Por qué los jóvenes deben ir pensando ya en su jubilación
Invertir desde joven para la jubilación no es solo una decisión financiera inteligente: es una forma de comprar tiempo, tranquilidad y libertad en el futuro.

El mejor momento para ahorrar es ayer. Sobre todo, si lo que buscamos es vivir tranquilos mañana. Pensar en la jubilación antes de los 35 y empezar a invertir en productos de ahorro diseñados para tal fin cuanto antes no es algo exagerado, ni mucho menos, sino una decisión inteligente que puede reportar significativos beneficios y garantizar una buena calidad de vida en el futuro.
Porque de eso se trata, de que ese retiro sea una etapa tranquila. Y, aunque es cierto que suena aún lejana, no está de más prepararse y tener un buen colchón para evitar sobresaltos financieros indeseados. Y en este sentido, hay un amplio abanico de soluciones que se adaptan a los distintos perfiles de inversión.
Por un lado, están los planes de pensiones. Un clásico. El producto financiero más tradicional para complementar la pensión pública y el primer instrumento que viene a la mente cuando se habla de prepararse económicamente para la jubilación. Es uno de los más elegidos para este objetivo. No en vano su patrimonio aumentó en el segundo trimestre de 2025, según datos arrojados por INVERCO, en 2.084 millones de euros en comparación con marzo, y su rentabilidad, en términos anuales, se sitúa en el 4,4%. Sin embargo, no es la única solución disponible. Los planes de pensiones conviven con otras alternativas interesantes con ventajas fiscales como los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) o los seguros de ahorro a largo plazo (SIALP), por ejemplo. Precisamente porque las nuevas generaciones necesitan tener la seguridad de que podrán utilizar sus ahorros, si los necesitan, dan mucho valor a la flexibilidad.

Cuando uno se estrena en la planificación financiera a futuro no piensa en la pensión. Los objetivos son más a medio plazo, aunque su meta sea tejer una buena red de seguridad económica.
Entre las prioridades de ahorro de los más jóvenes destacan inversiones más inmediatas como la vivienda, por ejemplo. Un objetivo de ahorro que no tiene por qué estar enfrentado con la meta de una jubilación tranquila si se planifica la inversión con pequeñas aportaciones. Y ahí juegan un papel muy importante los simuladores, los asesores y las guías, que suponen un buen apoyo para comenzar.
En productos de ahorro para la jubilación, el tiempo no es un detalle: es la clave del éxito. Aporta rentabilidad, reduce el esfuerzo y mejora la seguridad.
El tiempo siempre juega a favor y supone, más aún en términos de inversión a largo plazo, uno de los factores decisivos para la rentabilidad. Permite ahorrar sin prisas y sin grandes cuotas, reduce el impacto del riesgo y maximiza el rendimiento con menos esfuerzo. Cuanto antes se contrate un plan de pensiones o cualquier otro producto pensado para complementar la pensión más fácil y cómodo será ahorrar, y también menos costoso.
Elige un plan adaptado a tu perfil
Para una persona de menos de 35 años aún faltan, presumiblemente, casi otros 35 para su jubilación. Un tiempo que le facilita planificar su futuro con tranquilidad y contratar un plan de pensiones u otro producto pensado para la jubilación y adaptado a su perfil, que le permita, no sólo ahorrar, sino también invertir para que el dinero crezca con los años. Para la tarea hay que determinar cuánto riesgo se está dispuesto a asumir. De esta manera, se podrá decidir entre productos con renta fija o mixtos, para perfiles más prudentes en los que prima más la seguridad; mixtos o moderados para aquellos que buscan el equilibrio entre seguridad y rentabilidad; y soluciones con alta exposición a renta variable (acciones y fondos globales) para aquellos que aceptan volatilidad a cambio de mayor rentabilidad.
La edad, en este caso, también es una ventaja si se quiere asumir más riesgo, porque hay margen suficiente para recuperarse de las posibles caídas y capitalizar las subidas.
Márcate un programa de aportaciones periódicas
Un plan de pensiones o cualquier otro producto para ahorrar de cara a la jubilación sin un plan de aportaciones es sólo una intención. Empezar pronto y aportar con constancia es lo que transforma un pequeño esfuerzo mensual en una gran seguridad futura. Aportar de forma periódica permite convertir el ahorro en una rutina y no en una decisión puntual. No se trata de ahorrar aquello que sobra, sino de destinar una parte de los ingresos a esa inversión.
Cuando se comienza joven y se hacen aportaciones constantes, los rendimientos se reinvierten y el crecimiento se acelera con los años, porque se activa el interés compuesto. De este modo, aunque se empiece con aportaciones de 30 o 50 euros al mes el tiempo hará que ese ahorro se multiplique. Y la constancia también consolida ese patrimonio, porque saltarse alguna aportación puede reducir de manera notable el capital final.
Busca asesoramiento personalizado
Empezar joven es una ventaja, pero empezar bien es lo que marca la diferencia. Un asesor te da claridad, evita errores y te guía para sacar el máximo partido a tu esfuerzo, ahora que el tiempo está de tu lado. Porque hay un amplio abanico de posibilidades en cuanto a productos de ahorro para la jubilación y no todos los jóvenes son iguales.
Un asesor puede ayudar a elegir una solución que se adapte al nivel de ingresos y la capacidad de ahorro, al perfil de riesgo y a las metas; orienta sobre cómo aprovechar la fiscalidad de estos productos; y ayuda a crear una estrategia a largo plazo. Además de los planes de pensiones, tu asesor te puede ayudar a encontrar otras “huchas” de ahorro hacia la jubilación, que también tienen ventajas fiscales, para que tus aportaciones anuales, si puedes, no se limiten sólo a los 1.500 euros que permiten los planes de pensiones.
En las más de 3.100 oficinas de MAPFRE podrás encontrar un profesional que te ayude a dar respuesta a esas preguntas y orientarte en tus inversiones.