Estudios recientes desvelan cálculos muy precisos en la obra de Miguel Ángel. Por M. Murillo

Veinte meses enteros estuvo Michelangelo Buonarroti pintando los 500 metros cuadrados del techo de la Capilla Sixtina del Vaticano. Según cuenta Ascanio Condivi su alumno y biógrafo, el maestro se pasó día tras día él solo en los andamios, dejándose la vista y aguantando las constantes presiones de su cliente: el Papa de Roma. El día de Todos los Santos de 1512, por fin, Julio II pudo contemplar la obra ya terminada. Y, según el relato de Condivi, no tardó ni un minuto en empezar a poner pegas. ¡No había nada de oro! Podría dar sensación de pobreza, protestó. Pero las personas representadas en los frescos eran pobres, le respondió el artista, ¡así que nada de oro! Mentía.

Los frescos contienen la proporción áurea, un número algebraico de la Antigüedad

En los frescos sí hay oro, pero de otro tipo: la proporción áurea. [Aúreo procede del latín aureus, que es o parece de oro]. La también llamada divina proporción es una regla geométrica que, aplicada a la composición espacial de las figuras en una pintura, le otorga a esta un equilibrio mágico, que en el fondo es puramente racional, calculado. El biólogo Deivis de Campos y su equipo de la universidad brasileña de Porto Alegre acaban de demostrar que Miguel Ángel aplicó este otro oro en la Capilla Sixtina.

El 'oro' oculto de la Capilla Sixtina 2

El techo de la Capilla Sixtina, pintada por Miguel Ángel, en el Vaticano

El equipo brasileño ha utilizado un programa informático profesional para medir y analizar los frescos con una precisión microscópica. Los resultados de esta investigación publicados en la revista Clinical Anatomy han demostrado que el artista no solo conocía a fondo la anatomía humana especialmente precisa en esta obra, sino que la geometría tampoco le era en absoluto ajena.


LAS MATEMÁTICAS DE LA CREACIÓN

Un número irracional

Si en la escena de La creación de Adán se traza una línea desde la mano derecha de Adán, en el extremo izquierdo de la pintura, hasta la punta del pie del Dios Padre, en el extremo derecho de la obra, las puntas de los dedos que se juntan en el centro de la representación ocupan una posición elegida de acuerdo con una medida conocida como proporción áurea. Esta se calcula mediante un valor descubierto en la Antiguedad llamado número áureo, que no se puede expresar con números enteros. Por ello, en el lenguaje de las matemáticas es definido como número irracional. no encaja en las medidas exactas.

Segmentos de una misma recta

El número áureo surge del vínculo existente entre dos segmentos de una misma recta.Su representación decimal es 1,6180339887498. No tiene periodo. Es como un pequeño infinito. Es posible que este carácter inconmensurable sea percibido de forma inconsciente por nuestro cerebro, y que ahí resida su magia estética y la razón por la que artistas de todos los tiempos lo han empleado.

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