Hitler pasó rápidamente de la categoría de ser humano a convertirse en una bestia; un seductor capaz de arrastrar a las masas.

Hitler, un falso héroe de la Primera Guerra Mundial

Los militares

Impresionaba a los soldados por su don para reducir los problemas a lo básico. A ello añadía ciertos gestos con sus colaboradores, como no dejar que le sirvieran primero en la mesa, lo que no evitaba sus accesos de cólera. Su estrategia militar se basaba en la intuición. Tenía golpes de genio, como su rechazo al plan original del Ejército para invadir Francia: era un mero calco del de la Primera Guerra Mundial.

Las mujeres

Para Hitler, la mujer debía ser ama de casa porque, si no, generaba paro. Pero, a la vez, decía: «Ellas lideran, luego siguen los niños y, cuando tengo controlada a la familia, siguen los padres». Su gran amor fue Geli, hija de su media hermana, a la que no dejaba ver a otros hombres. Murió por un disparo del arma de Hitler. Se dijo que fue un suicidio. Él tuvo una depresión, de la que salió gracias a Eva Braun.

El pueblo

Físicamente, no reunía ni los requisitos que él exigía a las SS, pero quienes lo trataron hablan de la fuerza de su mirada. La imagen que los alemanes tenían de él fue mediatizada por los pósters que lo mostraban con su mejor aspecto. El otro punto fuerte era su oratoria. Pese a ser sus discursos repetitivos y su voz molesta, lograba una puesta en escena eficaz gracias a su don para manipular las emociones de la multitud.

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