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EL BLOC DEL CARTERO

1500

Lorenzo Silva

Martes, 26 de Julio 2016

Tiempo de lectura: 6 min

No es moco de pavo: 1500 semanas levantando una revista, y muchas de ellas en pleno declive del papel. Me permitirán los lectores que por eso felicite a mis compañeros que ponen en pie semana a semana XLSemanal con su trabajo y talento, pero también que felicite y agradezca a los lectores que lo hacen posible. De esa larga andadura a este cartero solo le corresponden 725 semanas, con esta, pero han sido un regalo y una de las mejores oportunidades de aprendizaje que la vida le ha deparado. Es un privilegio poder escuchar las inquietudes de tanta y tan variada gente y una responsabilidad, muchas veces dolorosa, escoger qué se publica y qué se queda no en el tintero, sino en la memoria de quien selecciona. Intentamos estar a la altura. Y lo que no sale, ténganlo por seguro, no cae en saco roto.


La carta de la semana

Responsables de nuestras vidas

Desoladoras las fotografías de Carlos Luján en el artículo Los neumáticos de la polémica. Traducen esa búsqueda de sentido del hombre de la que escribía Viktor Frankl. Sabemos que una gran mayoría de lo que nos ayuda a vivir influirá en la nefasta calidad de vida que sufriremos en un futuro. Y lo admitimos, porque no se puede cohabitar con el miedo. Sin embargo, la desidia, la carencia de responsabilidad, el desalojo mental en pos de mirar a otro lado del humano no justifi ca en ningún momento la barbarie de atentar contra todos, porque, en esencia, lo que podía llegar a suceder... sucedió, aunque fuera provocado. Y eso nos daña a todos, ambiental y económicamente. La vida parece en ocasiones absurda porque nos hemos desviado de ella. Como lo es ir por una hermosa avenida y meternos en un callejón sin salida. Y no, la vida no es absurda. Los absurdos son aquellos a los que les hemos dejado administrarla.
Por qué la he premiado… Por su mensaje pertinente, oportuno y necesario y por esa expresión certera, 'desalojo mental', que es para anotarla

A continuación el resto de las cartas de la semana.

La Historia

Soy profesor de Historia en uno de nuestros colegios, y estos últimos días de curso los ocupo en las tutorías y entrega de notas. Son días interesantes, sin duda, porque conocer a los padres ayuda a comprender mejor los comportamientos de sus hijos. Si una madre, con todo el respeto y la educación del mundo, te pregunta para qué sirve la asignatura, cuál es la utilidad de aprender los nombres de los reyes y las fechas de las batallas, que los niños se saturan con tanto dato innecesario, y además lo hace con su hija delante, comprenderán el escepticismo y el recelo de Paula cuando este verano, mientras sus amigos juegan en la playa, ella se pase la siesta recuperando la asignatura. Yo hice lo que pude, tomé a su madre a solas y le dije: «Señora, la Historia no sirve para memorizar datos, sirve para crear conciencia social. Para que su hija sea consciente de que está aquí de paso, que pronto le será entregado un testigo que deberá custodiar con diligencia y ceder a otros en un futuro no muy lejano. La Historia enseña cómo cumplir con ese cometido, mostrándole ejemplos de la negligencia de unos y el buen hacer y la valentía de otros. Porque todos están llamados a dejar un mundo mejor al que se les entrega, y para eso deben conocer lo que se les confía». Espero que hable con Paula. Carlos Guijarro (Murcia).

Donald Trump

La preocupación que denota Matt Damon por la posible llegada al poder de Donald Trump la compartimos muchos. Pero no es extraño en un mundo en donde el dinero ha aplastado la inteligencia, la profesionalidad, la dignidad humana o la ética y el esfuerzo personal. Cualquier cosa sucumbe al poder económico sin que nadie se oponga. Ya no existen políticos porque están pero no ejercen. Ellos son los que deberían haber puesto coto al egoísmo humano y han preferido poner la mano a ver que les cae. Por ello, Donald Trump, un supermillonario con, me fi guro, una cultura bajísima y peor educación, es lógico que llegue a gobernar. Para colmo de desgracias, el mundo tecnológico que llega necesitara mucho más de gente inteligente que manual, pero ya intentan eliminar las carreras humanísticas como Filosofía para que nuestros jóvenes cada vez piensen menos. Está todo pensado para que ese uno por ciento que tiene el cincuenta por ciento de la riqueza mundial se quede con el cien por cien. El enigma es dónde acabará un mundo así, en el que nadie hace nada para evitarlo. César Moya (Madrid)

Parábola de las carpas

Cuando las carpas, esos peces invasores, fuertes, rebeldes y astutos, llegaron a nuestras aguas dulces, no tenían ideología; si acaso, eran un pelín conservadoras. Y, sin duda, sabían ganarse el coscurro a su manera. En realidad, funcionaban como autónomas. Hasta el día en que surgimos los pescadores deportivos, y su vida cambió. Por el placer de pescarlas, comenzamos a ponerles el cebo; es decir, a ejercer en ellas una falsa caridad que ocultaba el anzuelo. Y claro, pasado el tiempo, acostumbradas como están a tan plácida existencia, vulnerables y confiadas, olvidaron a sus depredadores, que se están poniendo 'moraos'. Ya saben, siluros, y algunas otras especies. Enrique Cavero Cubero (Zaragoza)

Cien años de corrupción

Son las 2:17 del 27 de junio. Tras celebrar la fi esta de la democracia, me despierto aquejado de cierta resaca electoral. Desde mi butaca, acierto a divisar en el escenario a los que se erigen vencedores, haciendo gestos de exaltación desde un improvisado balcón. El proscenio lo ocupa un entusiasmado demos al grito de «vivan las cadenas». Ya no queda vino ni bailes de salón. Pero los desahucios, la pauperización del mercado laboral y la desigualdad continúan, amén de algún que otro sombrerito panameño. Como telonero que distribuye los capítulos de esta ominosa obra observo la gran crisis endémica que nos asola, que tiene un componente más axiológico que económico –y es que el segundo siempre fue tributario del primero–. A lo peor los culpables somos todos. Bienvenidos a la bancarrota de los dogmas. Tomen sitio en esta cíclica función que Unamuno ya diagnosticó como La noluntad nacional. Sergio Aguilar Lobato (Barcelona).

La inmediatez (o el mundo al revés)

Vivimos una época de acciones inmediatas, basta entrar en cualquier casa y oír al padre o la madre: «Fulanito, deja inmediatamente el móvil, ponte a hacer lo que tienes que hacer»; o a ese hijo al que le tienes que contestar antes de que acabe la pregunta. No sé si será debido a lo rápido que llega la información o, simplemente, es la época que nos ha tocado vivir, pero no me parece correcto. Sin embargo, hay acciones que no tienen nada de inmediatas, todo lo contrario. Por ejemplo, la mayoría de las resoluciones judiciales, formar gobierno, tomar medidas sobre la inmigración o una política de educación consensuada y duradera. No entiendo por qué en los temas familiares o cotidianos todo tiene que ser ultrarrápido y en lo relativo a la justicia y gobierno parece que estamos en Babia. José Luis Calvo Pérez

Víctor Barrio y los animales

«Ni DEP ni ostias [sic], se ha muerto intentando matar a un animal inocente, por cada toro debería morir un torero». «Tiene lo que se merece. Ni más ni menos». Comentarios como estos no son difíciles de encontrar estos días en las redes sociales. Es repugnante observar cómo estos individuos se regocijan en la muerte de un hombre por el mero hecho de tener posturas encontradas. El máximo esplendor del placer en la desgracia ajena. Tan cegados se encuentran que el fin queda justificado por cualquier medio. No es sino otra muestra de los efectos del radicalismo. Estos individuos son producto de una antitauromaquia llevada al extremo, para la cual la abolición de la tauromaquia aparece como objetivo sumo, superior por tanto a cualquier bien con el que pueda entrar en conflicto. A todos ellos siento decirles: han perdido la medida. Nunca la vida de un hermano valdrá lo mismo que la de un animal. Los que equiparan la muerte de un animal a la de una persona tienen más de lo primero que de lo último. José María Argüello Mur (Madrid)