Al borde del río Henares, un viejo molino del siglo XIV convertido en hotel ‘boutique’ rural ofrece a sus huéspedes grandes dosis de relax, un ‘spa’ muy privado, una cocina por descubrir y multitud de planes para el fin de semana.

En una pequeña finca llena de verdor, regada por el río Henares, que se bifurca hacia aquí por el caz que movía el viejo molino que da nombre a este hotel, se alzan dos edificios gemelos. La casa antigua del 1500 alberga nueve habitaciones, una de ellas con terraza privada en el tejado, y una sola suite. Aquí se mantiene cuidadosamente su ambientación tradicional, con puertas de cuarterones, suelos de madera de pino de tabla ancha, cuartos abuhardillados con vigas vistas y muchos enseres típicos que compraron a los antiguos propietarios. Junto a ella se levanta un edificio inaugurado en 2009, idéntico al original en su exterior, pero que dentro alberga todas las comodidades y el estilo actuales. desde un spa privado hasta siete suites, más amplias y diáfanas que las de la casa original, con modernos cuartos de baño, suelo radiante de frío y calor, salón con televisor, bar y un buen puesto de trabajo.

Eso es Molino de Alcuneza, el único hotel español en incorporarse en 2014 a Relais and Châteaux, una prestigiosa asociación que cuenta con 520 establecimientos en 60 países y cuyos chefs reúnen 323 estrellas Michelin. Flanqueado por un salón y un cuarto de estar ambos, con chimenea, el restaurante es el núcleo central de este hotel que dirigen los hijos de los dueños, que compraron la finca en 1994 y la rehabilitaron como hotel rural. Samuel, formado con Sergi Arola y los hermanos Roca, es el chef; Blanca, la directora y sumiller. En el restaurante solo se dan cenas al amor de la lumbre, con un excelente menú que cambia cada día. El festín empieza, por ejemplo, con corazones de alcachofa rellenos de manitas de cerdo; prosigue con pulpo ahumado al momento o tronco de cordero de la zona con cremoso de zanahorias y frutas pasas; y termina con cuatro propuestas de postres para elegir. Todo ello está acompañado de una investigativa selección de vinos de pequeñas bodegas difíciles de encontrar. A ello se añade la variedad de panes elaborados con su propia masa madre y las mejores harinas de la comarca.

La piscina exterior, el rumor del agua y el cuidado jardín crean un ambiente bucólico que atrae a multitud de aves que se refugian en la gran copa de uno de sus árboles como si fuera su hotel. Según sus dueños, este es un lugar donde disfrutar del lujo sencillo . Una buena definición.

Dónde y cómo

-Dirección. Ctra. de Alboreca, km 0,5. Sigüenza (Guadalajara). Tel.. 949 39 15 01. www.molinoalcuneza.com.

-Precios. Doble, de 143 a 183 euros. Suites, de 178 a 243 euros (desayuno incluido e IVA aparte). Restaurante, precio medio. 60 euros con vino.

Un lugar para

-Sumergirse en la historia. Tres ciudades monumentales están a poca distancia. Sigüenza (5 km), Medinaceli (18 km) y Atienza (38 km).

-Comer. En Sigüenza. Nola, tradición y modernidad (949 39 32 46); y El Doncel, cocina de vanguardia (949 39 00 01). En Medinaceli. El Aljibe. En Atienza. El Mirador (949 39 90 38).

-Hacer enoturismo. La Finca Río Negro (Cogolludo) ofrece vinos de altura y una experiencia diferente. www.fincarionegro.es.

-Visitar unas salinas. Las de Imón datan del siglo II y dejaron de funcionar en 2000.

-Avistar buitres. En Santamera, las buitreras se ven desde las hoces.

-Ver un molino en acción. El del hotel, que data del siglo XIX, se pone en marcha para sus clientes.

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