La tranquilidad de anticiparse en caso de falta de autonomía futura
Anticiparse a la pérdida de autonomía es un acto de responsabilidad. Vivimos más años y necesitamos soluciones que nos permitan afrontar ese futuro con tranquilidad, autonomía y dignidad.

España es uno de los países con mayor esperanza de vida. Nos cuidamos más y somos cada vez más conscientes de la importancia de la salud desde edades tempranas para vivir mejor y más tiempo.
Los últimos datos del INE sitúan la media de vida en los 81,1 años para los hombres y en los 86,3 para las mujeres. Y se calcula que en 2065 habrá más de 14 millones de personas mayores de 65 años en nuestro país, lo que representará un 34,6% del total de la población en ese momento. Una gran noticia, porque refleja avances profundos en salud, calidad de vida, educación y bienestar social. Pero, también plantea desafíos, ya que la mayor longevidad supone un mayor riesgo de enfrentarse a una situación de dependencia. Algo que, por otra parte, es cada vez más habitual.
Vivir más no garantiza vivir mejor. Cuanto más mayores nos hacemos más probabilidades tenemos de sufrir algunos problemas asociados a la longevidad, como más enfermedades crónicas y dependencia; más riesgo de aislamiento social y soledad prolongada que puede derivar en depresión y peor salud física y mental; y falta de adaptación de nuestras ciudades, servicios y cultura.

Llegar a los 90 años con buena salud ya no es una meta inalcanzable; es el resultado de una vida responsable y coherente con ese objetivo que se construye a través de hábitos saludables. El verdadero desafío es llegar a esa edad y convertir esos años en una etapa activa, autónoma y digna, para lo que se necesita planificación y una buena gestión financiera.
Una solución para el cuidado a largo plazo
Una de las principales preocupaciones de las personas mayores es que, ante un problema de salud, se produzca una pérdida de autonomía, pudiendo ocasionar una situación de dependencia. No siempre vamos a contar con algún familiar cercano que pueda y esté dispuesto a cuidarnos. Disfrutar del bienestar merecido con independencia económica cuando seamos mayores es posible gracias al seguro de dependencia.
Independencia económica para seguir siendo autónomo
Se trata de un seguro dirigido a personas de entre 55 y 75 años, que les permite cobrar una renta durante toda su vida para ayudarles a cubrir los gastos generados por la pérdida de autonomía personal que les impide realizar las actividades básicas de la vida diaria, ya sea porque son mayores, porque sufren una enfermedad o un accidente. Con el seguro de Dependencia de MAPFRE no es necesario esperar a una declaración oficial de dependencia, basta con el reconocimiento, basado en criterios médicos objetivos, por parte de un perito de la compañía para que el cliente empiece a recibir esta renta.
Aprovecha los beneficios fiscales
Los seguros de dependencia son un complemento a cualquier otra ayuda pública que el cliente pueda obtener como consecuencia de la dependencia que sufra y, además, las primas abonadas pueden reducir la base imponible en la declaración de la renta.