¿Hemos dejado atrás la crisis? ¿Nos sustituirán los robots? ¿Qué pasará con el euro? Cuatro premios Nobel de Economía nos hablan del futuro. Por Carlos Manuel Sánchez

 OLIVER HART (Londres, 1948)

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Universidad de Harvard. Premio Nobel 2016 por sus aportaciones sobre los contratos y la estructura de las compañías. Se han usado en litigios entre grandes firmas y gobiernos.

XLSemanal. ¿Cómo ve el vaso, medio lleno o medio vacío?

Oliver Hart. Políticamente estamos en un periodo difícil, pero saldremos adelante. Ahora, ¡me pongo de los nervios cuando veo a Trump! No quiero hablar de él…

XL. ¿Y por qué?

O.H. Vamos a aguantarlo cuatro años? Da miedo. Y más pensar que el sistema político haya instalado en el poder a alguien como él. No creo que vayamos a tener una guerra nuclear con Corea del Norte, pero tenemos un presidente que va diciendo unas cosas…

XL. Se me ha puesto usted apocalíptico…

O.H. Vivimos en un mundo en el que mucha gente tiene armas nucleares. Me preocupa que alguien acabe usándolas. Un grupo terrorista, un país pequeño…

XL. Asumamos que nadie comete semejante disparate, ¿qué podemos esperar de las próximas décadas?

O.H. La gran preocupación es que las economías no crezcan tan rápido. Cómo va a reaccionar la gente? Cómo superará la rabia de ver que sus vidas no van a mejorar ni las de sus hijos? Me preocupa que se busquen chivos expiatorios.

«El euro no sobrevivirá»

XL. ¿Como cuáles?

O.H. El ascenso de los populismos ya es un síntoma. O que se piense que con una vuelta al proteccionismo se va a solucionar algo. Mucha gente está cada vez más enfadada por los efectos de la globalización, pero el proteccionismo no los va a ayudar. Es malo para la economía. Trump se equivoca. Y también se equivoca aplicando una bajada de impuestos a los ricos. Va en dirección opuesta a lo que debería hacerse ahora.

XL. ¿Y qué debería hacerse?

O.H. Lo primero, debatir muy en serio hacia dónde nos conduce la automatización. Qué va a pasar si los robots hacen muchos trabajos? Grandes sectores de la población no van a tener un empleo nunca más. Y da miedo. Incluso si la sociedad acuerda que esta gente tenga un nivel de vida razonable y se crea un impuesto para sufragarlo.

XL. ¿Quién lo pagará?

O.H. Los trabajadores muy cualificados y las empresas que se aprovechan de la automatización… La buena noticia es que la automatización incrementa la prosperidad. Pero hay que buscar una manera de redistribuir esa riqueza. Y compensar a los que se quedan sin trabajo.

XL. Vale, pongamos que los políticos acuerdan algún tipo de compensación, ¿solucionado?

O.H. No, porque tendremos otro problema. ¿Cómo se va a sentir esa gente que no trabaja, aunque cobre? La autoestima y la felicidad dependen de sentirse útil. ¿Qué van a hacer? ¿Ir al fútbol? Van a ser muy infelices.

«¿Cómo se sentirá la gente que deje de trabajar por los robots? Aunque cobren dinero, serán infelices»

XL. ¿Qué me dice de Europa?

O.H. El brexit es muy problemático. Pero Francia ha dado buenas noticias; y Alemania, con la reelección de Merkel. Hay muchas cosas de la UE que me gustan, como el comercio y ¡es magnífico viajar sin pasaporte! Y muy cómodo tener la misma moneda, no pensar en cambiar libras o pesetas. Pero eso no quiere decir que el euro fuera una buena idea, los costes son enormes.

XL. ¿Sobrevivirá el euro?

O.H. Acabará por romperse. Lo que me preocupa es que, si no se desmantela ahora, acabe deshaciéndose en peores condiciones. Y no va a ser agradable.

XL. ¿De verdad que no le ve remedio al euro?

O.H. No existe una verdadera unión política en Europa. Y eso hace que resulte peligroso ceder algo tan importante como la política monetaria a una entidad ajena. Fue una de las causas del brexit. La gente tenía la impresión de que las autoridades que toman las decisiones ya no estaban en el Reino Unido, sino en Bruselas y Estrasburgo. Y eso no les gustaba. El descontento de los ingleses acabará aflorando en otras partes.

XL. ¿Y la UE superará estos problemas?

O.H. Sí. La mejor forma de sobrevivir pasa por no intentar integrarse demasiado. Francia, España, Alemania… son diferentes. La UE es una unión bastante buena, pero debe reconocer sus límites.

ERIC MASKIN (Nueva York, 1950)

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Universidad de Harvard. Premio Nobel en 2007 por el diseño de mecanismos capaces de solucionar problemas que el mercado, por sí solo, no tiene interés en resolver. Por ejemplo, incentivar a las empresas que contaminan a reducir sus emisiones.

XLSemanal. Está usted empeñado en reformar el sistema electoral estadounidense…

Eric Maskin. Sí, está obsoleto. Trump cosechó casi tres millones de votos menos que Clinton… Eso distorsiona el deseo de los votantes. Y pone a la democracia en peligro. Además, tenemos que estar seguros de que el sistema no ha sido hackeado.

XL. ¿Qué otras conclusiones podemos sacar de las últimas elecciones en Europa y EE.UU.?

E.M. Que los políticos deben estar muy atentos al populismo. La erosión de la clase media y la reducción de los salarios a niveles de subsistencia llevan a la gente a votar a partidos extremistas.

«La educación dejará de estar orientada al empleo. No habrá mercado laboral»

XL. ¿Qué opina del brexit?

E.M. Una mala idea. La vuelta al proteccionismo… Que otros países lo imiten, que se produzca una desintegración de la Unión Europea, es un riesgo. Europa ha disfrutado setenta años de paz gracias a la cooperación económica. Si esta se deteriora, nadie sabe qué puede pasar.

XL. La diferencia entre ricos y pobres aumenta…

E.M. La globalización ha dado oportunidades a la gente con conocimientos, pero ha dejado fuera a los que no los tienen… Hablo de los países emergentes. En los ricos, el problema es otro. la automatización. Trump atrae a la gente que ve cómo ha perdido poder adquisitivo. Pero no da soluciones reales.

XL. ¿Y cuál sería una?

E.M. Redistribuir la riqueza, vía impuestos. Pero él pretende lo contrario, que los ricos paguen menos.

XL. O carga contra los inmigrantes…

E.M. También. Mire, mis abuelos eran judíos rusos que encontraron asilo en EE.UU. Y tengo muchos alumnos en Harvard que proceden de países considerados terroristas. Discriminar va en contra de los valores democráticos. Y de la ciencia…

XL. ¿Por qué?

E.M. La ciencia funciona gracias al intercambio de ideas. EE.UU. está a la cabeza en investigación gracias a todos aquellos que se han ido allí a investigar.

XL. ¿Qué podemos hacer?

E.M. Para empezar, darle una red de seguridad a la gente que perderá su trabajo por la automatización. Si pierdes tu trabajo porque la sociedad lo ha eliminado, te mereces una vida decente, vuelvas o no a encontrar un empleo.

XL. ¿Se refiere a la renta básica universal?

E.M. Sí. Estoy a favor. Va a ser muy importante. A largo plazo, la mayoría de los trabajos terminarán siendo eliminados por las máquinas. Pero nos tenemos que preparar para eso…

XL. ¿Cómo?

E.M. El sistema educativo tiene que reorientarse. Ahora está orientado a preparar para el mercado laboral. Pero, si desaparece el mercado laboral, habrá que pensar otras cosas…

XL. ¿Como qué?

E.M. La educación deberá enseñarnos a desvincular nuestros trabajos de nuestras identidades. Hoy por hoy, la mayor parte de la gente se ve a sí misma según lo que hace para ganarse la vida. Usted es periodista; yo, economista… Nos va a costar acostumbrarnos.

CRISTÓBAL PISSARIDES (Chipre, 1948)

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London School of Economics. Premio Nobel en 2010 por sus investigaciones sobre la creación y destrucción de empleo. Sus análisis han mostrado los desajustes del mercado laboral.

XLSemanal. Como experto en empleo, ¿cuál es el asunto que más le preocupa?

Cristóbal Pissarides. La automatización. Es el reto del siglo.

XL. O sea, que los robots nos quiten el pan… 

C.P. Es verdad que las nuevas tecnologías siempre han destruido trabajos, pero también han aparecido nuevos.

«Vamos a la semana alemana de 26 horas»

XL. ¿No hay que asustarse entonces?

C.P. Es lógico preocuparse. Pero la automatización aumenta la productividad. Los países serán más ricos. Habrá más tarta que repartir. El problema va a ser cómo repartirla. Porque la distribución de recompensas no va a ser homogénea.

XL. Me lo temía…

En este momento estamos como en la Primera Revolución Industrial, pero con una diferencia abismal: entonces, los trabajadores que emigraron del campo a la ciudad lo hicieron para ganar más. Sus salarios mejoraron mucho. Esta vez no será así.

XL. Me está aterrorizando…

C.P. Entonces también había miedo. Los artesanos ingleses destruían las máquinas que les quitaban el trabajo. Rompían los telares… Pero me gustaría dejarlo claro. los países que se resistan a la automatización, pensando que va a destruir empleo, perderán competitividad. Y se quedarán atrás.

XL. ¿Quiénes están siendo los primeros damnificados?

C.P. Los empleos de oficina, los administrativos, los contables… La automatización no afecta a los trabajos de menor rango, como limpiadores… Pero tampoco les beneficia. Así que la desigualdad aumenta.

XL. ¿Y de dónde van a salir los nuevos empleos?

C.P. Habrá muchos trabajos relacionados con el ocio y la hostelería. Y con los cuidados de ancianos… Trabajos que hoy no están bien remunerados, porque la sociedad aún no los valora como se merecen.

XL. ¿Qué pueden hacer los gobiernos?

C.P. Recaudar más impuestos para reducir la desigualdad, financiar servicios que den empleo en salud, educación… Y la renta básica universal.

XL. Hasta hace poco era tabú…

C.P. Bueno, ahora está sobre la mesa, pero hay que ver la manera de implementarla con criterio.

XL. Usted dirá…

C.P. No más de 500 euros al mes y nunca por encima del salario mínimo, para no desincentivar a la gente a la hora de buscar trabajo.

XL. Y los que trabajen, ¿cuántas horas lo harán?

C.P. Menos que ahora [ríe]. Sabe usted quiénes son los europeos que le echan menos horas? ¡Los alemanes! Por qué?

XL. Ni idea.

C.P. Porque son los más productivos. Keynes dijo en 1930 que iríamos a una semana laboral de 15 horas. Yo apuesto a que en Europa nos iremos acercando a la ‘semana alemana’ de 26.

XL. ¿Cómo ve la recuperación de la eurozona después de la crisis?

C.P. Frágil. Alemania se niega a gastar más y eso perjudica al crecimiento de sus socios, cuyas decisiones políticas se basan solo en lo que le conviene a la economía alemana. Países como España han hecho un esfuerzo enorme para reformar su mercado de trabajo. Que Alemania gastase más aceleraría la recuperación.

LARS PETER HANSEN (Urbana, EE.UU., 1952)

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Universidad de Chicago. Premio Nobel en 2013 por sus modelos para medir el riesgo financiero. Sus análisis han tenido numerosas aplicaciones fuera del ámbito de la economía.

XLSemanal. ¿Qué palabra definirá la época que viene?

Lars Peter Hansen. Incertidumbre.

XL. ¿A qué se refiere?

L.P.H. Cuando pensamos en nuestro futuro, sabemos que las cosas pueden no salir como las hemos planeado.

«Los economistas no tenemos una bola, pero los políticos nos piden respuestas»

XL. Vale, eso parece obvio.

L.P.H. Pero el problema es que no sabemos lo diferente que pueden llegar a ser. Y eso produce inseguridad, y para la gente es una sensación muy incómoda.

XL. ¿Y para los economistas?

L.P.H. También, la incertidumbre es difícil de introducir en nuestros modelos matemáticos.

XL. Quizá por eso sus modelos no siempre se cumplen…

L.P.H. Cierto. Pero pretender que no haya dudas, ignorar que las decisiones pueden tener consecuencias imprevistas, es mucho peor.

XL. ¿Entonces para qué sirven los economistas?

L.P.H. Los políticos nos piden juicios de valor contundentes, respuestas. La gente quiere que alguien le diga lo que tiene que hacer. Pero los economistas no tenemos una bola de cristal. Diseñamos modelos del futuro, pero no sabemos cuál es el correcto, o más bien sospechamos que ninguno lo es del todo.

XL. Usted investiga cómo introducir la incertidumbre en los modelos que predicen el cambio climático…

L.P.H. Mucha gente se pone nerviosa con eso, pero lo cierto es que no sabemos exactamente cómo va a influir la actividad humana en el clima. Ahora, eso no quiere decir que no haya que actuar. La mera posibilidad de que haya consecuencias, aunque no estén demostradas, es suficiente para tomar cartas en el asunto.

XL. ¿Cómo ve la recuperación económica?

L.P.H. Va por regiones… En Europa es más lenta por la incertidumbre vinculada al euro. Tampoco sabemos cómo va a comportarse China, cuyo crecimiento se ha ralentizado.

XL. ¿Puede afectar esta incertidumbre a la estabilidad de las democracias?

L.P.H. La desigualdad y la pobreza son grandes factores de desestabilización. En un sistema democrático, la gente debe sentir que tiene oportunidades…

XL. ¿Se refiere al ‘sueño americano’?

L.P.H. En EE.UU. nadie cree que todo el mundo deba triunfar, pero sí que la gran mayoría debe tener la oportunidad de hacerlo: si estudia, si trabaja, si tiene una buena idea… La población debe confiar en que todo el mundo tendrá esa oportunidad. Y no solo unos pocos privilegiados. Si la gente deja de creer en esto, las consecuencias políticas pueden ser funestas.


Han participado en la elaboración de este reportaje los economistas Marta Martínez-Matute (Banco de España), Demelza Hays (Imperial College London), Jun Gao (China), César Mantilla (Colombia) y Marcus Giamattei (Alemania). Las entrevistas se realizaron durante al sexto Encuentro de Premios Nobel de Economía de Lindau (Alemania), organizado por Lindau Nobel Laureate Meetings

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