Con 14 años arrasaba en YouTube. Ahora, a los 17, ya es millonario y los adolescentes de medio mundo se peinan como él.

«Justin, si ves a alguno de tus ídolos por aquí, tú estate callado. Yo hablo», -le dice a Bieber su mánager. De pronto, se cruzan con la estrella del pop Usher y el chaval le suelta: «Oye, ¿puedo cantarte una de tus canciones?». Está claro que no se caracteriza por su timidez. Usher lo mira entre el asombro y el desdén. El crío tiene 12 años. La escena tuvo lugar hace cuatro años, a las puertas de los primeros estudios de grabación que pisaba Justin Bieber. Acababa de conocer a su mánager, Scott Scooter Braun, por entonces un tipo con 25 años, grandes ambiciones en el negocio musical y un trabajo en una discográfica de Atlanta.

Apenas habían pasado unas semanas desde que, al ver el impacto causado en YouTube por los vídeos caseros de aquel imberbe rubiales canadiense alcanzó el millón de visitas antes de firmar siquiera un contrato discográfico, Braun sintió que tenía ante sí la oportunidad de su vida. Removió cielo y tierra, localizó a Bieber en su casa de Stratford, a 150 kilómetros de Toronto, y les pagó a él y a su madre, Pattie Lynn Malette, un vuelo a la capital de Georgia para conocerse mejor. Justin y Pattie Lynn acababan de aterrizar era su primer viaje en avión cuando se cruzaron con Usher, una estrella con más de 65 millones de discos vendidos.

La primera vez, Usher tenía prisa y no consiguieron cantarle. Semanas después, sin embargo, Scooter convenció a Usher, quien inició su carrera con 14 años, para que escuchase a su chico y este interpretó a cappella una de las canciones de Usher. Pocos meses después, él y Scooter creaban un nuevo sello con Justin como primer fichaje. «Cruzarte con un talento así pasa una vez en la vida dice  -Usher. Además, era mono, sabía que las chicas lo adorarían y esa voz… Fue como. Guau, si lo dirigimos bien sus posibilidades son infinitas». Tres años y medio después, las posibilidades de Bieber son una aplastante realidad. Las cuentas del nuevo dios de las preadolescentes marean. Ha vendido más de diez millones de discos hace dos semanas, su nuevo álbum, Never say never: the remixes, entraba directo al número 1 en EE.UU., la segunda vez que lo consigue en menos de un año, está embarcado en una gira mundial de casi 90 conciertos (el martes recala en Madrid y el miércoles, en Barcelona), y su biopic-concierto-documental en 3D, Justin Bieber: never say never, lleva recaudados 82 millones de dólares desde su estreno en EE.UU. hace mes y medio (a España llega el 15 de abril).

«No quiero ser arrogante, pero si me cruzo con una chica por la calle, sé que se volverá para mirarme»

En total, se estima que el engranaje creado a su alrededor hay más de cien productos asociados a su nombre generó en 2010 más de 100 millones de dólares. Este año incluso la cifra crecerá de forma exponencial, no en vano es la persona de la que más se habla en Internet y su peinado es el más imitado por los adolescentes. Un atractivo del que es plenamente consciente y que ejemplifica con joyitas como: «No quiero ser arrogante, pero si me cruzo con una chica por la calle, sé que se volverá para mirarme», o: «Me paso la noche dando vueltas en la cama y pensando. No soy normal, pienso diferente. Estoy muy loco, pero supongo que los mejores artistas lo están».Como personaje más influyente de Internet que es, según algunos estudios, Bieber no elude las polémicas. Se opone al aborto. «Es como matar a un bebé ; al sexo antes del matrimonio. Deberíamos esperar a la persona de quien estás enamorado»; respeta a los homosexuales. «Es decisión de cada uno. No debe afectar a nadie más» ; critica el sistema de salud americano. En EE.UU., «la gente se arruina por pagar sus facturas médicas» ; divulga su profunda fe cristiana, heredada de su madre. «No le diré a la gente necesitáis a Jesús, pero sí Dios os ama» ; si bien en política no tiene las cosas muy claras, pese a haber visitado a Obama en la Casa Blanca. «Es un honor conocer al presidente de EE.UU., pero no sé de partidos, aunque lo que hay en Corea del Norte seguro que no es bueno».

«No lo veo mucho, pero siempre he tenido una gran relación con mi papá asegura Bieber»

Bieber, en todo caso, no es más que un adolescente en la cima del mundo y, como tal, su madre entiende que debe ser protegido. «Hay que rodear a los hijos de buenas personas» , dice Malette. A saber: estilista, peluquera, entrenadora vocal, guardaespaldas personal, encargada de vestuario, director musical, representantes, ejecutivos discográficos, abuelos y, cómo no, mamá. Justin considera a todos ellos como parte de su familia y apostilla. «Mi familia es lo primero» Es lo que su madre lleva inculcándole desde que tuvo a Justin, a los 18 años. Jeremy Bieber, el padre de la criatura, los dejó poco después. Pasadas las turbulencias de la ruptura, en todo caso, la cosa parece haber fluido. «No lo veo mucho, pero siempre he tenido una gran relación con mi papá asegura Bieber. De niño, me enseñó a tocar canciones de Bob Dylan, GunsNRoses o Metallica. También me enseñó a conducir».

«Muchos esperan que cometa un error, pero yo voy a lo mío» -dice Bieber

Las inclinaciones musicales de su entorno fueron básicas en el desarrollo de Bieber, aunque su estilo no guarde semejanzas precisamente con Dylan, GunsNRoses o Metallica. Siendo un bebé, ya mostraba un sorprendente sentido del ritmo. Con los años, y siempre por su cuenta, aprendió a tocar la batería, la guitarra y la trompeta, mientras desarrollaba sus habilidades vocales. Así, hasta que, con 12 años, se apuntó al concurso de talentos de su ciudad. Quedó segundo, pero fue, de largo, el concursante que más partido sacó a su participación. Su madre colgó en YouTube el vídeo de la actuación para visionado de familiares y amigos y, en pocas semanas, las visitas se multiplicaron tanto como los mensajes de las fans rendidas a sus pies. Pattie Lynn y Justin estaban alucinados y subieron más y más vídeos, hasta que recibieron una llamada de un tal Scott Braun. «Cuando vi a Justin en Internet, me volví loco» , recuerda Scooter, hoy una especie de hermano mayor para Bieber. Su entusiasmo, sin embargo, no sería compartido por muchos. «Los ejecutivos decían que era demasiado joven, que triunfar en YouTube no significa nada, que lo llevara a Disney a que le dieran un programa» recuerda. Al final, aquellos rechazos fueron una bendición. «Si nos hubieran dicho que sí, Usher no estaría con nosotros». El trato con Usher, cuya puja se impuso a una de Justin Timberlake ¿es casualidad que ambos cantantes sean ejemplos de éxito en el tránsito de rompecorazones púber a artista adulto?, incluía el reclutamiento para la causa de Antonio L. A. Reid, el ejecutivo que convirtió en multiplatino a Rihanna, Avril Lavigne o al propio Usher.

Reid ha hecho de Bieber el ejemplo perfecto de un nuevo paradigma musical cuya base es hacer del artista un producto en sí mismo. La Biebermanía ha producido ya muñecos, relojes, camisetas, pósteres, platos, fragancias, laca de uñas, una biografía o planes para el cine y la televisión. Por de pronto, Justin ya ha hecho de niño malo que acaba acribillado en CSI y ha aparecido en los programas de televisión de más audiencia. La demanda por un pedacito de Bieber es tan agresiva que la empresa que fabrica sus muñecos no dio abasto la pasada Navidad. «He visto a muchos artistas ascender rápido, pero nunca tanto como Justin» , subraya L. A. Reid. Ahora debe evitar que la meteórica carrera de su protegido no se estrelle contra una nuez, la que pronto brotará en su garganta. Scooter Braun dice, sin embargo, que los mejores días de Justin están por venir. La gente se olvida de que a Michael Jackson lo dieron por muerto cuando se disolvieron los Jackson 5 y, después, cambió el mundo. Justin, por su parte, asegura no estar preocupado, aunque sabe que hay muchos Bieber es también el artista más atacado en Internet que desean su fracaso. Muchos esperan que cometa un error, pero yo voy a lo mío dice Bieber. Me limito a hacer lo que hago lo mejor que sé. Quienes se ocupan de cada aspecto de mi carrera son de toda confianza. Ya lo dice Reid. Atento a lo que hará Justin cuando tenga 19 .


PRIVADÍSIMO

  • Su padre abandonó la familia cuando Justin tenía dos años. Se casó con otra mujer y tuvo dos hijas, pero siempre mantuvo la relación con él.
  • Bieber trabaja tres cuartas partes del año y tiene, por contrato, dos días libres a la semana.
  • Es la persona más buscada en Google, la más mencionada en Facebook, la que más fans tiene en Twitter (8,5 millones) y uno de sus vídeos es el más visto de YouTube.
  • En 2010 fue elegido por el público norteamericano como mejor artista del año, superando a Lady Gaga y a Eminem.
  • Odia los ascensores, cree que París es la ciudad más romántica del mundo, que todas las chicas son hermosas y que los sueños siempre se hacen realidad.

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