La ‘rEvolución’ de Cendoya

Usted, a buen seguro, y especialmente si es capaz de leer este suelto, pertenece a la especie de los Homo sapiens. No está tan claro que pertenezca a los Homo digitalis, que es el próximo paso evolutivo que le espera a la humanidad y cuyo tránsito se está produciendo ante nuestras narices. Todo ello lo asegura Román Cendoya en un libro revolucionario que lleva por título, precisamente, rEvolución y en el que reflexiona acerca de las tres categorías que, según su criterio, tiene el espécimen que está a caballo entre el Homo sapiens y el Homo digitalis, o sea, nosotros. Cendoya, empresario, periodista y agitador de todas las curiosidades que hay en la sociedad, considera que los individuos que nos enfrentamos a la revolución digital que ha cambiado el mundo en apenas quince o veinte años nos clasificamos, según nuestras habilidades, en Prebotónicos, Botónicos y Táctiles.

Es una pirámide de edad, claramente, aunque tiene excepciones. algunos de los que tenemos edad de haber sido Botónicos, es decir, enrolados a lo digital pero con resistencias a según qué progresos, somos partidarios de adivinar a diario qué se esconde detrás de cada pantalla táctil. Unos y otros, en cualquier caso, somos conscientes de la imposibilidad de vivir sin las nuevas tecnologías, esas que han creado una revolución global sin precedentes en la historia de la Humanidad y que conlleva no solo la transformación del modelo productivo, sino de los mismísimos pilares de la sociedad. el individuo, en suma, ha tenido que aprender a actuar con instrumentos tecnológicos que no entiende, pero que están modificando su cotidianidad.

Los Táctiles son aquellos que ya no necesitan un teclado para relacionarse con las nuevas tecnologías, esas que hacen que esta ‘rEvolución’ se produzca en el tiempo más corto de la historia; pero hasta ellos mismos, hoy innovadores, serán estudiados como prehistóricos de la era digital así pasen un par de décadas.

Cendoya sostiene, y con razón, que lo que cambia el mundo, además de la facilidad de acceder a toda la información y a todas las posibilidades de entretenimiento, es que la ‘rEvolución’ produce millones de parados, a diferencia de otras anteriores que, a pesar de haber destruido empleo, crearon mucho más. Dentro de poco tiempo, la mayoría de los procesos industriales estarán totalmente robotizados y entonces el problema será la sustitución del hombre por la máquina. Los libros electrónicos, tan prácticos ellos, evitarán mucha tala de árboles, pero también el trabajo de quienes los cortan, los trasladan y los imprimen. El planeta será muy verde y tal y tal, pero verá a muchas generaciones deambular desorientadas en busca de nuevos oficios. No es ni bueno ni malo, pero sí es subrayable, que es lo que realiza el escritor donostiarra en este delicioso libro.

El ordenador, Internet, las lavadoras con mil programas, el DVD con varios formatos, ya el HD o el Blu Ray, el teléfono móvil con el que lo de menos es llamar, navegadores GPS, iPods, la domótica casera, todo hace que nos preguntemos cómo podíamos sobrevivir sin todo ello, de la misma manera que ahora nos reímos del día en que tanto nos sorprendimos de la aparición del fax o de la llegada de aquel ordenador revolucionario que fue el Amstrad a ojos de hoy, lento e inconcebible y que supuso una puerta de entrada a la informática a millones de ciudadanos. Hoy vivimos de manera diferente y somos incapaces de prever la forma tan diferente en la que vamos a vivir en los próximos años. Sea mejor o peor, será inevitable.

El libro de Cendoya es no solo un repaso a lo que ha pasado, sino una previsión de lo que va a pasar tanto tecnológica como sociológicamente. He pasado una tarde deliciosa leyéndolo y los invito a que lo hagan. El mundo está cambiando ante nuestras narices y algunos no quieren darse por enterados. Este libro demuestra que ello es un error.

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