Klaus Schwab decidió, hace casi 50 años, reunir a la plutocracia para debatir sobre el futuro en Davos. Y allí nació el Foro Económico Mundial. Por Ixone Díaz Landaluce

Nacer en el periodo de entreguerras marcó el carácter y el destino de este profesor alemán de Economía. «El legado de las dos Guerras Mundiales tuvo un gran impacto en mí. Pronto, me interesé por la reconciliación y el diálogo. Teníamos que crear una nueva Europa basada en esas dos premisas». Con esa filosofía en mente, este doctor por duplicado (en Economía e Ingeniería Mecánica) y con un máster en Harvard puso en marcha en 1971 el Foro de Davos. A aquella primera reunión asistieron 444 personas. Hoy son más de 2500 los invitados de todo el mundo que desembolsan 20.000 dólares por cabeza para codearse con un popurrí de personalidades: desde presidentes hasta intelectuales, pasando por activistas, líderes religiosos, artistas o premios Nobel.

Presume de su independencia, pero asesora en Silicon Valley y al Banco de Kuwait

Muchos lo consideran un templo del capitalismo en el que un grupo de plutócratas decide el destino del mundo, pero Klaus Schwab defiende que el principio de Davos es otro. Su lema lo resume bien: «Comprometidos a mejorar el estado del mundo». Él fue el primero en comprometerse. «Yo hubiese tenido un gran potencial en el mundo de los negocios, pero el foro se volvió fascinante y me ha permitido trabajar como un intelectual», ha dicho Schwab, padre de dos hijos. Con fama de autoritario y arrogante, su figura no ha estado exenta de polémica. El Wall Street Journal puso en cuestión la compatibilidad de su cargo con sus negocios privados y lo acusó de aceptar acciones y un asiento en el consejo de administración de una consultoría de Silicon Valley. «Nunca he aceptado ni un solo franco suizo por servicios de asesoría», respondió él. Sin embargo, Schwab es miembro de comités consultivos de entidades como el Banco Nacional de Kuwait. De ahí las suspicacias. Su futuro es una incógnita. Aunque superó un cáncer de próstata y es un avezado atleta y un bailarín notable, sus 78 años han abierto el debate de la sucesión.

Él tiene otra meta: presidir el 50.º aniversario del foro que se celebrará en 2021.


Sabías que…

Schwab conoció a su mujer, Hilde, cuando ella trabajaba en la organización del foro. Juntos han creado otro foro paralelo que reúne a los futuros líderes del mundo. Los miembros del Forum of Young Global Leaders tienen menos de 40 años.


Foros para todos los gustos

Para genios. Bajo el lema «Ideas que merecen ser compartidas», la conferencia TED reúne a la flor y nata de la ciencia, el arte, la política o la tecnología. En 2001, el periodista Chris Anderson se hizo cargo de la convención y su popularidad se disparó gracias a Internet. Muchos de sus conferenciantes son premios Nobel, pero también intervienen los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page.

Para «geeks». En 2005, Marcel Reichart y Stephanie Czerny fundaron DLD (Digital, Life, Design). Siete años después, esta conferencia anual sobre el impacto de las tecnologías digitales es el tercer foro más importante del mundo. Reúne a los gerifaltes de la Red, como Mark Zuckerberg, pero también a estrellas del pop (Lady Gaga) o gurús, como Deepak Chopra.

Para poderosos. Envuelto en un halo de misterio desde su fundación, en 1954, el Grupo Bilderberg es un club privado de debate formado por una reducida élite. El francés Henri de Castries, presidente de AXA, gobierna su órgano ejecutivo desde 2001. A su reunión anual asisten políticos de altos vuelos, visionarios y miembros de la monarquía.

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