El dibujante Antonio Fraguas de Pablo, ‘Forges’, ha fallecido a los 76 años de edad. Medio siglo de viñetas sobre la historia de España tienen su nombre. Recuperamos esta entrevista que le hicimos al humorista gráfico cuando le concedieron el título Hombre del año. Por Virginia Drake

Es uno de esos pocos hombres que te mira constantemente a los ojos cuando te habla. Aunque asegura ser «más raro que el zapato de una rana», su conversación es elocuente y sus planteamientos descubren la enorme coherencia de un hombre sencillo, culto, y claro está, con enorme sentido del humor.

¿Qué milonga ha contado a las mujeres del Club 25 para que le hayan elegido Hombre del año?

Ésa es exactamente la misma pregunta que se hace mi mujer, pero la verdad es que me lo he trabajado muy bien; por lo menos doy el careto y, siempre que puedo, estoy en primera fila en todo lo que esté relacionado con el sentido común; y no hay nada con más sentido común que un ser humano femenino; el hombre no es más que una mujer imperfecta. Me parece que la frase es mía, pero no me hagas mucho caso.

¿No está resultando un poco pelota?

¡Que no, que no! Que es así. Lo que pasa es que el ser humano masculino, que es un ser humano majo, tiene en la cabeza unas neuronas que funcionan muy bien para unas cosas y muy mal para otras, y generalmente, tonto: perdió el paraíso terrenal, lo tenía y se lo dejó birlar hábilmente por cotilla.
¿También está en primera fila a la hora de planchar, cocinar, y lavar?
Vamos a ver. Yo no colaboro, yo comparto todas las tareas que puedo pero prefiero planchar que poner lavadoras, por ejemplo. Me parece más de dibujante planchar y, además, me parece un coñazo mundial -con perdón- lo de poner lavadoras, porque no lo entiendo muy bien. Las lavadoras se asemejan a una especie de vientre femenino que limpia la vida, algo muy complicado. Eso lo decía un capullo que no me acuerdo cómo se llamaba. ¿Entiendes?

No demasiado.

Otro ejemplo: a mí me gusta fregar, pero de rodillas, como se ha hecho toda la vida, a la vieja usanza; no me gusta fregar con el ‘mocho’ ése.

¿Y friega?

Cuando no hay más remedio [Se ríe]; lo que pasa es que normalmente no hace falta que yo friegue.
Por cierto, las mujeres de sus viñetas tienen a raya a sus maridos. ¿Nunca son cariñosas y tiernas?
Más bien los tienen a curvas. Pero es que, con lo capullos que son, ¿te parece que además las mujeres tengan que aguantarles, aunque sea leyendo tranquilamente un libro subidas en un sofá, con las tonterías que hacen ellos?

La inspiración es trabajar y trabajar para poder pagar una colección de facturas

¿El matrimonio es divertido después de 33 años de convivencia?

Sí, claro que sí. Pero es que no puede haber una pareja, un matrimonio, ni siquiera el de una religiosa con Dios o de un sacerdote con la Iglesia, si no hay sentido del humor por el medio, es algo completamente imposible.

Dicen que el sentido del humor es un atributo de la inteligencia. ¿Hay que ser muy listo para vivir de ello?

No. Yo creo que es un atributo del sentido común más que de la inteligencia. La inteligencia es muy fácil de camuflar con más de 8.000 palabras de léxico, una buena memoria y una mirada alicínica. Yo, de las tres cosas sólo tengo 9.000 palabras, todo lo demás es mentira; pero sentido común, creo que sí que tengo.

Y parece que no es precisamente el más común de los sentidos…

Ésa es una pregunta durísima en estos tiempos en los que hay más capulleros que sentidocomuneros. Hay mucho atontolinado inversor en Bolsa que se cree que la solución a su vida está en vigilar estrechamente a las cuatro de la mañana cómo ha cerrado el índice de Nikkei; lo que demuestra una gilipollez increíble, ¿entiendes? Y hay bastantes más de los que nos creemos.

Dicen que con la risa salen arrugas pero que es muy buena para la salud. ¿Nos quedamos con la sonrisa?

No, porque las arrugas que produce la risa son las mejores del mundo; yo no conozco a nadie que sea muy risueño y no tenga buena cara siempre.

Hace poco le vi aplaudiendo el discurso de la feminista Shere Hite cuando decía que había que bajar el sueldo a los hombres para subir el de las mujeres. ¿Está dispuesto a empezar por el suyo?

Sí, sí claro, totalmente; eso me parece lo normal y lo lógico. Mira, las personas femeninas que trabajan conmigo tienen sueldos bastante curiosos comparado con lo que es el mercado. Hay que reconocer que los hombres ganan mucho más que las mujeres y, además, sin ninguna razón efectiva.

¿Gana usted mucho?

Los humoristas tenemos un salario de risa pero, afortunadamente, de risa buena, ¿vale? Pero es que nos ha costado mucho conseguir el prestigio en nuestro trabajo, yo me lo he currado mucho y gano lo suficiente para tener cuatro hijos, hasta hace muy poco todos a mi vera, y haberles podido dar una formación intelectual y cultural prodigiosa. O sea: que gano mucho.

Su fuera ministro, estaría toda la noche en Tarifa o en Algeciras con mantas para abrigar a los inmigrantes

¿De qué se suele hablar a la hora de comer en su casa, cuando están todos reunidos?

Somos una familia muy atípica. En nuestras conversaciones siempre hay libros de por medio, discusiones sobre la historia de la humanidad y, a la vez que se ha enseñado cómo se cogen los cubiertos para comer, se ha aprendido a hablar latín.

¿Y se ríen mucho en casa hablando de temas como esos…?

A carcajadas. Además nos gusta muchísimo a todos jugar a inventar chistes de esos de «se levanta el telón y se ve.» Es una buena práctica de creación intelectual. Te voy a contar uno que nos quedó muy bien y se hizo muy famoso: «Se levanta el telón y se ve a una chica que llega corriendo a una peluquería en el momento en el que la peluquera está colgando el cartel de «cerrado», ¿vale? Entonces, la chica que llega hace gestos de que por favor le arregle el pelo, mientras que la de dentro hace gestos de excusa y se baja el telón. ¿Cómo se llama la película?»

No sé.

Pues ¡Ah!-Te-rizas-como puedas.

Hablando de películas y del Hombre del año ¿Qué tiene en común con Pedro Almodóvar y con Juan Luis Arsuaga para compartir este galardón?

Me parezco a Almodóvar en que cada uno hemos creado un mundo; y a Arsuaga, en que yo tengo también mucha inquietud en saber de dónde venimos. Es más, si fuese a visitarles a Atapuerca, me quedaría allí con ellos para siempre; no me sacaría de ese follón ni la Guardia Civil.

¿Es más inquietante saber de dónde venimos que a dónde vamos?

Sí, mucho más porque generalmente no vamos, nos llevan.

¿Y a usted quién le lleva?

En estos momentos, todos -chico o chica, da igual- tenemos tres aros en la nariz de los que tiran tres poderes supranacionales y nos llevan por donde quieren: por un lado el Banco Europeo; por otro, la OPEP, y luego, el omnipresente imperio de Estados Unidos que nos lleva también bien agarraditos.

¿Piensa que estamos irremediablemente globalizados?

No, yo no; yo no me dejo. Mis argollas están muy deformadas porque intento por todos los medios liberarme de ellas.

¿Qué es la inspiración?

Es una colección de facturas a las que hay que hacer frente imperiosamente en un plazo breve de tiempo; con lo cual no tienes más remedio que trabajar y trabajar para poder pagar eso.

Unos tienen muertos en el armario, otros salen del armario, otros lo tienen muy desordenado… ¿Cómo está su armario?

Creo que con algún jersey mal doblado porque yo me pongo histérico doblándolos, pero en mi armario no hay nadie dentro y suele estar bien organizado.

¿No le da pena no poder reconocer ya a sus paisanos por la matrícula de sus coches?

No, porque es muy fácil; no hace falta mirar las matrículas, te lo voy a demostrar: si el que va conduciendo tiene cara de tristeza tremenda, es un madrileño; si le ves cara de cabreo y de enfado, también es un madrileño.

Todos tenemos tres aros en la nariz. El Banco Europeo, la OPEP y EE.UU. nos tiran de ellos y nos llevan por donde quieren

¿Cómo le parece que es la cara de los vascos conduciendo?

Depende de ‘cuálos’: hay unos, muchísimos, que tienen una cara muy triste; y hay otros, muy pocos, que no tienen cara, que lo que tienen es un bloque de cemento armado.

¿Y los andaluces, los gallegos y los extremeños?

A los andaluces se les reconoce muy fácilmente; tienen una cara muy simpática y mucha gracia, pero nunca van al volante, esos siempre van en los asientos de al lado contándose chistes los unos a los otros; y currando también, ¿vale? Los gallegos, generalmente llevan matrícula argentina, cubana, chilena. Y a los extremeños se les distingue rápidamente: llevan matrícula de Madrid y tienen cara de felicidad porque tienen el privilegio de comer cuando quieren la torta del Casar, que es el mejor queso del mundo. ¡Qué cosa más rica!

¿Con quién o con qué se siente más comprometido?

Con los débiles que sufren. Yo soy tremendamente sensible y débil ante el sufrimiento de los demás.

¿Las lágrimas del humorista son tan tristes como las del payaso?

No, generalmente las mías son lágrimas de ira. El humorista es radicalmente más contestatario que el payaso y, ante la injusticia, el humorista se enfrenta; el payaso, en cambio, se va.

¿La política tiene gracia?

Rotundamente, no; ¡hay tanto sufrimiento en una patera.! ¿Cómo se puede ser ministro y dormir por la noche pensando que en ese momento hay 57 personas en medio de un oleaje brutal y a seis grados por encima de cero, que si se caen al agua se van a morir?

¿Qué haría si fuera ministro?

Estaría toda la noche en Tarifa o en Algeciras con mantas. Primero les abrigaría y después, me volvería de espaldas para que salieran corriendo. ¿Quiénes somos nosotros para impedir a seres humanos que huyan de la muerte y del hambre? ¿Europeos? ¡Pues menudo título si somos europeos para eso!

¿Un chiste es una broma?

No, un chiste es algo muy formal y muy cabal. Se pueden decir las cosas más altas, pero no más directas que a través de una viñeta.

¿Qué es el ‘animus jocandi’?

Es una protección del Derecho Romano que ha sobrevivido a los siglos y que para mí es el ánimo de hacer pensar. Reírse es pensar con la cara; todo el que se ríe, piensa. Otra de las formas de pensar , muy común, es llorar; y otra, es la que se hace con el cerebro.

Pero hay quien tiene la risa tonta y floja, y la lágrima fácil.

Sí, pero esos suelen trabajar de políticos.

¿Por quién suele perder usted el sentido del humor?

Por los animales de bellota en mal plan y que me perdonen los cerdos. Después de 4.000 años de intentar construir Europa todavía hay personas a quienes les gustan las cavernas y hacer sacrificios humanos a un altar, a un Dios que ha desaparecido ya de la faz europea y que se llama patria.

Como por ejemplo…

Estoy hablando del animal de bellota Milosevich, del animal de bellota que mande en estos momentos en ETA, del animal de bellota que manda sobre los algunos croatas…

¿Cómo es Antonio Fraguas cuando se enfada de verdad?

Muy mediterráneo, con una gran lucha por no perder las formas; pero hay veces que es muy difícil no hacerlo porque no puedo ser tolerante con los intolerantes; me resulta muy difícil. Con ellos, me paso de intolerante.

Tengo entendido que es un apasionado de las nuevas tecnologías.

Todo lo que sea avanzar tecnológicamente, aunque sea un capullo, me encanta, ¿vale? Tengo móvil de toda la vida y ordenador desde el 86. Si la técnica ayuda a la humanidad, es maravillosa y todo lo que no ayuda a la humanidad no es técnica.

¿Y si es algo que separa aún más a ricos y pobres?

Eso lo veremos y lo digo amenazadoramente. Yo lo que no voy a hacer es, por ser un intelectual o un poeta, dejar el trabajo sucio de manejar la Red a personas que pueden acabar influyendo en ella como les interesa. Los amanuenses que no quisieron aprender a ser cajistas, dieron la oportunidad a la Iglesia de hacerse con el invento de la imprenta y que ésta decidiera lo que sí y lo que no se publicaba.
No se puede dejar la red en manos de los economistas ni del capital. Internet tiene que ser un servicio a la humanidad que puede hacer libres a cientos de miles de seres humanos. Yo soy muy feliz habiendo hecho que lleguen ordenadores a países donde está prohibido conectarse a Internet; y no te voy a decir de qué países se trata.

¿En qué cosas ha cambiado con el paso del tiempo?

De pequeño era más bajo y me dolía de vez en cuando el estómago, ahora ya no me duele; hace siete meses he dejado de fumar, a lo bruto, sin parafarmacias, y me ha resultado muy fácil; y poco más, porque el pelo ya lo tenía blanco de joven y mi trayectoria sigue siendo la misma, aunque ahora quizá tenga algo más de sentido de la responsabilidad por lo que hago, porque mi trabajo lo ven millones de ojos.

¿Cómo se ve de abuelo?

No me veo, por ahora me voy librando; pero seré el peor abuelo del mundo porque en cuanto la niña o el niño cumpla un año le voy a regalar una moto.

¿Dónde se ubica el sentido del humor de los españoles: en la cabeza, en sus partes púdicas…?

Generalmente en un libro de alguien: hay gente que considera que el sentido del humor está en un libro de cheques que es el único que tienen; otros, que en su libro de familia, como los Reyes; hay quienes consideran que su sentido del humor está en un libro de estudio, por ejemplo de Metafísica; y otros consideran que el sentido del humor está en un libro de oraciones.

En el aspecto religioso, ¿es usted católico, apostólico y romano?

Yo diría que ¡jamás!, porque un ibero no puede ser católico, ni apostólico ni romano, porque un ibero es un ibero, es decir, la base del individualismo. Yo no soy católico, soy español, que es distinto. Mira, la diferencia entre un estadounidense, un británico y un español es que el primero confía en su Comunidad; el segundo, confía en su Estado; y el español, confía en Dios.

¿Y qué tal son sus relaciones con Dios, buenas, malas o regulares?

Yo no me meto con Él y Él también me deja hacer lo que me gusta; pero he intentado ir a verle muchísimas veces para que habláramos un rato. Pero lo cierto es que siempre que he llegado me han dicho que en ese momento estaba sacando al perro.

A mí lo que me han dicho es que Dios está siempre en todas partes.

Pues entonces, a mí me han mentido, me han engañado.

FORGES POR FORGES

«Nací en Madrid. Mi padre era funcionario, escritor y gallego; y mi madre, que hizo algún pinito como traductora, ama de casa con nueve hijos y catalana. Aunque no puedo pertenecer a nadie en exclusiva, mi primera novia es mi actual mujer, con quien llevo casado 33 años; una cordobesa con la que tengo cuatro vástagos, tres chicas y un chico. Soy del Athlétic de Bilbao, tengo 58 años y de pequeño veraneaba en un pueblecito de Segovia que se llama El Espinar y por eso soy de pueblo. No terminé el bachillerato, por lo que tuve que aprobar un examen brutal para que me dieran el título, aunque no fui a recoger la papeleta ¿vale? Empecé a dibujar y a vivir del humor a los 30 años, y el paisaje de El Espinar es ése que sale en mis dibujos por donde van los dos Blasillos, que somos un amigo mío y yo. El primer libro que recuerdo haber leído fue Primer amor, de Turgueniev, a los seis años. Me encanta la electrónica, la informática, arreglar una radio o un televisor, la radioastronomía, la física quántica, la fotografía, la poesía, las puestas de sol, los perros, las hormigas.Y los niños y los ancianitos».

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