Se sabe que sí, se puede morir de amor hasta tres años después de perder la pareja. Por E. F. 

El 40 por ciento de las mujeres y el 26 de los hombres mueren en los tres años siguientes a la pérdida de su pareja: de cáncer, del corazón, en accidentes o suicidándose. Así lo prueba un estudio de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, realizado con 58.000 parejas desde 1991. El estudio concluye que el ‘efecto de viudedad’ es más fuerte en los primeros seis meses, aunque puede durar una década.

Cuarenta personas murieron solo diez días después que sus parejas y al menos 12, en el mismo día. Algo de esto, se cree, pudo sucederle a esta pareja enterrada hace 6.000 años, hallada en Italia en febrero de 2007. Fue la primera de edad similar enterrada en un eterno abrazo de la que se tuvo noticia. Eran hombre y mujer y, se estima, jóvenes: conservaban casi intactos sus dientes. Meses después, en octubre de 2007, fue hallada en Turquía, otra joven pareja, también abrazada, y más antigua: de hace 8.000 años.

Según la neurología 

Las áreas cerebrales involucradas en la antigua felicidad nos llevan al desasosiego y los neurotransmisores, antes en altos niveles, desaparecen, generan estrés y elevan la tensión cardiaca. En la foto: los restos de una pareja de hace 6.000 años hallada en 2007 en Italia.

Según la psiquiatría

No se muere ‘de amor’, pero los efectos de la pérdida (depresión, adicciones, suicidio) llegan a aumentar hasta un 21 por ciento la probabilidad de morir.

Según la zoología

El mal de amor afecta también a los animales. En Borneo, en la reserva Tanjung Puting, preocupó durante cierto tiempo un orangután cuya empatía con su pareja era tal que, cuando no la veía, se negaba a comer.

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