Coppola, el hombre que en apenas cinco años rodó tres de las mejores películas de la historia, recibe el Premio de las Artes. A sus 76 años, sin embargo, no vive de las rentas. Rueda proyectos experimentales, controla un imperio gastronómico y asesora a sus hijos en sus proyectos cinematográficos

Cuando tenía nueve años, Francis Ford Coppola contrajo la polio. Se pasó un año y medio en la cama, viendo películas y jugando con una grabadora y unas marionetas. Era un niño curioso al que su padre, flautista profesional, le inculcó un profundo amor por el arte. Más tarde montó las luces del teatro del colegio, empezó a escribir guiones, estudió cine en la universidad y, siendo un treintañero, dirigió ‘El Padrino’, considerada por muchos la mejor película de la historia. Ahora llega a Oviedo para recoger el Premio Princesa de Asturias.

XLSemanal. Enhorabuena por el premio.

Francis Ford Coppola. Es extraño. Cuando te dan un premio así, parece que eres un abuelito, que estás en declive, pero la verdad es que, por primera vez en mi vida, me siento libre de restricciones comerciales y estoy muy ocupado y ansioso por seguir creando. Por eso, aunque es un honor ser reconocido por la Casa Real, también es raro porque estoy en el periodo más excitante de mi vida.

XL. En una ocasión dijo que ‘El Padrino’ lo había convertido en un director joven con la carrera de un cineasta viejo. ¿El éxito prematuro fue un corsé creativo? 

 F.F.C. En apenas cinco años rodé ‘El Padrino I’ y ‘El Padrino II’, La conversación y ‘Apocalypse now’. Si lo pienso ahora, diría que fue un momento excitante y maravilloso de mi vida, pero la verdad es que estaba profundamente deprimido y era muy infeliz.

XL. ¿Y eso?

F.F.C. Aquellos proyectos no tuvieron el reconocimiento que tienen ahora, así que me sentía frustrado. Incluso con el éxito de ‘El Padrino’, nadie quiso darme dinero para rodar ‘Apocalypse now’, por lo que tuve que financiarla yo. He sido un cineasta descoordinado con mi propio éxito, porque este siempre llegaba después.

XL. Dice que su mejor recuerdo de ‘Apocalypse now’ fue sobrevivir a aquel rodaje. Con todo lo que tuvo que pasar, ¿la rodaría de nuevo?

F.F.C. Supongo que sí, aunque sufrí mucho. El objetivo es que, cuando estés a punto de morir, no pienses. Ojalá hubiera hecho esto o aquello . Cuando a mí me llegue ese momento, pensaré. Yo rodé ‘Apocalypse now’, hice películas, vi cómo mis hijos hacían películas . Estaré tan ocupado pensado en esas cosas que ni siquiera me daré cuenta de que me estoy muriendo.

XL. Ahora aquellas películas son clásicos del cine, pero entonces los críticos, como usted ha comentado, no eran tan benévolos. ¿Confiaba en su talento cuando nadie más lo hacía?

F.F.C. ¡No!, creía que estaba fracasando miserablemente. Los artistas somos muy inseguros. Incluso a mi edad todavía lo sigo siendo. La desconfianza en las posibilidades propias es una condición de la creatividad, porque estás haciendo algo que nunca se ha hecho antes. Cuando era joven, era muy infeliz, inseguro y depresivo, pero eso también era lo que me mantenía despierto toda la noche para escribir y seguir trabajando.

XL. Ha conocido el éxito, el fracaso y la bancarrota. ¿Qué ha aprendido de todo ello?

F.F.C. A ser agresivo y a seguir intentándolo, porque el fracaso es parte del éxito; no puedes triunfar sin haber coqueteado con el desengaño. A mis nietos les digo que se esfuercen por lograr que su trabajo sea personal y que no traicionen su espíritu creativo para hacer algo comercial o ganar mucho dinero. Esa es una forma de infidelidad.

XL. ¿Y qué le ha inspirado más como artista. la pobreza y la desesperación o tener dinero y la libertad de hacer lo que quería?

F.F.C. Ser pobre e inseguro hace que trabajes más duro. Si a nadie le interesa lo que haces, sientes un impulso tremendo por volver a intentarlo. Yo no poseo el tipo de talento que viene con facilidad. Incluso ahora, cuando escribo un guion, lo reescribo una y otra vez. Pertenezco a la variedad de artista currante, no a aquella con una especie de don divino. Aunque cuanto más mayor me hago, más me doy cuenta de que también tengo algún talento innato. Uno es la imaginación, siempre puedo tener una buena idea. El otro es el entusiasmo, que algo te emocione tanto que no dejes de pensar en ello.

XL. De una forma u otra, la familia tiende a estar en el epicentro de todas sus historias. ¿Qué le fascina tanto de ese microcosmos? 

F.F.C. Los seres humanos somos animales que vivimos en grupos familiares desde el principio de los tiempos. Además, es una parte fundamental de la forma en la que crecí. Si me conocieras a fondo, pensarías. Es como un niño de seis años .

XL. ¿A qué se refiere?

F.F.C. Nunca perdí la sensibilidad y los sentimientos de la infancia. Crecí de una forma extraña, porque éramos como nómadas, nos mudábamos constantemente. Nunca tuve amigos en el colegio, así que me relacionaba con mis primos, mis tíos Supongo que sentía la necesidad de aferrarme a ellos y creo que eso se ha filtrado en mis películas.

Coppola conoció a Eleanor en 1962, tienen tres hijos

XL. ¿Cuál fue la primera película que le dejó huella durante aquella infancia? 

F.F.C. ‘Blancanieves’. Cuando tenía tres o cuatro años, veía aquellas películas de princesas y pensaba que el mundo era un cuento de hadas. Cuando llegaba a un colegio nuevo, lo primero que hacía era ir al departamento de teatro. Allí, siempre necesitan a alguien que se ocupe de las luces. Además, ¡era donde estaban todas las chicas! Así empecé en el cine.

XL. ¿Cuántas películas cree que tiene dentro todavía?

F.F.C. Una docena. Probablemente, tengo más películas dentro de mí que años me quedan [se ríe]. Ahora estoy trabajando en un proyecto bastante inusual, es lo que llamamos ‘pruebas de concepto’, para comprobar si una idea funciona o no. Ya rodé una de 52 minutos y lo haré de nuevo el año que viene de forma más elaborada.

XL. Por el entusiasmo con el que habla, se nota que vive un momento dulce.F.F.C. Sí, vivo sin ningún tipo de estrés y en un sitio precioso en medio de las montañas. Creo que la salud mental necesita una relación más directa con los árboles y los animales. Es mejor sentarse bajo un árbol una hora al día que tomarse la medicación que te ha recetado el psiquiatra.

XL. ¿Alguna vez piensa en retirarse o esa palabra no está en su diccionario?

F.F.C. Dudo mucho de que vaya a retirarme porque me gusta la sensación de estar entusiasmado con algo. Si me retirase, no sé lo que haría. Para mí, el placer más maravilloso del mundo es tener una idea y ver cómo se hace realidad.

XL. ¿De qué está más orgulloso cuando echa la vista atrás?

F.F.C. De haber explorado mi vida creativa. he hecho películas, empresas, hoteles y también he hecho niños [se ríe]. Me siento orgulloso de no haberme limitado a hacer un solo trabajo o un solo estilo, de que siempre que vi una oportunidad la cogí y de que nunca dije. Yo solo hago películas de gánsteres . Pero, al final, el mayor orgullo siempre son tus hijos.

XL. ¿Sus hijos son su mejor creación?

F.F.C. Tener hijos a los que todavía les gustas y que, a la vez, son personas independientes, creativas y solidarias es una gran obra de arte. ¡Y, por supuesto, he estado casado 52 años! Sentirte seguro en esa faceta de tu vida es una gran fuente de fortaleza.

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