Ronda los 50 años, pero esta hija de salvadoreña sigue siendo un cañón. Christy Tulington se bajó de la pasarela a los 25 años y ahora recorre el mundo como embajadora de Biotherm y como fundadora de una ONG que ayuda a las parturientas. Por Fátima Uribarri

El concepto ‘top model’ se inspiró en ella, y en Naomi Campbell, Linda Evangelista, Cindy Crawford… Se convirtieron en estrellas, hicieron películas y firmaron contratos millonarios. De este mundo se bajó Christy Turlington en 1994, a los 25 años. Dejó la pasarela para estudiar Religiones Comparadas en la Universidad de Nueva York, luego se casó, tuvo dos hijos y se alistó en la batalla de la salud de las parturientas.

Recorre el mundo con Every Mother Counts (Cada Madre Cuenta), la ONG que fundó después de dar a luz a su primera hija. tuvo problemas en el parto, se salvó por parir en el Primer Mundo y decidió que también se salvaran el resto de las mujeres. También corre maratones, hace yoga, es dueña de una línea de cremas… Y no aparenta sus 47 años.

XLSemanal. Menudo cambio de vida el suyo, dejar la pasarela a los 25 años.

Christy Turlington. Pensé que era mejor dejarlo cuando yo quería a que alguien lo decidiera por mí. Además, aquello duró más de lo que imaginé.

XL. Lo dejó para estudiar Religiones Comparadas. Resulta bastante chocante.

C.T. Empecé a estudiar una licenciatura en humanidades con asignaturas de arte, historia, psicología… El arte me interesaba cada vez más y me di cuenta de que la religión era importante para comprenderlo mejor.

XL. ¿Por qué se especializó en religiones orientales?

C.T. Me empezaron a llamar la atención porque hago yoga. Me interesa conocer lo que nos hace diferentes a unos de otros y también lo que nos une, y eso es algo que está presente en las religiones orientales. He viajado mucho, siempre he querido saber del país en el que estoy, cómo es la gente, cómo se comporta, cómo reza, a quién venera; me resulta fascinante.

XL. Le impactó Afganistán cuando estuvo allí haciendo un documental sobre educación femenina para la televisión.

C.T. Mucho. Cuando fui, la guerra había empezado hacía poco tiempo. Había mucha acción en Kandahar, todo estaba muy revuelto. Solo el estar allí 24 horas al día durante tres meses, ver aquella realidad, a las familias regresar a sus casas después de haber estado escondidas, ser testigo de la vida de aquella gente fue fascinante para mí.

XL. ¿Cómo le afectó?

C.T. Hizo que valorara muchas cosas, como la educación. Sabe? Hay días que tengo que obligar a mis hijos a ir al colegio mientras hay sitios donde la escuela es un lujo. Es algo que realmente te sacude.

XL. ¿Se va a involucrar en la ayuda a los refugiados?

C.T. No de una manera específica, pero claro que estoy muy preocupada con este asunto. Trabajo en salud maternal y hay un punto de conexión con los refugiados. las mujeres desplazadas no tienen el mismo acceso a los servicios de salud. ¡Pero si es algo que vemos en el mismo Nueva York constantemente con los emigrantes!

«Conservo una costumbre salvadoreña: en casa celebramos Nochebuena»

XL. ¿A qué se refiere?

C.T. A que tienen miedo de decir de dónde son porque no tienen legalizada su situación. Es terrorífico. Mi madre emigró a Estados Unidos en los años cuarenta. La emigración es uno de los asuntos que más me tocan. Lo de Trump es realmente terrible.

XL. Su madre es de El Salvador, ¿usted habla español?

C.T. No, bueno… un poquito, pero no tengo fluidez, es una pena. Mi madre se integró bien cuando vino. Creo que es algo generacional, intentas adaptarte a tu nuevo país. Mi abuela no sabía inglés, pero nos comunicábamos muy bien sin hablar el mismo idioma.

XL. ¿No viajaban a El Salvador?

C.T. Íbamos en verano, pero nuestros primos querían hablar en inglés con nosotras, así que nunca llegamos a absorber la lengua.

XL. ¿Lo lamenta?

C.T. Ahora mis hermanas y yo queremos aprenderlo bien, pero cuando te haces mayor es difícil aprender otro idioma. Lo estoy intentando remediar con mis hijos. mi hija, que tiene 12 años, lo habla con soltura, eligió español en el colegio, le encanta y quiere practicar. Y eso es genial para mí porque me impulsa a retomarlo.

XL. Algo salvadoreño debe de haber quedado en usted.

C.T. Sí, que celebramos Nochebuena. Eso era siempre un gran problema para mi padre en nuestra casa y ahora para mi marido. siempre pregunta por qué celebramos la cena de Nochebuena en vez del día de Navidad como los demás. Así que tenemos este duelo anual y yo le digo: «No, no, nosotros celebramos Nochebuena. Es nuestra tradición».

XL. ¿Qué suelen hacer en Navidades?

C.T. Normalmente las pasamos en Nueva York y luego viajamos. El año pasado estuvimos en México la familia al completo, con mis hermanas y sus hijos también. pasamos unas auténticas Navidades mexicanas. Fue algo nuevo para todos, también para mi madre.

, New York, NY - 10/26/2015 - Christy Turlington Burns on a Photo Shoot in Soho -PICTURED: Christy Turlington Burns -PHOTO by: LISVETT SERRANT/startraksphoto.com -ETTv_246183.JPG Editorial - Rights Managed Image - Please contact www.startraksphoto.com for licensing fee Startraks Photo New York, NY For licensing please call 212-414-9464 or email sales@startraksphoto.com Image may not be published in any way that is or might be deemed defamatory, libelous, pornographic, or obscene. Please consult our sales department for any clarification or question you may have. Startraks Photo reserves the right to pursue unauthorized users of this image. If you violate our intellectual property you may be liable for actual damages, loss of income, and profits you derive from the use of this image, and where appropriate, the cost of collection and/or statutory damages.

XL. Usted empezó en la moda a los 14 años. ¿Le gustaría que sus hijos se dedicaran a ello?

C.T. Ni siquiera he pensado en qué me gustaría que trabajaran. Espero que tengan sus propios planes e intereses.

«Me gusta lo que soy, no añoro el pasado y no me obsesiona la juventud»

XL. ¿Preferiría que no lo hicieran?

C.T. No tengo nada en contra de ese mundo. Para mí fue una oportunidad para viajar y me dio independencia económica. Mis hijos viajan mucho y tienen muchas inquietudes, así que no tengo ni idea de lo que harán.

XL. El mundo de la moda y las pasarelas de ahora son muy distintos de lo que usted vivió.

C.T. No estoy involucrada, pero escucho lo que me cuentan quienes están dentro y me dicen que es muy diferente, lo que me parece normal, las cosas cambian y eso es bueno.

XL. ¿En qué es diferente?

C.T. Por ejemplo, cuando yo empecé, los fotógrafos eran mucho más mayores que nosotras y estoy segura de que ellos también recordaban tiempos pasados mientras que yo vivía todo aquello con enorme emoción.

XL. ¿Y ahora?

C.T. Sucederá lo mismo. Es muy difícil que permanezca siempre la misma gente. Y no se ven las cosas igual a los 16 años que a los 50.

XL. Pero ahora hay cosas nuevas, están los influencers, los youtubers, algo nuevo que fascina a los jóvenes.

C.T. Mi hija pronto se dejará influenciar por esas cosas, creo que le queda un año. ¡Uf, qué duro es ser padre! Espero que mis hijos se escuchen a sí mismos, intento inculcarles que tengan seguridad, que no se nutran solo de las opiniones de los demás, pero es humano que la gente joven se fije en el camino de otros para llegar a donde quieren llegar. Puede ser bueno.

XL. ¿Sigue en contacto con Naomi, Linda y el resto de las chicas?

C.T. Sí, pero no de una manera regular. Ellas no viven en Nueva York, pero sabemos las unas de las otras, nos escribimos en Navidad, nos felicitamos en los cumpleaños, de vez en cuando trabajamos juntas… No nos vemos a diario, pero somos amigas.

XL. Su hija colabora en Every Mother Counts.

C.T. Viaja mucho conmigo. Hemos estado juntas en Guatemala. Quiero que haga preguntas, que se informe, está en una etapa de cambio en su vida y creo que ahora es cuando comenzará a entender muchas cosas.

XL. Creó esta ONG tras saber que muchas mujeres no sobreviven a la hemorragia que usted sufrió en su primer parto. Se ha involucrado tanto en esto que ha estudiado un máster de salud pública en la Universidad de Columbia.

C.T. Entender sobre salud y reproducción es importantísimo en mi trabajo, es fundamental para entender el derecho a la salud de las mujeres, el que tengan oportunidades para elegir y acceso a los servicios de atención sanitaria. Es crucial que tengan derecho a protegerse a sí mismas y a sentirse saludables y seguras.

«La sociedad evita el dolor, prefiere ignorarlo y eso no es sano»

XL. En las mujeres de Occidente hay una obsesión por eludir la vejez.

C.T. No me preocupo demasiado de ello. Me gusta lo que soy, no añoro el pasado. No pienso en volver atrás de ninguna manera. Quiero vivir el momento en el que estoy ahora. Yo no estoy obsesionada con la juventud en absoluto.

XL. ¿A la sociedad sí le obsesiona?

C.T. Lo que le pasa a la sociedad es que busca evitar el dolor, prefiere ignorarlo, y eso no es saludable.

XL. ¿Cómo se mantiene así? Revele, por favor, su secreto de belleza.

C.T. No hago nada especial, en serio. Bueno, sí, hay un producto imprescindible para mí: la crema protectora para el sol. Adoro el sol y hago muchas actividades al aire libre como running, pero me protejo incluso en invierno.

XL. ¿Le da tiempo a correr y a hacer yoga? ¿Cuándo?

C.T. Por la mañana. Pero no soy muy madrugadora. Llevo a mis niños al colegio, luego voy a correr o hago yoga -alterno ambas cosas-, vuelvo a casa, me ducho y comienzo a trabajar.

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