Revisar tus finanzas cada año te ahorra sustos económicos
Un ejercicio recomendable para mantener la buena salud de las finanzas personales es evaluar su estado una vez al año, reequilibrándolas, si hace falta, y tomar decisiones con perspectiva.

Prevenir siempre es mejor que curar, también en lo referente a la economía personal. Evaluar periódicamente su estado permite poner el foco en lo importante y examinar aquello que no ha funcionado. Y, al igual que ocurre en cualquier chequeo médico, si las finanzas no se revisan, se puede pasar por alto algún problema que, si se arrastra durante años, puede provocar pérdidas de control del gasto, desviaciones en los objetivos de ahorro y el endeudamiento silencioso.
Este ejercicio debe convertirse en un hábito, porque cada año nuestras circunstancias son distintas: cambios laborales, nuevos ingresos, gastos inesperados, cambios en nuestras prioridades… Al examinar nuestras finanzas anualmente podemos calificar nuestra capacidad de ahorro, evaluar si ésta sigue estando sana o hay que redistribuir nuestro dinero de otra manera, decidir si nos interesan productos de inversión a corto o largo plazo, y si nuestras determinaciones en materia económica están alineadas con nuestros objetivos.
Gracias a este chequeo financiero periódico podemos detectar fugas de dinero y corregir malos hábitos de consumo, o identificar los llamados gastos hormiga (pequeños pagos en comidas fuera de casa, cuotas de suscripciones en plataformas de streaming u otras que, si no se utilizan se pueden dar de baja), y aumentar la cantidad mensual destinada al ahorro o reubicar fondos para obtener mejores rendimientos.

La revisión periódica de las finanzas permite optimizar recursos, realinear los objetivos de ahorro y corregir las desviaciones de gasto.
El Banco de España recomienda convertir el ahorro en una cuota fija y realizar una revisión periódica del presupuesto para comprobar si se cumplen las metas planteadas como parte de una buena salud financiera. También es aconsejable tener un plan de ahorro con una estrategia bien definida basada en la diversificación de activos. Pero siempre con previsión de cambios.
Mimar las finanzas personales y tener una visión clara de nuestra economía doméstica es la única manera de vivir tranquilo, con la seguridad y libertad económica necesarias para tomar decisiones sin presión ni estrés financiero.
Haz un balance realista de ingresos y gastos
Una correcta revisión financiera siempre empieza por una evaluación del estado de salud económico actual. Nómina, facturas, suscripciones, hipoteca, ocio, etcétera, todo afecta al estado de nuestras cuentas y deben categorizarse y compararse para obtener una “foto finish” de nuestras finanzas y saber si se gasta más de lo que se ingresa o al revés. Además, también sirve para detectar fugas de dinero, es decir, aquellos pequeños y constantes gastos que, al sumarse, restan mucho.
Revisar y reequilibrar los objetivos financieros
¿Se han cumplido los objetivos de ahorro? ¿Han funcionado las inversiones planteadas? ¿Estoy adecuadamente protegido ante imprevistos? Durante el diagnóstico anual se deben plantear éstas y otras cuestiones para averiguar si se han alcanzado los objetivos. En este proceso, contar con un asesoramiento profesional marca la diferencia, ya que es el que te ayuda a detectar aquellos productos que mejor encajan con tu perfil inversor, con el momento en el que te encuentres y con el horizonte de inversión que persigues. En las más de 3.100 oficinas de MAPFRE podrás encontrar un asesor que te ayude a dar respuesta a esas preguntas y orientarte en tus inversiones.
Ajustar los productos financieros
No debemos olvidar que las finanzas personales están vivas y que, aunque las dejemos madurar durante un año, requieren cierta atención de manera periódica, porque siempre aparecen nuevos productos que podemos incluir en nuestra cartera de inversión. No debemos olvidar que algunos de estos productos tienen también ventajas fiscales. Aprovecharlas es rentabilizar nuestras inversiones.