Una alternativa para ver al difunto de una rápida pasada a la hora del almuerzo

Con Robert L. Adams, los dolientes no necesitan siquiera detenerse para expresar sus condolencias. Este es el principal reclamo de esta funeraria situada en Compton, una de las zonas con mayores índices de criminalidad y pobreza de Los Ángeles.

El establecimiento, que lleva abierto desde 1974, es uno de los pocos en el mundo que ofrece a sus clientes una sala para funerales drive-through. En Robert L. Adams, además, el vidrio que protege al difunto es a prueba de balas; una solución muy conveniente para evitar los tiroteos habituales en los funerales al aire libre de algún miembro de los Bloods o los Crips, las dos grandes bandas rivales del lugar.

El vidrio que protege al difunto es a prueba de balas

Denise Knowles-Bragg, orgulloso gerente del establecimiento, alaba otras ventajas de sus servicios, especialmente pensados, dice, para ancianos con problemas de movilidad y personas con poco tiempo libre, que a la hora del almuerzo pueden pasar a despedirse rápidamente del finado. También, asegura, es una opción muy conveniente para los familiares de personas muy conocidas que esperan una amplia asistencia al funeral de su pariente.

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