Ha recibido recientemente el premio Max de Honor de teatro a toda una vida dedicada a la escena. Podría sonar a jubilación, pero a sus 75 años, y tras superar un cáncer y seguir luchando contra otro, esta indomable e incombustible actriz y dramaturga no piensa en relajarse. Proyectos no le faltan. Y fuerzas le sobran.

Ana diosdado acaba de cumplir 75 años, pero no quiere que la consideren de otra época. Por eso vive llena de proyectos. ¿El más inmediato? Una obra de teatro muy actual, en la que analiza la problemática de los jóvenes a través de la figura de un rapero. En cartera, la vida de Margarita Xirgu que fue su madrina de bautismo y una novela sobre el mariscal Gilles de Rais, lugarteniente de Juana de Arco. Nos citamos en los jardines del Museo Sorolla, en Madrid, con esta gran dama de la escena a quien le hubiera divertido hacer el papel de Clark Gable en Lo que el viento se llevó y que se considera una mujer invisible. Cuando entro en una cafetería, no me atienden si no voy con alguien . Acude puntual a nuestro encuentro con un cocker canela que responde al nombre de Flip, con porte de mujer razonable, sensata, calma, equilibrada, sosegada ¡Solo en apariencia! asegura. Y muy sensata no he sido nunca, pero he tenido sentido común . Este año, la Fundación Autor de la SGAE le ha concedido el Max de Honor a toda una vida.

XLSemanal. ¡Enhorabuena por este premio!

Ana Diosdado. Muchas gracias; ha sido muy bonito.

XL. ¿Le han dado mucho cariño a lo largo de su vida?

A.D. Sí, siempre he tenido alrededor gente que me ha querido mucho y otra que no ;sonríe;. También tengo enemigos, o más bien gente que te pone la zancadilla. Y alguna me han puesto.XL. ¿Cómo se encuentra? A.D. Pues depende del día.

XL. Hace tres años tuvo un cáncer de pecho, después le descubrieron una leucemia

A.D. [Me interrumpe]. Después, no; lo tuve todo a la vez. Cuando me detectaron el cáncer de pecho, el equipo de hematólogos vio que tenía también leucemia; y esta la sigo teniendo. La mía es crónica y muy difícil de curar. Es una enfermedad que te deja con muy pocas defensas.

XL. Supongo que asusta escuchar un diagnóstico así.

A.D. Yo no me asusto con casi nada. Cuando me dijeron que había que operar rápido, me pareció bien. La palabra ‘cáncer’ no me produjo ninguna impresión. A mí, las palabras no bastan para asustarme.

XL. ¿Vivía sola?

A.D. Sí, desde que me separé de Carlos Larrañaga, vivo sola.

XL. Pero siempre con perros.

A.D. Siempre. He tenido uno detrás de otro. Mi padre era muy perrero y he salido a él. Siempre les pongo nombre de personajes de alguna obra de teatro o de alguna novela mía.

XL. Suele hablar de su padre, Enrique Diosdado, con cariño. Incluso recuerda de forma traumática que, tras el divorcio de sus padres, usted se tuvo que venir con su madre de Argentina a España y separarse de él.

A.D. Es que fue muy traumático. No recuerdo nada de mi infancia, no tengo recuerdos de los ocho años de mi vida en Argentina. Supongo que es una defensa. De hecho, no he vuelto a Argentina.

XL. Sorprende que no le quede ningún recuerdo.

A.D. Muy pocos, poquísimos. Sí recuerdo que mi padre me decía que, cuando conociera mi país España, me iba a encantar Pero cuando llegué a Barcelona me llevé una decepción enorme. Era tristísima. Yo venía de Buenos Aires, la ciudad de la luz, y en Barcelona todavía había racionamientos, restricciones de luz y de agua

XL. Usted se enamoró de un hombre interesante, culto, guapo pero un donjuán. Lo sorprendente es que una mujer de sus características llegase a aceptar ciertas cosas que eran de dominio público.

A.D. Las aceptas cuando estás muy enamorada, y yo lo estaba. Pero no era boba, es que él tenía permiso [sonríe].

XL. Pero hay cosas que a una mujer no le gusta compartir.

A.D. Ya sé que es una frase hecha, pero para mí la lealtad está por encima de la fidelidad.

XL. Entonces, ¿qué es lo que hizo saltar por los aires 20 años de matrimonio?

A.D. La falta de enamoramiento, porque el enamoramiento es breve. Hay parejas que van evolucionando y cada cierto tiempo se vuelven a enamorar. Son cosas muy difíciles de explicar porque no tienen argumentos, son situaciones anímicas y maneras de ser.

XL. ¿Qué tenía Carlos Larrañaga que casi todas sus exparejas hablan bien de él?

A.D. Bueno, hay de todo [sonríe], pero era un hombre encantador. Yo lo sigo queriendo mucho.

XL. Tras separarse, ¿la soledad no se le echa encima?

A.D. No, me gusta mucho; después de separarme, no he querido vivir con nadie. Te lo voy a explicar. hay gente a la que le gusta mucho defender su interior y esa soy yo.

XL. ¿Por eso dice que le gustan muy poco las entrevistas?

A.D. Eso lo decía antes porque era muy tímida. Ahora sigue habiendo algunas entrevistas que no me gustan nada. Esta sí me gusta, y no es por ‘darte coba’ [sonríe]. Tampoco lo paso muy bien en los actos públicos, que siguen sin gustarme.

XL. En su etapa como presidenta de la SGAE tuvo que acudir a muchos y cuenta que no lo pasó muy bien, que se sintió un poco ‘Miss Cuenca’.

A.D. No era un cargo ejecutivo, estaba muy claro en los estatutos, pero yo pensé que podría proponer cosas Y no. Recuerdo que Gutiérrez Aragón, que había sido el primer presidente, me decía. A ti no te va a pasar lo mismo que a mí, porque a ti te quieren mucho . Pero me pasó. fui ‘Miss Cuenca’ [sonríe]. Después, a José Luis Borau le fue aún peor.

XL. A Borau le explotaron las denuncias sobre la gestión en la SGAE y usted defe Bautista.

A.D. Cuando pasó todo aquello, yo ya no estaba y me alegro.Este asunto todavía está sub iúdice y a mí no me gusta hacer juicios paralelos. Y, respecto a Teddy, él es muy trabajador y muy inteligente.

XL. Desde la barrera ya, ¿cómo contempla tantas instituciones tocadas por la corrupción?

A.D. Pues así. todo, patas arriba. Hay corrupción a todos los niveles. desde lo más pequeño a lo más grande. Unos malversan, otros defraudan, otros no pagan impuestos, otros piratean, otros se lo llevan calentito La gente no ve mal la piratería, porque es lo que flota. el más listo no paga. Hay que recuperar los valores. VA-LO-RES.

XL. En su momento fue una mujer rompedora, se atrevió a cuestionar antes que otros una sociedad machista, llena de prejuicios que estaba anclada en

A.D. No me anticipé a nada, viví lo que me tocaba vivir entonces, y con el tiempo ves que la sociedad sigue necesitada de muchas rupturas [sonríe].

XL. A principios de los ochenta, en Anillos de oro reflejó los problemas que planteaba el divorcio, recién estrenado en España

A.D. Treinta años después, algunos de aquellos problemas sobre el divorcio o el aborto siguen más vigentes que nunca. Tenemos un serio problema.

XL. ¿Cree que la Iglesia se ha abierto poco en estas cuestiones?

A.D. La Iglesia, no; algunos fulanitos de la Iglesia. Algunos se han olvidado de la doctrina, se han olvidado del fundador; al que usan y manipulan, pero al que no hacen ningún caso.

XL. Usted siempre ha defendido a Alberto Ruiz-Gallardón

A.D. [Me interrumpe]. ¡Qué cambiazo!, ¿no? Claro que era muy defensora. Hemos tenido conversaciones muy largas y ahora no lo reconozco. Yo no creo que piense las cosas que dice a no ser que le hayan hecho un lavado de cerebro, y eso es muy difícil a ciertas edades. ¡Es la política!, yo quiero ser esto, yo quiero ser ministro Él no era así.

XL. La crisis nos ha llevado a una regresión importante en el estado del bienestar.

A.D. Más que regresión, los entendidos dicen que estamos viviendo una involución, y eso es más peligroso y da más susto. Espero que sea un trayecto corto porque me preocupa ver que muchos jóvenes desconocen cuestiones de cultura general que antes las sabías sin necesidad de haberlas estudiado. María Dolores Pradera, con mucha gracia, lo define como incultura general . Ahora, te dicen. Es que yo no había nacido . Esto me desespera. Yo tampoco había nacido cuando las Termópilas, pero sé de qué se trata.

XL. Tienen razones para estar desmotivados. ven un futuro negro, a sus padres sin trabajo

A.D. Pero antes, pese a todo, queríamos ser cualquier cosa. capitán de barco, ¡lo que se pudiera! Ahora no saben lo que quieren o no quieren ser nada concreto. ¿Qué vida van a tener si no quieren ser nada? Es muy preocupante porque eso, sobre todo, es ignorancia.

XL. Con lo poco que le gusta la prensa del corazón y las críticas que ha hecho a determinados programas, sorprendió verla una noche en Sálvame de luxe.

A.D. Fui porque me fiaba de Jorge Javier. Sabía que con él podía ir tranquila porque es muy buen amigo y muy fan. Cada uno habla de la feria según le va en ella y a mí Jorge Javier me ha demostrado que me respeta, me admira y me tiene cariño. De hecho, ya he ido dos veces a sus programas.

XL. Aun para dar caña, siempre habla tranquila, con sosiego

A.D. Eso es solo una apariencia falsa provocada por la timidez de antaño [se ríe]. Continúo con muchas ganas de protestar por todo aquello que no me gusta, aunque no grite.

XL. ¿Qué futuro le ve a las movilizaciones de los ‘indignados’?

A.D. Vamos a ver, vivimos con mucho entusiasmo la idea de la aldea global. estos han tomado la Puerta del Sol con pancartas y tiendas de campaña, y nosotros vamos a hacer lo mismo, y aquellos también van a hacer lo mismo Y cuando ya están las plazas de muchas ciudades llenas de pancartas y de gente, ¿qué? ¿Es solo un testimonio? ¿Qué paso hay que dar ahora? Este asamblearismo no es democracia, es falta de formación. No quiero ser irrespetuosa con esta gente, pero ¿y ahora qué? Ya se ha testimoniado la protesta ¿y?

XL. ¿Tendrían que dar el paso a la política?

A.D. Claro, pero luego tendríamos que saber a quién votamos, ¿no? Que ni siquiera lo sabemos ahora. ¡Qué decepción! Yo oía a la gente decir. Vamos a votar al PP para castigar al PSOE . ¡Hombre, no! No se puede votar en contra, hay que votar porque confías; siempre a favor de lo que sea, de lo que te parezca mejor. Lo contrario es falta de cultura. Pero, pese a todo, soy estúpidamente optimista y, aunque seguramente haya mucha manipulación detrás de casi todo, estoy casi segura de que esto que ocurre tenía que pasar para poder seguir adelante.

XL. Un par de curiosidades de hemeroteca. Ha dicho. Estoy loca, lo sé; y lo sé porque me conozco bien .

A.D. Ja, ja, ja, no recuerdo cuándo lo he dicho, pero es verdad; sí, sí, no hay más que verme.

XL. Tampoco se considera una mujer sociable; es más, dice ser bastante antipática.

A.D. Es que lo uno lleva a lo otro, ¿no? Me hubiera gustado mucho ser simpática de natural, pero cansa mucho.

XL. Amelia de la Torre, su segunda madre, le dijo un día. No aprendas nada de la casa porque, cuando lo sepas hacer, te pedirán que lo hagas . Dicho lo cual sorprende que sepa y le guste hacer ganchillo y petit point.

A.D. Pues todo eso es verdad [se ríe]. Me he hecho manteles con puntilla gruesa y es un relax. Hacer este tipo de labores tiene también su parte creativa, estás pendiente de cambiar de hilo cuando tienes que hacer una florecita de otro color Me distrae y me relaja mucho.

XL. Una última pregunta, ¿a usted quién la pone firme?

A.D. [Se lo piensa unos segundos]. Mmmmm, ¡pues no caigo! Creo que no ha nacido quien; y, si ha nacido, está muy calladito [sonríe].

Privadísimo

Nació en Buenos Aires el 21 de mayo de 1938. Es hija de Enrique Diosdado, actor y director, que al enviudar se volvió a casar con la actriz Amelia de la Torre, a quien Ana considera su madre.

De la mano de Margarita Xirgu, su madrina, trabajó en Mariana Pineda cuando solo tenía cinco años.

Estudió en el Liceo Francés y empezó Filosofía y Letras.

Con 24 años fue finalista del premio Planeta (En cualquier lugar, no importa cuándo, de 1962). Premio Mayte de Teatro, con Olvida los tambores.

En 1979 se casó en Lourdes con Carlos Larrañaga. En 1987 repitió boda en Toledo. Su matrimonio duró 20 años.

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