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Cómo manipuló Hitler la celebración cristiana La cena de Navidad más tétrica

Las imágenes de las celebraciones navideñas de Hitler con sus hombres mientras sus ejércitos masacraban Europa forman parte de uno de los archivos históricos más tétricos. Durante doce años Alemania celebró una 'Navidad nazi' que conmemoraba el solsticio de invierno en lugar del nacimiento de Jesús, un niño judío. El 21 de junio cenaban en familia junto con  abetos con esvásticas en lugar de estrellas y  cantaban villancicos con letras nacionalistas.

El árbol de Hitler. Esta imagen estuvo muchos años oculta. La tomó el fotógrafo personal de Hitler, Hugo Jaeger, en 1941 en Múnich, con la guerra en su momento álgido.

Jueves, 23 de Diciembre 2021

Tiempo de lectura: 3 min

La cena de Navidad  de esta imagen poco conocida tuvo lugar en 1941, con la guerra en pleno apogeo. A pesar de haber iniciado el exterminio judío, de despreciar la fe y de promover la superioridad de la raza aria, el Führer decidió invitar a miembros de las SS y jerarcas nazis a esa cena navideña. La fotografía no se publicó hasta 1970, tras ser hallada en casa de Hugo Jaeger, el fotógrafo personal de Hitler, que la había ocultado con muchas otras al final de la guerra.

La imagen es chocante ¿Hitler celebrando la Navidad? Los nazis la aborrecían porque conmemoraba el nacimiento de Jesús, un niño judío. Quisieron abolirla, pero no era fácil en un país con mayoría protestante. Entonces, en lugar de abolirla, la nazificaron. La convirtieron en una celebración pagana y, por supuesto nazi. Es más, su potente máquina de propaganda aseguraba que la Navidad cristiana era una adaptación religiosa de una antigua celebración pagana germánica.

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Abetos sin estrellas.Los nazis conservaron el abeto como símbolo de su celebración 'navideña' porque era muy alemán y lo adornaron con esvásticas y bolas con el rostro de Hitler.

Para evitar alusiones a la Biblia –a la que la propaganda nazi llamaba 'enemigo' en enormes carteles– o a cualquier tipo de conexión judeocristiana, la propaganda nazi convirtió la Navidad en una celebración del solsticio de invierno.

«En 1938 se prohibió en las escuelas el canto de villancicos y las representaciones dramáticas navideñas y la misma palabra 'Navidad' fue oficialmente abolida durante la guerra para ser sustituida por Julfest», cuenta Richard Grunberger en Historia social del Tercer Reich (Ariel). Julfest hacía referencia a Yule, una celebración de los pueblos nórdicos, relacionada con la mitología germana y el paganismo nórdico.​​

La palabra 'Navidad' fue oficialmente abolida para ser sustituida por 'Julfest', una celebración pagana nórdica y germánica

Para empezar, la fecha más importante no era el 25 de diciembre sino el 21, el día del solsticio de invierno. El abeto sí lo mantuvieron, porque era muy alemán. Pero nada de adornarlo con estrellas: de sus ramas colgaban bolas con esvásticas o con el rostro de Hitler. Y para coronarlo, de nuevo la consabida esvástica o una 'rueda del sol'. Porque el sol sustituyó a Jesús como eje de la celebración. «El sol y el nacionalsocialismo renacían en diciembre», explica el autor de Historia social del tercer Reich.

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Odín a caballo reparte tanques. En vez de Santa Claus, el dios Odín –de aspecto muy parecido– viajaba a lomos de un corcel blanco repartiendo juguetes bélicos para los niños arios.

Fuera también Papá Noel o Santa Claus. En su lugar colocaron al dios Odín –de enorme parecido a Santa Claus con sus largas barbas blancas– una deidad nórdica con muchas facetas: dios de sabiduría, la guerra, la muerte, la magia, la poesía, la profecía, la victoria y la caza. «Los nazis defendían que Odín era el auténtico origen de la figura de Santa Claus», cuenta Richard Grunberger.

En lugar de renos y trineo, el Odín nazi viajaba en un precioso corcel blanco y también llevaba regalos a los niños, juguetes de temática bélica: soldados con la cruz gamada en los uniformes; tanques y bombarderos sobre todo.

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Pesadilla de Navidad. Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda nazi, celebra con dos de sus hijas –tuvo seis, mostrados por el régimen como ejemplo de raza aria– la Navidad de 1937. Los seis pequeños fueron asesinados por sus padres en Berlín el 1 de mayo de 1945, el mismo día en que, ante la inminente derrota nazi, Goebbles y su mujer, Magda, se suicidaron.

Los villancicos conservaron sus melodías, pero cambiaron las letras. Por supuesto no nacía el niño Jesús sino que «llegaba el tiempo de la Alemania nazi», explica Grunberger. En ellos se cantaban loas a los intereses nacionales y a Hitler. También se inventaron otros ad hoc: se hizo muy popular la balada Hohe Nacht der klaren Sterne ('Alta noche de estrellas claras'), compuesto por el escritor nazi Hans Baumann.

Y, según las instrucciones que se descubrieron en un folleto de 20 páginas en la ciudad de Dresde, debían entonarse canciones «germánicas» que ensalzaran la maternidad, las cosechas y la naturaleza. Incluía melodías que decían: «Una madre entra al mundo sola y está tan cansada como una piedra: pero un árbol crece alto, distante y pronto se convierte en su techo protector».

Y así, durante 12 años, de 1933 a 1945.