Es la primera mujer en las altas esferas de la FIFA. Fatma Samoura, nueva secretaria general del máximo ente del fútbol mundial, trabajó 21 años en la ONU ayudando a poblaciones en países en guerra. Por Gerhard Pfeil y Michael Wulzinger / Fotos: Getty Images

Como secretaria general de la FIFA, la senegalesa Fatma Samoura, de 54 años asume un reto mayúsculo: reformar un organismo acusado de funcionar como una organización mafiosa, es una de las personas con más poder dentro del máximo órgano del fútbol mundial. Antes de que su presidente, el italiano Gianni Infantino, la eligiera para ocupar el cargo, Samoura llevaba 21 años trabajando para Naciones Unidas, donde fue coordinadora humanitaria.

XLSemanal. Señora Samoura, ¿se ha tenido que enfrentar ya al cliché machista de que las mujeres no pintan nada en el fútbol?

Fatma Samoura. Sí, todavía hay países donde se piensa que el fútbol solo es divertido si lo juegan los hombres. Trabajaré por cambiar esa situación.

XL. ¿Cómo?

F.S. Mi posición hace que se me escuche.

XL. ¿Se ve a sí misma como un modelo emblemático?

F.S. Es alentador que cada día haya más mujeres en puestos directivos. El tiempo dirá si soy o no una figura emblemática, pero sí puedo decirle que en Naciones Unidas fui defensora de las mujeres y en la FIFA también lo seré para que se les abran camino hacia los puestos más altos.

ZURICH, SWITZERLAND - OCTOBER 13: FIFA President Gianni Infantino walks with FIFA Secretary General Fatma Samoura at the FIFA headquaters after part I of the FIFA Council Meeting 2016 at the FIFA headquaters on October 13, 2016 in Zurich, Switzerland. (Photo by Alexander Hassenstein - FIFA/FIFA via Getty Images)

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, anunció el nombramiento de Samoura como su mano derecha

XL. Tras todos los asuntos turbios y escándalos diversos de las últimas décadas, la imagen de la FIFA no es precisamente la de la ONU del fútbol, sino más bien la de la mafia…

F.S. Irá a mejor, estamos en la senda correcta.

XL. ¿Qué la hace estar tan segura?

F.S. Las reformas avanzan a toda máquina y se han adoptado mecanismos de control que hacen imposibles las cosas que pasaban antes. Falta que las federaciones impongan estas reglas. Hay 23 miembros a los que no entregamos subvenciones porque hay en marcha procesos de investigación contra ellos o no cumplen los criterios pertinentes.

«Nunca percibí como un obstáculo mi condición de mujer ni de negra ni de musulmana»

XL. Como secretaria general debe garantizar, sobre todo, que la FIFA siga ganando dinero. Por ejemplo, con el Mundial de Rusia de 2018. A la vista de la geopolítica actual, ¿es un buen lugar para celebrar una Copa del Mundo?

F.S. Si mezclamos fútbol con política, es el fin del fútbol.

XL. ¿Cómo puede obviar que Rusia podría seguir arrojando en 2018 bombas en Siria y apoyando a los separatistas en Ucrania?

F.S. No se trata de Rusia ni de Siria ni de Ucrania. Se trata del Mundial; la gente quiere ver fútbol independientemente de la situación política. Si hay una herramienta en condiciones de transformar el mundo por su capacidad para movilizar a la gente y acercarla, esa es el fútbol. Un Mundial puede ayudar a traer la paz. Por eso, no permitimos que se convierta en un instrumento en manos de los políticos.

XL. En ese caso, el Mundial no debería celebrarse en Rusia. Para Vladimir Putin, este torneo -igual que los Juegos de Invierno de hace dos años- es un instrumento para demostrar su poder…

F.S. El único periodo de la Historia en el que no hubo mundiales de fútbol fue la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces ha habido muchas guerras, pero siempre se han celebrado. Y es lo correcto. También en Siria intentamos organizar amistosos. Allí viven personas que quieren ver fútbol. Les distrae. Así que hacemos todo lo que está en nuestra mano para llevárselo.

XL. Bajo el mandato del expresidente Sepp Blatter, la FIFA era una máquina de hacer dinero. Ahora, Infantino quiere generar mayores beneficios y aumentar los participantes en la fase final de 32 a 48. ¿De verdad creen que eso tiene sentido?

F.S. No se trata de generar beneficios. Si queremos que el fútbol evolucione y se convierta en un deporte global, entre el 30 y el 40 por ciento de las federaciones deben tener oportunidad de participar. Que haya más equipos representando a su continente solo es posible si aumentamos los participantes. Me encantaría que el Mundial lo ganaran países que no fueran Alemania, Brasil, España, Italia, Francia o Argentina. Sería bonito ver a un país africano, Senegal por ejemplo, como campeón del mundo.

XL. Mejor no apueste por ello.

F.S. En 2002 llegamos a los cuartos de final. En la fase previa habíamos ganado al campeón de Europa y del mundo, Francia. No estamos tan lejos de alcanzar ese sueño.

XL. Más equipos en un Mundial significa más partidos; habría que construir más estadios, el país organizador tendría que gastar aún más dinero… Es una locura.

F.S. Evidentemente, la sostenibilidad desempeña un papel central. Por eso, el Consejo de la FIFA ha modificado las condiciones para optar a la organización del Mundial; ya se pueden presentar candidaturas conjuntas. Incluso es factible un Mundial en tres países. De esta manera, África también puede tener oportunidad de organizar una Copa del Mundo.

XL. ¿Dónde?

F.S. No mencionaré países concretos. Pero hay uno que podría organizar un Mundial; naturalmente, con un socio.

MILAN, ITALY - MAY 28: Fatma Samoura, FIFA Secretary General arrives for the UEFA Champions League Final between Real Madrid and Club Atletico de Madrid at Stadio Giuseppe Meazza on May 28, 2016 in Milan, Italy. (Photo by Alexander Hassenstein - UEFA/UEFA via Getty Images)

Samoura es, además de la primera Secretaria General de la FIFA, la primera persona de África en ostentar el cargo

XL. ¿Su hija juega al fútbol?

F.S. Juega en el equipo de la Escuela Internacional de Zúrich desde hace dos meses. Se ha contagiado del virus del fútbol. Todo el tiempo me está mandando vídeos para enseñarme las cosas nuevas que ha aprendido.

XL. En España, muchos clubes ya no son capaces de absorber la cantidad de niños que quieren jugar al fútbol.

F.S. Estamos viviendo una explosión. En todas partes. También en África todos los niños quieren jugar al fútbol. Y se ve cada día a más niñas dándole patadas a un balón. Estoy convencida de que eso tendrá una influencia positiva en nuestra sociedad.

XL. ¿A qué se refiere?

F.S. Las niñas que juegan al fútbol aprenden a respetar su cuerpo. Eso, de alguna manera, las hace fuertes. En mi país, en Senegal, muchas chicas, cuando terminan la primaria, se embarcan en relaciones con hombres que les ofrecen dinero o les hacen todo tipo de promesas. Muchas se quedan embarazadas, dejan los estudios y pierden la oportunidad de tener un futuro. Las mujeres que juegan al fútbol no caen en esas redes porque, gracias al deporte, se han creado una autoestima. Aprenden a decir ‘no’ y siguen su propio camino.

En Siria intentamos organizar amistosos. Allí también viven personas que quieren ver fútbol

XL. ¿Cómo venció el reparto tradicional de roles en su país?

F.S. Nunca percibí como un obstáculo mi condición de mujer ni mi condición de negra ni de musulmana. Siempre tuve el apoyo de mis padres. Mi madre se casó muy pronto, pero siguió estudiando y acabó siendo profesora. Hizo todo lo posible para que yo pudiera crearme una personalidad fuerte. Mi padre era militar, oficial, luchó por la libertad en toda África. Siempre decía. «Si eres demasiado tímida, te hundirás en este mundo de hombres».

XL. Y encontró a un hombre que estaba de acuerdo con que usted quisiera emprender una carrera profesional…

F.S. Mi marido y yo crecimos juntos, estudiamos juntos en Francia, en Lyon. Allí tomamos una decisión. si uno de los dos veía la oportunidad de tener una carrera internacional, el otro trabajaría desde casa y se encargaría de los niños. Soy muy afortunada por tener un marido que lo acepta.

XL. En 1995 entró en la ONU. Ocupó distintos puestos para el Programa Mundial de Alimentos. ¿Cuáles eran sus funciones?

F.S. Estuve destinada en todas las regiones en crisis. Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Darfur, Afganistán, Timor Oriental, Bangladés, Nicaragua, Kosovo… Reunía transportes de ayuda, negociaba rutas seguras para convoyes, evacuaba a personas de zonas en conflicto, trataba con milicias que habían secuestrado a trabajadores de organizaciones humanitarias…

XL. ¿Cuál fue su misión más delicada?

F.S. No hay un ranking, pero en Afganistán la situación era tan crítica que en Kabul ni siquiera podíamos salir a la calle.

XL. ¿Temió alguna vez por su vida?

F.S. Sí. En 1996, en Liberia, en plena guerra civil. Organizamos un transporte de ayuda desde la capital, Monrovia, hacia Sierra Leona y lo detuvieron unos niños soldados de entre 12 y 14 años armados con AK-47. Exigían que les diéramos los alimentos.

«Hemos adoptado nuevos controles, pero hay 23 federaciones nacionales bajo investigación»

XL. ¿Qué hicieron ustedes?

F.S. Tenía indicaciones de no ceder inmediatamente. Pero cuando te encuentras delante a gente con armas, puede pasar de todo. En 2009 estaba en Darfur. Los rebeldes pararon nuestro convoy. No teníamos escolta militar. Un joven francés que trabajaba para una organización humanitaria cogió su mochila para sacar su portátil. Pensaron que tenía un arma en la mochila y le dispararon.

ZURICH, SWITZERLAND - MAY 30: Jerome Valcke, FIFA secretary general, attends th the FIFA Post Congress Week Press Conference at the Home of FIFA on May 30, 2015 in Zurich, Switzerland. (Photo by Alessandro Della Bella/Getty Images)

En anterior secretario general, Jérôme Valcke, fue suspendido acusado de fraude en la venta de entradas de Brasil 2014

XL. ¿Cómo se negocia con los ‘señores de la guerra’?

F.S. Tienes que mantenerte firme. En realidad, las posiciones eran siempre las mismas. nosotros queríamos negociar un corredor seguro para llevar la ayuda. Los combatientes querían quedarse con parte de los envíos para venderlos. A veces, las conversaciones se prolongaban durante horas. Cuando no había acuerdo, los convoyes no circulaban. En ocasiones ni siquiera era posible negociar. Si las milicias tendían una emboscada a un transporte y decían que la comida o nuestra vida, ya no había nada que discutir.

XL. En la ONU tenía perspectivas de ascenso. ¿Por qué ha optado por la FIFA?

F.S. Tengo 54 años. Me parece una buena cosa dejar de oír disparos a mi alrededor.

Si queremos que el fútbol sea un deporte global, deben participar más países en los mundiales

XL. Después de que Infantino la presentara como secretaria general en mayo, sus críticos dijeron que era una marioneta…

F.S. Ajá. Y a una mujer tan débil le han permitido trabajar en la ONU, en una tarea que consiste en salvar la vida de seres humanos tomando decisiones acertadas? ¡Por favor!

XL. Ahora, su vida gira en torno al fútbol. ¿No se trata de algo demasiado banal para usted?

F.S. Para mí, la FIFA es la ONU del fútbol. Hay temas similares. igualdad de derechos para las mujeres, lucha contra el racismo, contra la corrupción… Tenemos temas relacionados con derechos humanos, como la situación de los trabajadores en las obras del Mundial de Catar. Con el fútbol se pueden cambiar muchas cosas. Las chicas se hacen más seguras de sí mismas. Los hombres aprenden a afrontar las derrotas. El fútbol es una gran escuela de la vida.

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