Biden, el presidente más veterano de la historia de Estados Unidos, no está solo. Los grandes líderes políticos de Washington rondan o superan los 80 años. Desde el presidente de los Estados Unidos, pasando por Mario Draghi hasta la reina Isabel II de Inglaterra, la gerontocracia goza de buena salud en una importante parte de Occidente, te explicamos por qué. Por Ixone Díaz Landaluce/Fotos: Getty Images y GTRES

Desde niño, cuando pasó horas y horas recitando poesías ante el espejo para superar una tartamudez severa, la perseverancia ha sido el rasgo dominante del carácter de Joe Biden. Convertirse en presidente de Estados Unidos era su ambición desde la década de los ochenta. Y, después de intentarlo en tres ocasiones, lo consiguió en enero, a los 78 años, cuando se convirtió en el líder con más edad en jurar el cargo en su primer mandato.

Gerontocracia en EE.UU, la nueva política 1

Jose Biden, presidente de los Estados Unidos, 78 años.

Aunque un estudio publicado en el Journal of Active Aging ha estimado que tiene un 95,2 por ciento de posibilidades de sobrevivir a su primer mandato, su edad (pero también su tendencia al lapsus y su extenso historial médico) ha puesto en el foco la gerontocracia que gobierna Estados Unidos. Porque no es solo él. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, cumple 81 este mes; Mitch McConnell, líder Republicano en el Capitolio, tiene 79; y Janet Yellen, nueva secretaria del Tesoro y quinta en la línea de sucesión presidencial, soplará 74 velas en agosto.

No siempre ha sido así. De hecho, la reciente historia norteamericana está llena de líderes jóvenes. Clinton juró el cargo a los 46; George W. Bush, a los 54; y Obama, a los 47. Kennedy, que se instaló en la Casa Blanca con 43, sigue siendo el más joven. Pero qué ha ocurrido en el último lustro? «Nada extraño -explica Raul Magni Berton, autor de varios estudios sobre el fenómeno-. Hay más gente mayor, los jubilados votan más que los jóvenes y lo hacen a gente de su edad».

En épocas de miedo e incertidumbre, la experiencia asociada a la edad cotiza al alza en las elecciones, sugieren algunos analistas

Según el think tank con sede en Washington Pew Research Center, la media de edad de los votantes en Estados Unidos es de 50 años. En 1996 era de 44. Algunos analistas sugieren, además, que en épocas de miedo e incertidumbre la experiencia asociada a la edad cotiza al alza electoral. «Es un factor que los votantes valoran, pero no es el único», explica Magni Berton, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Grenoble.

Trayectoria o chequera

Y la historia reciente le da la razón. Trump, sin ir más lejos, tenía 70 al llegar a la Casa Blanca, pero ninguna experiencia en gestión pública. «Ser mayor suele ser una desventaja en las competiciones electorales que se compensa porque son candidatos que tienden a retirarse antes -razona el experto-. Por ejemplo, si eres demócrata y no te gustan ni Biden ni Elizabeth Warren, prefieres a Biden porque es más probable que no encadene dos mandatos».

Los sistemas presidenciales son más dados a ‘producir’ líderes mayores. En los parlamentos, los partidos tienen más control sobre los candidatos y prefieren líderes jóvenes y fotogénicos

Pero hay otras explicaciones. Para empezar, los sistemas presidenciales premian la jerarquía y son más dados a ‘producir’ líderes mayores. Entre los parlamentarios, en cambio, los partidos tienen más control sobre los candidatos y, por razones estratégicas, suelen preferir líderes jóvenes y fotogénicos.

En los sistemas presidencialistas, «el proceso depende más del candidato y de qué recursos tiene este a su alcance», explica Kaare Strom, profesor de la Universidad de California en un artículo de The New York Times. Esos ‘recursos’ pueden ser grandes fortunas (como en el caso de Trump y McConnell) o expedientes de servicio público impresionantes como el de Biden, tras cuatro décadas en el Senado y ocho años como vicepresidente.

Algunos expertos apuntan también al factor generacional. Aunque ni Biden ni Pelosi ni McConnell son baby boomers, pues nacieron antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, su juventud y su vida adulta han estado marcadas por un prolongado periodo de prosperidad que les habría permitido posicionarse mejor, perpetuarse en sus cargos y comprometerse con la transformación social.

A Biden, por ejemplo, su perfil moderado (se ha definido como «demócrata conservador») le ha ayudado a navegar las aguas de su partido durante medio siglo hasta llegar al Despacho Oval. Y lo mismo puede decirse de Pelosi, la actual presidenta de la Cámara. Aunque iba para ama de casa (se casó con 23 años y tuvo cinco hijos antes de los 30), en 1987 ya era congresista. Sin temor a marcar perfil propio (criticó con dureza la intervención en Irak) y manteniéndose neutral en los procesos de primarias, fue ganando peso en Washington hasta convertirse, en 2007, en la primera mujer en presidir el Congreso.

Gerontocracia en EE.UU, la nueva política

Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, 80 años

Por su parte, el líder de los Republicanos, McConnell, ha hecho gala de una capacidad extraordinaria para adaptarse a los escenarios cambiantes de la política de su país. Percibido durante una época como un gran forjador de pactos, con Obama se ganó a pulso la fama de obstruccionista y con Trump no tuvo reparos en convertirse en el facilitador del presidente más controvertido de la historia.

Kamala Harris, en el horizonte

¿Pero tienen futuro las gerontocracias? «En Occidente sí porque cada vez tenemos poblaciones más mayores», dice Magni Berton. Pero, de momento, el fenómeno solo afecta de manera significativa a Estados Unidos. De hecho, en la mayoría de los países de la OCDE, la edad media de los líderes políticos (54 años) se ha reducido de forma constante en medio siglo. Hay quien cae en la tentación de equiparar gerontocracia con decadencia o establecer comparaciones odiosas con la clase dirigente que gobernó la última etapa de la URSS, pero lo importante no es tanto la edad de quien gobierna, sino que los más jóvenes tengan espacio y oportunidades de liderar sus propios proyectos políticos. Figuras tan prominentes como la de Alexandria Ocasio-Cortez, de 31 años, demuestran que es posible. Al menos, en teoría.

«Necesitamos un nuevo liderazgo», desafió en diciembre la joven estrella demócrata sin dar nombres. No hacía falta, claro. Pero cuando Nancy Pelosi revalidó en enero su mandato como presidenta de la Cámara a sus 81 años, ninguna joven promesa del partido se atrevió a desafiar su candidatura. «Yo no estoy lista. No puedo ser yo», se excusó Ocasio-Cortez. Quizá porque, pese a las críticas, cualquiera que aspire a relevar a Pelosi deberá hacer méritos para competir con su energía y su tirón mediático.

Instigadora de los dos procesos de impeachment abiertos contra Trump, su aplauso sarcástico al discurso del estado de la Unión que el presidente pronunció en 2019 ya es historia del parlamentarismo norteamericano. Además, el relevo generacional podría estar a la vuelta de la esquina. Biden ha insinuado con insistencia que podría ser un presidente de un solo mandato, abriendo la puerta a un nuevo liderazgo. Un poco más joven, mucho más femenino y, probablemente, menos blanco, ya que Kamala Harris cumplirá 60 años en 2024.

Y en Europa también

∴ Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal. 72 años

Gerontocracia en EE.UU, la nueva política 2Acaba de ser reelegido con mayoría absoluta. Hijo de político, lleva medio siglo en el ajo. La experiencia, en su caso, es un grado. Exhibe profundidad intelectual y cercanía al pueblo con igual desparpajo, además de ser un hábil negociador.

∴ Sauli Niinistö, presidente de Finlandia. 72 años

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En política desde 1977, ha sido concejal, ministro, ha presidido el Parlamento y lleva casi una década como presidente. Europeísta convencido, fue clave para la entrada de su país en el euro. En 1995 perdió a su mujer en un accidente de tráfico y en 2004 sobrevivió al tsunami en Tailandia tras pasar horas sujeto a un poste.

∴ Isabel II, reina de Inglaterra. 94 años

Gerontocracia, la nueva política 2Isabel II lleva en el trono 68 años, el reinado más largo en la historia de su país. El 21 de abril cumplirá 95 años, fecha que muchos analistas han señalado como el día en que cederá el mando a su hijo Carlos. La reina ha conocido a 14 primeros ministros.

∴ Mario Draghi, primer ministro de Italia. 73 años

Gerontocracia, la nueva política 3‘Super Mario’ se ha movido entre la política y las finanzas. Se forjó en los ochenta en el Banco Mundial, dirigió el Tesoro italiano y pasó por Goldman Sachs antes de presidir el Banco Central de su país y el BCE. Sin ser cargo electo, ha sido nombrado primer ministro.

∴ Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo. 65 años

Gerontocracia, la nueva política 5Abogada, saltó a la política en 2005. En seis años ocupó tres carteras y, tras la crisis de 2008, el Financial Times’la nombró «mejor ministra de economía de la zona euro». En 2011 se puso al frente del FMI y en 2019 del Banco Central Europeo.

Foto apertura: 78 años, Joe Biden, presidente de los Estados Unidos. 74 años, Janet Yellen, secretaria del Tesoro. 79 años , Mtch McConnell, líder de los republicanos en la Cámara. 80 años, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes

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