‘La rueda del tiempo’

Hace años que murió Carlos Castaneda, sin duda el escritor más importante de la generación hippie, aunque nunca haya recibido el reconocimiento de la intelectualidad. Pero a Castaneda esto no le importaba gran cosa.

En su momento publiqué una columna con algunos pasajes de sus libros editados en Brasil, y fue sorprendente la cantidad de correspondencia que recibí después. Muchos preguntaban. ¿Pero él vivió de verdad todo lo que cuenta? . Personalmente, no tengo ni idea, y esto tampoco tiene mayor importancia, lo que cuenta es su manera de ‘repensar’ el mundo. Les dejo a continuación con algunos textos de La rueda del tiempo (The wheel of time, Laugan Productions), donde el propio Castaneda seleccionó lo que le parecía más importante de todo lo que había publicado.

Un guerrero acepta la responsabilidad de sus actos, inclusive los más triviales. El hombre común nunca asume sus errores, pero sí que se atribuye cualquier victoria, aunque esta sea más bien ajena. Es un ganador o un perdedor, y puede transformarse en perseguidor o en víctima, pero nunca llegará a la condición de guerrero, porque no lo merece.

Un guerrero, a veces debe estar disponible y a veces debe mantenerse oculto. Es inútil para un guerrero estar todo el tiempo disponible, así como es inútil ocultarse cuando todos saben dónde está escondido. Alternando la disponibilidad con la indisponibilidad, él no se cansa sin sentido y no cansa a los que lo rodean.

Para el hombre común, el mundo es extraño porque, cuando no está cansado de vivir, está sufriendo por cosas que cree que no se merece. Para un guerrero, el mundo es extraño porque es estupendo, pavoroso, misterioso, insondable. El arte del guerrero consiste en equilibrar el terror de ser un hombre con la maravilla de ser un hombre.

Los actos tienen poder. Especialmente cuando el guerrero sabe que cada lucha puede ser su última batalla. Hay una extraña felicidad en actuar con plena conciencia de que podemos morir al minuto siguiente.

Lo más difícil en este mundo es adoptar la postura de un guerrero. De nada sirve estar triste, quejarse o decir que alguien nos está haciendo mal. Nadie está haciéndole nada a nadie, y mucho menos a un guerrero.

La confianza del guerrero no es la confianza del hombre común. El hombre común busca la aprobación a los ojos del espectador, y a eso lo llama certeza. El guerrero busca ser impecable frente a sí mismo, y a eso lo llama humildad. El hombre común está ligado a sus semejantes; el guerrero está conectado al infinito.

Hay muchas cosas que un guerrero puede hacer, llegado un determinado momento, que no podía hacer algunos años atrás. No fueron las cosas las que cambiaron. lo que cambió fue la idea que el guerrero tenía de sí mismo.

El poder siempre pone al alcance del guerrero un centímetro cúbico de suerte. El arte del guerrero consiste en ser permanentemente fluido, para conseguir utilizarlo.Todo el mundo dispone de suficiente poder para conseguir alguna cosa. El secreto del guerrero consiste en desviar la energía que antes dedicaba a sus debilidades y emplearla en su propósito en esta vida.

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