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La expansión de la mafia La ley que más alegró a Al Capone

En 1920 la Ley Seca prohibió las bebidas alcohólicas en Estados Unidos. Proliferaron los bares clandestinos y se expandió la mafia.

Foto: Cordon Press

Miércoles, 05 de Enero 2022

Tiempo de lectura: 2 min

Cuando acabaron los horrores de la Gran Guerra, buena parte de la sociedad estadounidense decidió darse un respiro y disfrutar de la vida. Para frenar esos aires de libertad, los sectores más conservadores del país trataron de imponer unas reglas morales que rayaban en el más radical puritanismo. Entre sus anhelos purificadores destacaba uno en particular: que el Congreso prohibiera el consumo de bebidas alcohólicas.

Y ese sueño se cumplió el 16 de enero de 1920, hace más de un siglo. Aquel día entró en vigor la ley Volstead, así llamada por el congresista luterano que la promocionó en Washington. Su texto ejecutaba la enmienda 18 de la Constitución, cuyo objetivo era la prohibición, fabricación, venta o transporte de bebidas intoxicantes con un índice de alcohol superior al 0,5 por ciento.

A lo largo del siglo XIX, las cruzadas contra el consumo de alcohol en Estados Unidos fueron encabezadas por asociaciones ultraconservadoras, como la Women’s Christian Temperance Union y la Anti-Saloon League, cuyos miembros aseguraban que la Ley Seca disminuiría la delincuencia. Sin embargo, las consecuencias de la prohibición fueron las contrarias. No solo favoreció el tráfico ilegal de licores, un negocio multimillonario controlado por el crimen organizado, sino que incrementó el número de bandas mafiosas.

Durante los trece años que duró la Ley Seca apenas descendieron las muertes por intoxicaciones etílicas, pero se dispararon las causadas por las guerras entre bandas mafiosas.

La prohibición favoreció el consumo de bebidas destiladas ilegalmente, lo que provocó numerosos casos de intoxicación letal. Si en 1919 las cárceles federales albergaban a unos 4000 reclusos, en 1932 esa cifra ascendió hasta casi los 27.000 presos. El auge de la delincuencia estaba asociado al incremento de grupos armados de mafiosos que competían a tiros en las calles para controlar la destilación y la venta ilegal de licores.

Durante los trece años que duró la ley Volstead, el alcohol corrió sin control por el país, dejando un reguero de cadáveres acribillados a balazos. Las destilerías y garitos clandestinos donde servían licores fueron controlados por gánsteres como Meyer Lansky, Lucky Luciano, Dutch Schultz o Al Capone, que sobornaron a policías y jueces. En solo doce años, Capone levantó un imperio en Chicago que incluía prostíbulos, bares clandestinos y casas de juego. La ola de criminalidad y la corrupción asociadas a la Ley Seca hizo que el Congreso la derogara el 6 de diciembre de 1933.

La Anti-Saloon League estaba patrocinada por los grandes empresarios como John D. Rockefeller o Henry Ford, quienes afirmaban que el alcohol dañaba la productividad de los obreros.

Etiquetas: Mafia