recién casada a sus 85 años, la duquesa de alba no solo prepara su luna de miel en tailandia, sino que presenta su primera autobiografía. decidida a hacer historia ?y a escribirla personalmente si hace falta?, cayetana nos recibe en el palacio de dueñas. radiante y resuelta, repasa su vida y no deja títere con cabeza..

Harta a partes iguales de la cantidad de mentiras podridas que asegura que se escriben sobre ella y con ganas de proclamar a los cuatro vientos su amor por su recién estrenado marido, Alfonso Díez, la duquesa de Alba se ha liado, una vez más, la manta a la cabeza y se ha decidido a publicar sus memorias, escritas en primera persona. Yo, Cayetana, editadas por Espasa. El esfuerzo ha valido la pena. Han sido diez meses de trabajo para recordar 85 años intensamente vividos. En cerca de 300 páginas, la decimoctava duquesa de Alba se muestra como una niña prematuramente huérfana de madre, superprotegida pero, a la vez, falta de cariño en su destierro británico, huyendo de la Guerra Civil. Muy querida por su padre y educada por su abuela materna y por una hermana del duque la tía Sol, Cayetana fue rigurosamente instruida para convertirse en la digna heredera de la Casa de Alba . Dos guerras, decenas de pretendientes, un fuerte carácter, tres maridos y seis hijos serán los hilos conductores de este relato. En el palacio de Dueñas, en Sevilla, la duquesa nos abre sus puertas y, también un poco, su corazón. ¡Estoy otra vez enamorada! , nos dice, triunfal. üXLSemanal. Antes de nada, ¡enhorabuena por su boda!Cayetana de Alba. Gracias. Estoy muy feliz, ¡contentísima!XL. Quienes la conocen dicen que a usted no hay quien la pare cuando se le mete una cosa entre ceja y ceja. C.A. Sí, aunque no siempre he logrado lo que he querido.XL. ¿Qué se le ha resistido?C.A. Mmmm Me hubiera gustado tener otra hija y no lo conseguí. Y lo intenté mucho. Yo he tenido once embarazos y seis hijos; la que se murió al nacer era una niña.XL. ¿Es verdad que estuvo embarazada de Jesús Aguirre?C.A. Sí, pero no se supo si hubiera sido una niña, era muy prematuro. Lo perdí montando a caballo en el campo.XL. Confieso que he vivido y, por lo que escribe en sus memorias, intensamente.C.A. Sí, he viajado mucho, he conocido gente muy importante y me han pretendido muchos hombres. No me puedo quejar porque he tenido bastante éxito [sonríe].XL. Sin embargo, hubo momentos muy tristes en su niñez. Impresiona mucho leer que, de niña, nadie entró nunca en su cuarto a darle un beso de buenas noches. Esa costumbre no formaba parte de la tradición de la Casa de Alba dice. Eso pertenece a los cuentos . ¿Se sintió entonces muy sola?C.A. Mi madre murió cuando yo tenía seis años y no he tenido hermanos, aunque sí muchos amigos y gente que me quería; sobre todo mi padre. Sola no me he sentido, la verdad, porque me casé muy joven. XL. Asegura que en Inglaterra, donde pasó la Segunda Guerra Mundial, Frau Dorphi era la única persona que le daba algo parecido a un abrazo si la veía triste.C.A. Mi padre me educó para seguir su camino, porque no tenía hermanos. Me educaron para no quejarme. Pero mi padre me adoraba y siempre decía. No cambio a esta niña por ningún niño .XL. También cuenta que no recuerda nada del entierro de su madre y que no vio lágrimas en su casa. ¿La suya es una familia tan dura y contenida como la describe? C.A. Yo, no; yo sí he llorado. ¡Claro! Con todo lo que he pasado Pero soy alegre. He sido una mujer muy feliz. Los recuerdos de mi infancia más felices eran en Sevilla con mis primos. Me gustaba trepar a los árboles, jugar a juegos de niños, a los indios era muy bruta [se ríe].XL. En el panteón de los Alba, en Loeches, están enterrados su madre, su padre, sus dos primeros maridos No me extraña que lo mire como un monstruo que se traga los seres más queridos de mi vida . C.A. No me gusta mucho [sonríe]. XL. ¿Por eso dice que prefiere que la incineren?C.A. Sí, sí, aquí en Sevilla y que dejen mis cenizas debajo del Cristo de los Gitanos. XL. Cuando conoció a Luis Martínez de Irujo, él estudiaba Ingeniería Industrial y como tenía muchas ganas de casarse le dijo que para qué ser ingeniero si iba a ser duque de Alba. C.A. Y lo convencí y lo dejó, es verdad. Ahora me imagino que me matarían por decir una frase así. Pero Luis llegó muy lejos, a pesar de dejar la carrera a medias. Fue académico, presidente de muchas cosas XL. ¿A sus hijos les recomendó lo mismo?C.A. No. Aunque, al final, los que no hicieron carrera son los más listos y los que han llegado más lejos. Jacobo ha tenido dos editoriales de primera clase, con muchos premios. Cayetano ha sido olímpico. Y Eugenia gana muchísimo, es muy creativa, sabe hacer lámparas y la necesitan para cada tienda que abren. Y estos tres son los que no han hecho carrera y los que han sido victoriosos en la vida. Así que no es necesario estudiar tanto para triunfar. Churchill no hizo una carrera y ha sido el estadista más importante del mundo.XL. Asegura que su padre la educó con rigidez y, a la vez, con mucho cariño, pero luego reconoce que usted con sus hijos ha sido muy consentidora y que encima algunos se quejan.C.A. Es verdad y no entiendo por qué, les he dado todo. Mi marido fue muy estricto con los dos mayores, pero yo no.XL. Cuenta usted innumerables anécdotas con los reyes. Alfonso XIII fue un padrino muy cariñoso y la reina Victoria Eugenia, casi su segunda madre.C.A. Me querían mucho y yo soy monárquica hasta la muerte. XL. Ha llegado a decir. Yo me mato por el rey. Quien esté con el rey está conmigo y quien esté contra el rey también es mi enemigo . C.A. Es que no creo nada en las ideas republicanas. Con la monarquía nunca hemos tenido una catástrofe como con la República. ¡Hay que ver con la República! Yo he salido de Madrid, de niña, con las iglesias ardiendo, con las calles quemadas y la gente chillando, y a mí eso no me gusta. Hemos tenido unos reyes fantásticos y muy españoles.XL. ¿Todos sus maridos comparten su devoción monárquica? C.A. ¡Ya lo creo! XL. ¿Hubiera sido imposible de otra manera? C.A. Los hubiera convencido [risas], pero todos han sido muy monárquicos; Alfonso, también.XL. Cayetana también se siente muy orgullosa de contar que Franco nunca pisó el palacio de Liria y que ni siquiera fue invitado a su boda en Dueñas.C.A. Sí, porque mi padre dejó la Embajada en Londres por los desplantes que Franco hacía a la reina y a don Juan y sabía que no pensaba darle paso. Luego hicieron un referéndum y salió la monarquía, no te olvides. XL. A los tres hombres que han compartido su vida les ha exigido que respeten su libertad. ¿Le asfixia el matrimonio convencional?C.A. ¡Hombre!, la libertad no está nada mal [sonríe], y yo soy una mujer bastante especial, con muchas aficiones al flamenco, al esquí, a la equitación, a la pintura y las he practicado todas, las artísticas y las deportivas.XL. Por cierto, dice que le gustaría tener otro timbre de voz.C.A. ¡Ah, sí! [sonríe]. Porque bailar lo hago bien, pero cantar, no. Y me encanta la ópera. Me hubiera gustado poder cantar bien.XL. Mi familia tendrá defectos asegura, pero no carecemos de la virtud de la caridad . Una adolescente Cayetana, sin que nadie se enterara, llevó todas sus joyas a empeñar para ayudar a los niños de un colegio de salesianos. Desde Ansorena llamaron a Liria y su padre desautorizó la operación.C.A. Y es normal la reacción de mi padre, yo era muy joven y esas joyas eran parte de la herencia familiar.XL. Su padre le inculcó el deber de mantener el patrimonio de la Casa de Alba intacto y, si era posible, aumentarlo. En momentos de apuro, ¿no ha practicado eso de benditos sean mis bienes que remedian mis males ?C.A. No. Mi padre me enseñó a mantener el patrimonio familiar unido, y yo lo he hecho. He aumentado el legado porque compré cuadros y otras cosas. Y mi hijo Carlos también piensa así y estoy segura de que lo hará muy bien. Lo único que he vendido de la Casa de Alba fue una diadema, la rusa, para comprarle un caballo maravilloso a Cayetano.XL. Nunca ha desvelado cuánto le costó reconstruir el palacio de Liria tras ser bombardeado en la Guerra Civil y asegura que difícilmente acertarán .C.A. No se sabrá jamás. Liria es mi gran obra. La he hecho yo sola sin ayuda de nadie, solo la de mi marido. Y todo salió del bolsillo de los Alba.XL. Dice que Cayetano siempre le reprocha lo poco que le ha contado de su niñez, ¿van a descubrir sus propios hijos cosas que no sabían en esta biografía?C.A. No lo creo. Además, Cayetano y Eugenia, que son los que más protestan, son mis preferidos [risas]. Luis fue muy exigente con Carlos y Alfonso, y yo consentí mucho a los dos pequeños.XL. En sus memorias reconoce que fue mejor esposa que madre. Ser esposa era más gratificante para mí , dice.C.A. Lo que pasa es que a mí me gusta mucho tener un amigo y querernos mucho. Pero soy una madre que siempre, cuando eran pequeños, salía corriendo de cualquier evento o de algún concierto a la hora del baño del bebé. Me encantaba bañarlos y cuidarlos. Ya cuando eran más mayores, los quería igual, pero les dejaba su independencia.XL. Dice que tener un hombre al lado le da mucha fuerza.C.A. ¡Hombre!, siempre no; pero he sido muy feliz con ellos. Por desgracia, se murió mi marido y me volví a casar con Jesús, que era un hombre extraordinario y quizá el más importante de mi vida. Pero también se murió y lo pasé muy mal; aunque, entre medias, tenía muy buenos amigos y amigas, y muchas personas que me pretendían.XL. Tanto que sus amigas la llamaban la Bombilla C.A. Sí, eso era de soltera por la cantidad de moscas y moscones que tenía alrededor.XL. No puedo decir si fui guapa, pero lo que sí sé es que soy atractiva, interesante, diferente y original asegura en sus memorias. Soy una persona especial. Puedo parecer excesiva, pero me molesta la falsa modestia .C.A. Muy especial y muy original, sí [se ríe]. Nunca se me resistió ningún hombre que a mí me interesara. XL. ¿De verdad no ha ido nunca detrás de un hombre que no se diera por enterado de su interés?C.A. No, no me ha hecho falta; siempre han empezado ellos.XL. Reconoce que le ha divertido flirtear, aunque sin faltar el respeto , y asegura que ha tenido amores, pero no amantes.C.A. Eso es así, sí. He tenido muchos amores, pero yo soy muy católica, ¡ya lo creo! Yo no concibo una historia de amor sin casarme. Casi todos mis hijos se han divorciado, y yo no lo entiendo. Es muy malo para los niños y siempre hay que pensar primero en ellos. XL. ¿Nunca se le ha pasado por la cabeza el divorcio? C.A. No, yo no creo en el divorcio. Se ha dicho que, de no haber sido por la enfermedad, me hubiera divorciado de Luis, y eso es mentira podrida. XL. ¿Es verdad que sigue teniendo en la cabecera de la cama el retrato de su primer marido y que no lo quitó cuando se casó con Jesús Aguirre?C.A. Sí, y el de Jesús también lo he puesto. Yo no rompo mi pasado por mi presente.XL. ¿Pondrá también el de Alfonso?C.A. Claro. ¡Como debe ser! Los tres son parte de mi vida. XL. Su reencuentro con Alfonso lo describe así. Un caluroso día primaveral, saliendo del cine Verdi, un hombre guapo, alto, elegante y con una sonrisa muy agradable vino directo hacia mí y me dio un gran abrazo. Caímos el uno en brazos del otro con cariño y emoción. ¡Ah, qué bien se estaba entre unos brazos tan fuertes y un pecho de hombre! Porque mi cabeza le llega a Alfonso justo a la altura del corazón . ¿Cayó rendida como un pajarito?C.A. No, se enamoró él primero y yo, después. XL. Sospecha en su libro que alguno de sus hijos acudió a la reina Sofía para que la convenciera de no seguir adelante con su noviazgo con Alfonso y que, por este motivo, la reina la recibió en Zarzuela para sondearla al respecto.C.A. Pero la reina siempre ha sido muy amable y exquisita conmigo. La última vez que hablé con ella estuvo muy cordial dándome la enhorabuena y me dijo que, cuando fuera a Madrid, fuese a verla. Unos días antes de mi boda fui con Alfonso a ver al rey y estuvo encantador.XL. Habla en sus memorias de fantasmas que deambulan por los palacios de Liria, Monterrey y Dueñas, de velones que se encienden tras ser apagados, de pasos que se oyen por la noche y de llamadas en las puertas. ¿Cree en estas cosas?C.A. En Liria, algún empleado ha visto cruzar por los salones a un personaje misterioso; y en Salamanca, en el palacio de Monterrey, dicen que están el conde-duque de Olivares y su hermano, que cayó por la escalera. Son fantasmas buenos que nos cuidan [sonríe]. XL. Pero usted asegura que los ha visto con sus propios ojos Cuénteme alguna de estas experiencias fantásticas.C.A. Una vez perdí en un cine de Madrid el anillo que Alfonso me había regalado y no lo encontramos por mucho que miramos por todas partes. Y luego, muchos días después, cuando fuimos a Salamanca y entramos en mi cuarto, allí estaba el anillo en la bandeja del tocador.XL. ¿Y lo entendió como una insinuación de arriba que tenía que ver con usted y con Alfonso? C.A. No trato de explicar nada, son dones que no se sabe de dónde vienen ni lo que significan. Pero ocurrió así. XL. Seguro que muchos se preguntan, a estas alturas, ¿qué necesidad había de casarse?C.A. Yo soy católica y mi religión dice que, si quiero vivir con una persona, tengo que casarme con ella. Yo lo siento mucho, pero el que no se casa y vive en pareja no es católico, por muy cómodo que sea. Están equivocadísimos. XL. ¿Qué admira de Alfonso?C.A. Es un señor muy culto, entiende mucho de arte, inspira mucho amor y cariño y es leal, lealtísimo.XL. ¿Se ríe con él?C.A. ¡Ya lo creo! ¡Muchísimo! Desgraciadamente ninguno de mis maridos ha sido andaluz, pero Alfonso tiene mucho sentido del humor.XL. ¿Cómo se imagina el futuro a su lado?C.A. Ni idea, espero que estupendo. Alfonso va a trabajar aquí, en Sevilla. XL. ¿Qué no le perdonaría nunca a su marido?C.A. La deslealtad.XL. ¿Cree que le han sido siempre fieles?C.A. Sí.XL. ¿Y usted a ellos?C.A. Sí. XL. ¿La han querido más de lo que los ha querido?C.A. No lo sé, igual. XL. Casi al final de sus memorias dice. Confieso que he vivido, pero que también he dejado vivir a los demás; y pienso seguir viviendo, aunque solo sea por esa cara de susto que ponen todos cuando les apunto con el dedo índice y les digo. ¡Os pienso enterrar a todos! .C.A. ¿Yo he dicho eso? Pues no me acuerdo [se ríe].üLa duquesa de Alba ha dejado instrucciones precisas sobre el epitafio que desea que figure, junto a sus cenizas, al pie del Cristo de los Gitanos. Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió . n

Tres amores, una vida

Jesús aguirre De Jesús y de mí aún hoy se atreven a decir bobadas y mentiras. Hablo de la serie de televisión y de un señor que no me suena de nada , afirma la duquesa refiriéndose al libro de Manuel Vicent. Y añade. Jesús era muy hombre

Alfonso Díez Al principio de nuestro noviazgo se insinuó que yo estaba trastornada. Puede que lo estuviera, pero de amor, porque sigo siendo una romántica, aunque tengo los pies en la tierra

Luis Martínez de irujoCayetana lo convenció de que dejase los estudios de Ingeniería para poder casarse antes. Pero Luis llegó muy lejos, a pesar de dejar la carrera a medias. Fue académico y presidente de muchas cosas .

El padre Mi padre era el gran sostén de mi vida, mi modelo, mi ídolo . En la imagen de abajo, el día de su primera boda

Los hijos Mis hijos me han salido complicados; muy buenas personas, pero complicaditos , afirma la duquesa en sus memorias. En la foto, con su hijo Cayetano.

Con mucho arteLa duquesa de Alba ?en la foto, en 1970? siempre ha tenido inquietudes artísticas. Pinta con destreza, pero dice que el don que le hubiera gustado tener es cantar bien. Es una gran aficionad

Perlas y dardos de Cayetana

Extractos de las memorias de la duquesa de Alba «Yo, Cayetana»

El primer amorDisfruté muy poco de mi primer amor (Pepe Luis Vázquez). Papá se enteró enseguida y me mandó de vuelta a Londres. No sé si lloré, pero seguro que se me rompió el corazón.

El paso del tiempoYo nunca me he operado, lo que sí hago es tratarme mucho la cara y me doy muchas cremas. nunca he utilizado maquillaje, siempre he ido con la cara lavada, salvo los últimos años, que me pinto la raya de los ojos.

Mi segundo maridoEl sexo entre Jesús y yo siempre fue estupendo. Nunca se entendió, ni entonces ni años después, la relación de una pareja como la nuestra.

De políticaEn su momento voté socialista, a Felipe González. Del resto de las veces no digo nada, el voto es secreto

Sobre el divorcioEl divorcio ha hecho desgraciados a muchos. Yo tengo un hijo muy desgraciad

Mar FloresLa mayor locura de mi hijo fue una mujer. Mar Flores. Ha sido uno de los episodios más desagradables de esta Casa. Fue un espanto, una espiral que nos agarró a todos.

Genoveva CasanovaCuando me enteré de que Cayetano iba a ser padre de mellizos, no tenía ni idea de quién era la madre. Una vez informada, la joven no me pareció mal después de lo que había sido la vida de Cayetano.

La bodaNunca he parado hasta conseguir lo que quiero si creo que lo merezco y no hago daño a nadie. Lo que más feliz me hace es que el amor entre Alfonso y yo ha terminado en boda, como tiene que ser cuando ese amor de pareja es verdadero.

La donaciónDesde el primer día, Alfonso dejó muy claro que solo me quería a mí. Se ha presentado ante mis hijos con un abogado, para renunciar a lo que le dijeran ellos.

Su primer maridoCuando murió Luis, me parecía todo irreal. ¿Adónde iba yo a ir sola, con seis niños, desamparada, habiendo perdido a los dos hombres que más había querido [su padre y Luis]? Me quedé sin norte por primera vez.

El carácterEs cierto que me he puesto el mundo por montera, pero se han empeñado también en que he dormido con muchos de los que llevaron la dichosa montera.

Alfonso DíezLo conocí hace 30 años y él me escribía postales de cada lugar del mundo que visitaba. Yo nunca le contesté. Él estuvo siempre enamorado de mí. Ahora, recordando esas historias, le digo. Mira que eres idiota, por tímido hemos perdido 30 años

Sobre francoFranco intentó que su hija Carmencita se pusiese de largo conmigo en la misma fiesta. Y mi padre, irritado, exclamó. ¿Pero qué se ha creído? ¡Todavía hay clases! .

Antonio, el bailarínSi no hubiera sido porque era de la otra acera, Antonio podría haber sido un amor en mi vida. Pero no lo fue. Nunca me he parado a pensar por qué escribió aquellas memorias tan falsas y dañinas. En los últimos años de su vida estaba solo, resentido y amargado. Este tema está agotado.

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