conversación con XLSemanal, Alina Isachenka -gerente de operaciones de la compañía- explica que la gente suele tener una reacción muy emocional al ver a este peculiar chef en acción por primera vez. «El modelo replica a la perfección los movimientos de las manos, es algo muy humano». Este ha sido uno de los grandes retos. Alina cuenta que hubiese sido mucho más barato utilizar una mano artificial de solo tres ‘dedos’. En su lugar han optado por una mano artificial, dotada de 20 motores, 24 articulaciones y 129 sensores que imita los movimientos humanos. Así nos resultará más ‘amigable’. De momento, el robot solo puede preparar una receta -sopa de cangrejo, elegida por su dificultad: «Si puede con esta receta, puede con todo» , aseguran-, pero cuando se comercialice vendrá con dos mil recetas incorporadas y la capacidad de aprender a cocinar una infinidad de platos. Hoy suena a ciencia ficción. Pero en un par de años podría ser realidad.

Lo último para cocinar

Listo en 30 segundos 

Este dispositivo cocina con ingredientes deshidratados en tiempo récord. De momento, es solo un prototipo. www.geniethefreshway.com

Precisión 

Anova Precision Cooker permite cocinar a baja temperatura sin agobios, él controla la temperatura. Se ajusta a cualquier olla (208 ). www.anovaculinary.com

Poco hecho 

El termómetro iGrill se introduce en la carne y manda los datos al móvil. Se acabó estar abriendo el horno (79 ). www.idevicesinc.com/igrill/

Mastica despacio 

El tenedor Hapifork monitoriza el ritmo al que comemos y nos avisa si lo hacemos muy rápido (90 ). www.hapi.com

Horno inteligente

Sugiere el tiempo de cocinado de los platos. Disponible en primavera(1350 ). www.juneoven.com

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