Los signos del Zodiaco, el poder de la Luna llena sobre nuestro comportamiento, las mareas oceánicas, la incidencia de las manchas solares. ¿Es cierto que estamos regidos por los cuerpos siderales?

Allá por el siglo VII antes de nuestra era, el poeta griego Hesiodo elaboró una lista sobre el momento propicio del mes lunar para las faenas agrícolas y ganaderas. El catálogo de actividades era extenso: esquilar ovejas, castrar carneros, talar árboles, arrancar plantas medicinales, sembrar… En la antigüedad clásica se creía, además, que las fases lunares afectaban a la salud y al comportamiento del ser humano. Incluso, médicos como Hipócrates o Galeno se atenían a los ciclos de nuestro satélite en sus diagnósticos y tratamientos.

Desde entonces han quedado en la cuneta, rebatidos por la carencia de fundamento científico, cuentos folclóricos y saberes remotos, como la astrología, que afirma que la posición de los planetas y las constelaciones el día del nacimiento determinan la personalidad y el destino del individuo. El argumento cuenta aún hoy con acérrimos defensores, pero ha sido refutado por los astrofísicos modernos. ¿Cómo podrían influirnos cuerpos celestes situados a años luz de distancia y cuya fuerza de gravedad sobre el recién nacido es menor que la ejercida por su propia madre? ¿Cómo explicar que dos personas, nacidas el mismo día y a la misma hora, tengan caracteres tan distintos como el de algunos gemelos? Además, ¿por qué tener en cuenta el momento del nacimiento y no el de la concepción, cuando es este último el que marca biológicamente a la persona?

La voz de los científicos

Ya en el siglo XVII el astrónomo Johannes Kepler señaló la relación de la Luna con las mareas oceánicas, algo ya apuntado por el naturalista romano Plinio en el siglo I de nuestra era. Pero el célebre Galileo se burló de él, objetando que la teoría olía a astrología y a superstición. Una réplica que ha estigmatizado definitivamente la mayor parte de las investigaciones posteriores.

El siglo pasado ha sido, no obstante, testigo de numerosos trabajos de biólogos, zoólogos y meteorólogos que han documentado la incidencia de los ciclos solares y lunares sobre la vida sexual y
sobre los desplazamientos de numerosos organismos vivos, sobre todo los acuáticos; así como su relación con fenómenos atmosféricos, aguaceros, inundaciones, huracanes, tifones o terremotos. Asimismo, profesionales de diversos campos -psiquiatras, médicos o ginecólogos, pero también policías- han empezado a recolectar datos sobre la incidencia del plenilunio, o el aumento de las manchas solares, en el comportamiento y la salud del ser humano. El resultado: una larga lista sobre las consecuencias de las fases lunares en la vida social.

El poder de nuestro satélite

Al parecer, la Luna rige ciertos ritmos biológicos, como la ovulación femenina, más activa durante el plenilunio. En esas noches, se producen también más partos y aumenta el deseo sexual, y las personas que sufren ansiedad o depresión se inquietan y sufren insomnio. Policías, bomberos y hospitales afirman que durante los días de Luna llena hay más crímenes y suicidios, incendios provocados, falsas alarmas e ingresos en Urgencias por hemorragias, crisis maniaco-depresivas o infartos. Algunos estudios mencionan también la manía de derrochar dinero y consumir que se observa durante los plenilunios, algo que incluso afecta a los índices de la Bolsa.

Conocer ciencia luna llena

Pese a todo, la comunidad científica permanece escéptica, razonando que las hipótesis sobre el influjo lunar en el ser humano son producto de la casualidad, no han sido corroboradas, se basan en datos anecdóticos inconsistentes o contrarían las leyes de la física. Por otro lado, los científicos prefieren dejar de lado el debate sobre la posible existencia o no de esta influencia, y centrarse en averiguar cómo podrían el Sol o la Luna modificar nuestro comportamiento o estado de ánimo. ¿Mediante su influjo en los cambios atmosféricos? ¿A través de su luz? ¿Su gravedad o magnetismo? La discusión sigue abierta.

Algunas pistas falsas

A. Licantropía. El Satiricón, de Petronio, recoge la creencia de que la luz de la Luna puede transformar al hombre en lobo, aunque su origen se remonta al culto a Diana, diosa lunar romana. El nombre viene de Licaón, rey griego transformado en lobo por Zeus.

B. Cartas astrales. Aseguran predecir el futuro mediante la posición del Sol, la Luna y los planetas en la hora del nacimiento. Las estrellas, dicen los astrólogos, influyen mas no determinan.

C. Simpatía lunar. Teoría que atribuye a la luz de la Luna un embrujo sobre todo cuanto existe, incluido el cuerpo humano: el pelo y las uñas crecen más durante el plenilunio, mientras que las dietas adelgazantes o los tratamientos de piel serían más efectivos si se inician en cuarto menguante.

D. ‘Efecto Mariposa’. Si una mariposa mueve sus alas en Tokio, puede llover en Central Park. ¿Por qué no podrían entonces influirnos constelaciones lejanas? Pero su carácter impredecible impide que esta teoría sirva de base a doctrinas como la astrología.

TRES HIPÓTESIS

Mareas biológicas
Según uno de los más tenaces defensores de esta teoría, el psiquiatra estadounidense Arnold L. Lieber, del mismo modo que la fuerza de gravedad de la Luna atrae y mueve los océanos produciendo las mareas, también podría desplazar el líquido del cuerpo humano y ocasionar desde tensión en los tejidos e hinchazón hasta una mayor irritabilidad nerviosa o acrecentar las crisis de individuos maniaco-depresivos y esquizofrénicos, los cuales padecen generalmente perturbaciones en sus depósitos de agua corporal. He aquí la explicación a la creencia popular según la cual la Luna llena nos vuelve más locos.

Luminosidad
A la luz de la Luna llena, más que a ninguna otra cosa, se han atribuido sus supuestos poderes sobre el crecimiento de plantas o reproducción animal. Numerosos estudios  han demostrado que la luz lunar puede provocar la emisión de enzimas y hormonas cruciales para el comienzo de la ovulación femenina. De este modo, podría regular los ciclos menstruales.

Magnetismo
Dado que plantas, animales y personas perciben la atracción del magnetismo terrestre, éste sería un medio, al igual que el calor o la luz, a través del cual el Sol y la Luna podrían influir sobre nuestro estado de salud. Diversos estudios llevados a cabo por científicos indios y canadienses han llegado a la conclusión de que, cuando el magnetismo es alto, hay más ataques cardiacos, las mujeres menstrúan menos, hay más ingresos en hospitales psiquiátricos, se producen más dolores de cabeza, fatiga, pérdida de memoria, irritabilidad, insomnios e inestabilidad emocional.

UNA PRUEBA

Hoy sabemos con certeza que, al igual que la actividad solar influye en varios aspectos de la Tierra, la Luna también tiene efectos tangibles: las mareas oceánicas inciden en la temperatura, en el volumen de las precipitaciones, el número de tormentas eléctricas y en la probabilidad de que se formen huracanes. Los ciclos lunares afectan a los haces de energía que circulan por los aceleradores de partículas y producen deformaciones insignificantes en la corteza sólida del planeta, produciendo una especie de micromarea terrestre. Fuera de esto no hay ninguna influencia demostrada. Así que sólo la medicina geofísica, encargada de investigar la relación exacta del tiempo atmosférico con la salud, podrá desvelarnos con exactitud la huella de estos dos cuerpos en nuestro comportamiento.

4 PREGUNTAS CLAVE

¿Qué fuerza de gravedad ejercen los planetas del sistema solar sobre nosotros?

Según la ley de la atracción universal, todos los cuerpos celestes se influyen, pero su fuerza de gravedad es mínima sobre las personas. Para los astrónomos Stéphanie Ruphy y Jean-Marc Hure, la incidencia gravitacional de Marte sobre un parisino es 100 veces menor que la de la Torre Eiffel.

¿Es cierto que dormir a la luz de la Luna llena te puede volver loco?

En absoluto. Esta creencia, sin base científica, se basa en advertencias realizadas por Hipócrates o Plutarco. También un texto talmúdico sostiene que dormir desnudo bajo una luz brillante, como la del plenilunio, puede provocar epilepsia.

¿Por qué se dice que nuestro satélite influye en la reproducción?

Esta creencia se basa en la coincidencia del ciclo lunar con el menstrual. Esto determinaría una relación de las fases lunares con el ánimo y el deseo sexual femeninos. La concepción sería más propicia durante la Luna llena.

¿Aciertan los astrólogos?

Un estudio en EE.UU. demostró que no. Se pidió a 30 astrólogos que describieran la personalidad de 116 individuos según su carta astral y sin contacto previo. A su vez se realizó a los participantes un test de personalidad y se pidió a los astrólogos que ‘casaran’ los tests con las cartas astrales. La mayoría falló.

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