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MI HERMOSA LAVANDERÍA

Unos días en la realidad

Isabel Coixet

Martes, 08 de Agosto 2017

Tiempo de lectura: 2 min

Cae un sol de plomo en la ruta de Lyon a Autun y el paisaje de la Borgoña, con miles de vacas desperdigadas por doquier, tiene un aire rotundamente bucólico. En la población francesa de Autun, en plena Borgoña, se han dado cita grandes periodistas europeos durante tres días de julio, en el Festival d´histoires vraies (Festival de Historias Verdaderas) organizado por la revista 21 y el prestigioso Harper´s. Esta segunda edición del festival consiste en diferentes encuentros, entrevistas, talleres, conciertos, presentaciones, proyecciones y coloquios que tienen como objetivo debatir, siempre con el soporte de auténticas historias, el estado del mundo de hoy. Hay un extraordinario despliegue en la pequeña población y auténtica expectación. Por un módico precio se puede adquirir una pulsera que permite acudir a todos los actos del festival. Todo empieza a las 9:30 de la mañana, al aire libre, en el jardín de una rectoría y el tema es la justicia universal. La periodista Emilie Blanchere, de Paris Match, relata el angustioso proceso que la ha llevado, desde que su pareja, el fotógrafo de guerra Remi Ochlik fue asesinado por el ejército sirio junto con la periodista americana Marie Colwin, a averiguar quiénes fueron los responsables de esa muerte, qué sucede realmente en las ciudades sirias, quiénes transmiten información, cómo se almacenan documentos que se entierran en lugares secretos para algún día poder demostrar qué ocurrió realmente en esta guerra atroz y cómo procesar a Al-Assad. El público, tras el emocionante testimonio de Emilie Blanchere, tiene la oportunidad de preguntar durante 15 minutos y tras ellos, se pasa a otro testimonio, en esta ocasión el del periodista y autor de Le maître des aveux, Thierry Cruvellier, que ha cubierto para Le Nouvel Observateur el juicio en Arushaa tras el genocidio en Ruanda y el juicio a Douch, el verdugo del ejército de Pol Pot en Camboya. Thierry Cruvellier relata con todo lujo de detalles en qué consisten estos largos juicios a grandes criminales de la historia. Su testimonio, lúcido, coherente y no exento de ironía, ofrece una visión realista y, a veces, descorazonadora de los procesos con los que se concluyen pedazos sangrientos de la historia de la humanidad. Afortunadamente, tras él, Reed Brody, el abogado activista de derechos humanos que ha trabajado durante 18 años en el caso Hissène Habré, trae esperanza al público asistente. Sí, es posible juzgar a los tiranos; sí, es posible que éstos sean condenados; sí, es posible que las víctimas que han sido torturadas y encarceladas durante años puedan testificar delante de aquellos que los sojuzgaron. El caso del juicio en Dakar al exdictador de Chad Hissène Habré es un ejemplo de cómo la tozudez, la unión de las víctimas y la voluntad, el empeño y el trabajo de un puñado de activistas encabezados por Reed Brody han conseguido que se apliquen los protocolos de la justicia universal y que hoy Hissene Habre vaya a pudrirse en la cárcel para los restos. Mientras abandonan el recinto, camino de otras charlas sobre el estado de las cosas en Europa, Afganistán, Rusia, Mali o China, los asistentes a este fascinante festival se llevan consigo un aliento de esperanza reconfortante que les -nos- va a hacer mucha falta...