Este madrileño de 25 años y 1,92 metros desbancará a Iker Casillas tras 15 años de reinado en la selección. Según los expertos, lo hará en la Eurocopa que empieza el 10 de junio. Ídolo del Manchester United, su equipo actual, solo le falta el reconocimiento del público español. Por Rodrigo Errasti
Estuvo en el Mundial de Brasil, pero se lesionó. Hace cuatro años fue citado a los amistosos en Austria previos a la Eurocopa 2012 y ahora su rendimiento, ese que, dice Vicente del Bosque, coloca a cada uno en su sitio, le hace ser el claro favorito para ocupar una portería que Iker Casillas ha defendido desde el año 2000.
«Los porteros no estamos locos. Al contrario. Hay que estar muy cuerdo para ponerte bajo una portería ante 90.000 tíos y aguantar la presión»
De Gea es el presente y el futuro de la selección, con quien ha ganado casi todo en las categorías inferiores. Es, junto con Manuel Neuer, Thibaut Courtois y Jan Oblak, el portero de referencia mundial. Nos recibe en su nueva casa de Manchester, donde es un ídolo absoluto y donde ha ganado tres premios consecutivos a mejor futbolista del club, un hito en la historia del club de Old Trafford. Una de sus paradas, además, ha sido considerada la mejor del año en la Premier League. «Ha sido, probablemente, mi mejor temporada con el United», dice el hombre que detuvo un penalti al belga Lukaku, del Everton, para llevar al equipo a su única final, la de FA Cup, en tres campañas. «¿Todo eso vas a preguntar? -pregunta bromeando al ver la lista de preguntas-. ¡Dale!».
XLSemanal. Dicen que es usted un fenómeno con los videojuegos. ¿Se ha puesto ya de titular en la Euro virtual?
David De Gea. [Se ríe]. Siempre soy de cogerme clubes más que selecciones.
XL. ¿Le insisten mucho con el tema de la titularidad?
D.G. Un poco. Yo voy con la misma ilusión de siempre, a intentar demostrar en cada entrenamiento que puedo jugar; ponérselo difícil al míster para que tome la decisión.
XL. ¿Le agobia más lo que sucede fuera del campo que lo que pasa dentro?
D.G. No, soy tranquilo dentro y fuera del terreno de juego. Me tomo las situaciones con calma, hay pocas cosas que me pongan nervioso, que me puedan influenciar dentro y fuera del campo.
XL. Dicen sus compañeros que una de sus virtudes es que nunca se acuerda de lo que ha pasado minutos antes.
D.G. Una de las claves es tener claro que lo importante es el siguiente balón. La clave de un portero es olvidar rápido el error o una buena parada, porque, si no estás concentrado, da igual lo que hayas hecho. puedes fallar. Hay que mirar siempre la siguiente jugada.
XL. El fútbol es muy cruel con los porteros, da igual lo mucho o poco que hayan aportado: un fallo los condena.
D.G. Al final puedes llevar cinco o seis partidos buenos, hacer varias paradas buenas, pero si fallas en el último minuto queda como un partido malo, como que el equipo pierde por culpa del portero. Es lo típico. Hay que convivir con ello, centrarse en el trabajo y en el presente, que es lo más importante.
«Mi padre fue portero y me enseñó a tirarme, salir o blocar. Pero sus mejores consejos fueron: ‘Trabaja, sé humilde, nunca olvides de dónde vienes y no te rindas jamás'»
XL. Si pudiera volver a empezar, ¿elegiría otro puesto?
D.G. Vete a saber, quizá ni jugaría al fútbol [sonríe]. No, en serio, es el puesto que siempre me ha gustado, aunque de pequeño me quitaba la espinita jugando a veces de delantero centro [en el colegio Castilla, de Torrejón de la Calzada] y marcando goles como todo el mundo quiere hacer, pero creo que he nacido para ser portero. No lo cambiaría.
XL. Para ser portero, dicen que hay que estar un poco loco…
D.G. Loco, no; pero quizá tener un carácter diferente al resto, sí. Quizá tengamos mentes distintas a las de los demás futbolistas, algo especial; no creo que sea locura, sino cordura. Hay que tener mucha para ponerte bajo una portería ante 90.000 tíos y aguantar la presión. Hay que estar mentalmente bien para estar ahí.
XL. Su misión es justo la contraria de todos los demás, cuyo objetivo es marcar goles…
D.G. Todo el mundo quiere ver jugadas bonitas, pero sobre todo goles. Nosotros estamos ahí para evitarlo, para que el equipo gane. Por eso dicen que, cuando somos los mejores, es mal síntoma. Somos los antihéroes, pero es la posición más bonita del fútbol.
XL. Su padre fue portero. ¿Eso le concedió ventaja?
D.G. [Se ríe]. Un poco. Me decía cómo tirarme, salir o blocar, pero en casa me dieron otros consejos importantes que te sirven en la vida: trabajar, tener humildad, esforzarte, ser responsable, tener siempre presente de dónde vienes y no rendirte jamás.
XL. Porque ahora usted lleva varios años de ensueño, pero cuando llegó la adaptación fue…
D.G. Dura. Pasé momentos duros y difíciles, los primeros meses no fueron fáciles, pero eso me hace valorar mucho más lo que he conseguido. Este tiempo me ha hecho madurar como futbolista y como persona. He aprendido a vivir con una presión terrible, con ella. Tienes en cuenta el apoyo de la gente que lo hizo desde el principio. Siempre es un orgullo para mí que se reconozca mi trabajo en uno de los clubes más grandes del mundo.
XL. ¿Siente que en España conocen su nivel? Muchos parecieron descubrirlo en sus partidos con España ante Italia y Ucrania.
D.G. Quizá no se sigue tanto el fútbol europeo como se dice. Creo que quizá llega a España el 20 por ciento de lo que pasa con los españoles en otras Ligas. Es una lástima, creo que hay jugadores nuestros muy buenos haciendo grandes cosas en Inglaterra, Italia, Alemania, Francia, pero no llega todo lo que debería llegar a España.
XL. Por el contrario, en el ámbito mundial son ídolos.
D.G. Sí, te llega, por redes sociales sobre todo, mucho más cariño y el calor de la gente desde otras partes del mundo -Asia, África, Latinoamérica, Oceanía – que de tu país. Es una pena, pero es así.
XL. ¿Cree que eso le está pasando a Casillas en Portugal? ¿Que le llega menos cariño y solo ruido?
D.G. El que hable mal de Iker se equivoca, es un grandísimo portero y yo, ahora que llevo varios años en un club de máximo nivel internacional, lo entiendo bien. Estar tantos años a ese nivel en un club como el Real Madrid es de valorar, nadie se tiene que olvidar de eso.
XL. Ese debate que existe quizá los perjudica a los dos. ¿Nota que hay gente esperando para criticarlos?
D.G. Los dos sabemos cómo nos comparan uno con otro, a ver si uno falla o lo hace el otro. Seguro que hay personas que desean que falle yo, que me vaya mal, y al revés. Esa gente te da fuerzas para hacer las cosas bien. Yo no compito contra Casillas, lo hago para demostrar que estoy preparado, que puedo ayudar a mi equipo. Al final somos compañeros, nos llevamos bien y cada uno intenta hacer las cosas lo mejor posible.
XL. ¿Pueden ser amigos dos porteros de un mismo equipo o de la misma selección?
D.G. ¿Por qué no? Esto es deporte; está claro que cada uno tiene que ganarse el puesto, y de portero solo juega uno. Pero nada más. Fuera del fútbol puedes ser amigo de cualquiera; yo he tenido en mis clubes muchos buenos compañeros porteros a mi lado con los que peleas por el puesto, pero con una amistad detrás. Sin reproches ni malas caras.
XL. Usted se llevaba de lujo con Valdés, por ejemplo.
D.G. Sí, y eso que no ha sido fácil para él su situación aquí, en Manchester. Siempre ha demostrado toda su carrera lo bueno que es y estoy seguro de que volverá a demostrarlo.
XL. ¿Con Casillas ha hablado de la titularidad?
D.G. Nosotros vivimos el presente y hablamos de nuestras cosas, pero no de lo que pasará en el futuro.
XL. ¿Tienen cosas en común?
D.G. El mus. Tuve que darles unas clases particulares en la última concentración a él y a otros para que aprendan cómo se juega [bromea]. Jugamos juntos y ganamos a San José y a Azpilicueta. Todo legal, ¡eh!, ni señas falsas ni nada.
XL. ¿Aún le da vueltas a lo que pasó el último día del verano pasado [cuando se frustró su fichaje por el Real Madrid en el último minuto]?
D.G. Ya lo he explicado otras veces, son cosas que pasan en el fútbol. Es agua pasada. Ahora, a seguir entrenando; me esfuerzo dentro del campo, que es lo que puedo controlar. Espero tener ese día más tranquilo este año y llegar a él como campeón de Europa con España.
XL. Le llegaría el runrún que había. Y los memes… ¿los vio?
D.G. Es verdad, no era fácil aislarse de todo lo que estaba pasando, es algo que puede pasar en el fútbol y pasó. Pero siempre hay que mirar hacia delante.
XL. No será fácil lograr otra Eurocopa. Ganar tres títulos seguidos parece algo quimérico.
D.G. La gente se olvida de lo difícil que es ganar, se acostumbra a lo bueno. Lo que ha hecho la selección española estos años es prácticamente inigualable. Hay selecciones muy potentes y lo normal, si echas un vistazo a la historia, es no ser campeón. Lo complicado es llegar a una final. Y después ganarla.
XL. En Inglaterra lo saben bien. Hace años que no llegan a una con estrellas mundiales…
D.G. Cada año, el fútbol está más igualado. El Leicester lo ha demostrado. dejándote la vida en el campo, con hambre por ganar y bien organizados, puedes ser campeón. Hoy en día, cualquier equipo puede ganar.
XL. ¿Le alegró la gesta del Leicester?
D.G. Evidentemente quería ganar yo otra vez la Premier. No me gusta que la gane otro. Conseguir la Premier es dificilísimo, hay que ser muy constante y que lo haga un club como el Leicester es de admirar. Ha sido muy merecida. Mucha gente está feliz por ello.
XL. ¿De pequeño se imaginaba estar aquí?
D.G. Sueñas con jugar al fútbol, como tus ídolos, pero sabes lo difícil que es llegar a este nivel.
En privado
- Un secreto para no perder la cabeza con la fama... «Lo más importante es mantener a tus amigos de toda la vida; esos no te fallan nunca».
- ¿Los echa de menos? «A veces sí, como a mi familia. Alguna de mi gente cercana se está buscando la vida porque no hay trabajo. Es duro».
- A usted de pequeño… «…Se me daban bien los deportes. ciclismo, baloncesto, tenis…»
- Un ídolo. «Rafa Nadal».
- Un deseo. «Ganar los títulos que me faltan: el primero, la Eurocopa».
- Un lugar de vacaciones. «Sierra Mar, en Alicante».
- Su música favorita. «Slipknot y Avenged Sevenfold. También me gustan cantautores como Andrés Suárez, Ismael Serrano, Paco Ibáñez y Silvio Rodríguez».
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