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EL BLOC DEL CARTERO

Contarlo

Lorenzo Silva

Martes, 18 de Mayo 2021

Tiempo de lectura: 5 min

Rinde homenaje nuestra carta de la semana a dos periodistas españoles que se acercaron a buscar una historia que nadie contaba y lo pagaron con sus vidas. Hay que estar hecho de una pasta especial para elegir lo invisible y el riesgo, en vez de acomodarse a lo que ya ven todos y obtener a cambio la seguridad y la comodidad de dejarse llevar por la corriente. Son estos nadadores río arriba los que remueven nuestras conciencias, los que nos sacan de las ideas preconcebidas, las inercias y las cegueras varias tras las que atrincheramos nuestro bienestar. Alguno dirá que son unos aguafiestas y unos temerarios, que se meten donde no se meterían si tuvieran sensatez. Pero lo que quizá no sea sensato es volver sistemáticamente la espalda a ciertas realidades que antes o después llaman a nuestra puerta. Contarlas no es resolverlas, pero es siempre el primer paso. LA CARTA DE LA SEMANA

Arriesgarse por contarlo

No conocí personalmente ni a David Beriain ni a Roberto Fraile. Tampoco seguí muy de cerca sus trabajos. Aunque el nombre de David no me resultaba tan desconocido como el de Roberto. Sin embargo, la noticia de sus muertes me ha provocado un gran impacto mezclado con indignación y tristeza. Es normal que la muerte de dos compatriotas, de dos personas jóvenes, produzca estos sentimientos. Y que, seguidamente, los ensalcemos. A pesar de que nunca hayamos visto, leído o escuchado nada firmado por ellos. También es normal que, con el paso del tiempo, vayamos dejando este tipo de acontecimientos en 'la carpeta del olvido' hasta que un día algo provoque que la recuperemos del fondo de nuestra memoria. Pero lo que los asesinatos de David y Roberto me han descubierto es lo que han significado sus vidas. Que dos personas arriesguen su pellejo por 'algo' que no sea enriquecerse, dominar lo ajeno o conseguir notoriedad es admirable. Ejemplar. Vivieron su profesión; al límite. No me interesa cuánto de periodismo había en ello o si ese ejercicio de la profesión vale más o menos que cubrir ruedas de prensa de partidos políticos. Me quedo con el ejemplo de mirar más allá del propio ombligo y de demostrarnos que es posible. Que puedes y debes seguir tu camino. Aquel en el que tú crees, aunque cometas errores, recibas críticas o avances en silencio. Me quedo con la generosidad de arriesgarse por contarlo. Gracias, David y Roberto. María Carrera Cañas. Logroño (La Rioja)
Por qué la he premiado… Porque quienes ahí estuvieron se han ganado, al menos, el derecho a que los oigamos.

Signo de extrema debilidad

No hubo error de protocolo en el desplante del presidente de Turquía a Ursula von der Leyen. El feo gesto de Erdogan al relegar a la presidenta de la Comisión Europea a un sillón apartado, mientras se sentaba con el presidente del Consejo, Charles Michel, es su última muestra de autoritarismo populista, pero también de las debilidades de la propia Unión Europea. Michel pudo haberse plantado. Y la Comisión pudo haber reaccionado de forma mucho más enérgica. La realidad, sin embargo, es que la delegación comunitaria llegó a Ankara en una posición de extrema debilidad. No hay acuerdo entre los Veintisiete sobre cómo responder a las provocaciones turcas a Grecia y Chipre. Y Europa necesita continuidad en el acuerdo por el que Turquía frena la llegada de migrantes y refugiados a cambio de 6000 millones de euros. Pocas lecciones en derechos humanos puede dar en esa situación Bruselas. Enric Barrull Casals. Girona

La mentira sistemática

Cuenta Milan Kundera, en El libro de la risa y del olvido, cómo un líder político, a quien un compañero de partido había prestado su sombrero para protegerlo del frío, arengaba al pueblo desde un balcón. Cuatro años más tarde, el colega cayó en una purga y fue ejecutado. Tras la modificación de la foto oficial de la antedicha arenga, de él solo quedó el sombrero...en la cabeza del superviviente, claro. Orwell, con su 'nuevalengua' descrita en la novela 1984, proponía también una 'nuevahistoria': son conocidos, en efecto, los experimentos más o menos recientes, propios de dictaduras de toda índole, de reescribir la historia, modificando secuencias enteras del pasado, eliminando testimonios molestos, destruyendo archivos... ¿Qué ocurriría –se preguntaba el filósofo judío Hans Jonas– si se lograra que esta falsificación fuese perfecta, constituyéndose en el único material documental disponible para posteriores historiadores? ¡Una falsificación perfecta de las fuentes ya no se podría poner en cuestión! Según los criterios de la verdad histórica, esa impostura sería entonces 'la historia'. Si, de acuerdo con Kant, pensamos que el deber de no mentir es una ley moral inviolable, pues la mentira sistemática genera desconfianza y desemboca en la imposibilidad de vivir en sociedad, y a la vista de ciertas orientaciones sospechosamente desvirtuadas referidas a determinados acontecimientos de un pasado más o menos próximo, resulta lícito plantearse la cuestión: memoria, sí, pero... ¿histórica? Javier Poch Zatarain. San Sebastián. (Guipúzcoa)

¿Escribir de Catalunya desde Cataluña?

Fernando Aramburu pudo escribir Patria por su buen hacer literario, por la distancia social que le ofrece su residencia habitual en Alemania y porque el autodenominado –por el mundo abertzale– 'conflicto vasco' hace tiempo que observó que se dirigía a un laberinto sin salida. No ocurre lo mismo con la situación de Javier Cercas. El extremeño con residencia desde prácticamente su infancia en Girona sigue viviendo en esa provincia. Y el procés se encamina sin remedio al mismo laberinto que ya exploraron otros ideales independentistas. Por ello no podía tardar en llegar el día en el que el escritor que firma Terra alta e Independencia sintiera muy cerca el aliento de quienes no comparten su visión de Cataluña. Nada extraña en sus argumentos literarios novelados y ficticios –aunque se advierta entre visillos alguna reivindicación real–. Lo que sí sorprende es que los mismos que mantienen sentirse oprimidos, privados de libertad de expresión y sometidos a una territorialidad que no comparten traten del modo que no quieren para ellos a alguien que simplemente no piensa igual. Y es que Javier Cercas ha 'cometido el error' de escribir de Catalunya y de sus vaivenes desde la propia Cataluña, creyendo que aún le amparaban los principios que allí reclaman los secesionistas. Pero nada más lejos de la cotidianeidad independentista. O con ellos o contra ellos. Solo le resta seguir siendo valiente. Luis A. Rodríguez Arroyo. Santo Tomás de las Ollas (León)