La fotógrafa sin tapujos
Se llamaba Dora Kallmus y fue, además de pionera, transgresora, como demuestra este retrato de la actriz y bailarina vienesa Elsie Altmann, realizado en 1923. Cuando abrió su primer estudio en Viena, en 1907, muy pocos retrataban a las estrellas de la moda, la danza, el teatro o la pintura. Conectada con las tendencias vanguardistas, su técnica, con lentes que difuminaban los contornos, y su modo de capturar la individualidad de sus clientes, con poses naturales y dinámicas, en contraste con la rigidez de la época, se hicieron rápidamente populares.