David Lynch es una especie de hombre del Renacimiento: dirige películas, graba discos, expone sus cuadros y diseña muebles y hasta una botella de champán… Por Ixone Díaz-Landaluce

En plena madurez, este surrealista vocacional no escatima críticas de lo más realistas contra la Administración, el sistema educativo o la industria. Todo ello sin dejar de ser un optimista vital. Prueba de ello: espera un nuevo hijo a los 66 años.

Ensimismado, sentado en un sillón vetusto, con las manos apoyadas en sus rodillas y junto a una taza de café humeante, su bebida fetiche. David lynch espera en la actitud que se espera de él. su ‘look’ tampoco defrauda.

Sigue siendo fiel a su camisa abotonada hasta el cuello y la mata de pelo blanca y alborotada. Pero su ‘uniforme’ es la única pieza estándar del cineasta. Surrealista por vocación, los universos oníricos de películas como Cabeza borradora, Terciopelo azul, El hombre elefante o Mulholland Drive han convertido su cine en un género en sí mismo. En realidad, Lynch estudió Arte, iba para pintor, pero terminó tocando ‘todos los palos’. En su último encargo, Lynch acaba de prestar su visión vanguardista para crear una edición limitada de las botellas del Dom Pérignon 2003 y Dom Pérignon Rosé 2000. Con fama de ermitaño, la interacción social no es su hobby. Aunque es amable y sonriente, le cuesta mirar a los ojos. Con él, la conversación resulta imprevisible. Su proceso mental puede resultar tan abstracto e indescifrable como su propia obra. Y ahí reside, precisamente, su genio.

XLSemanal. En un clima de crisis económicas y sociales, ¿es el surrealismo la mejor forma de explicar la locura de nuestro tiempo?

David Lynch. Sí. A las personas les gusta hacer cosas extrañas. Hay gente que incluso se mete en política. Eso sí que es surrealista [risas].

XL. Usted se define como una persona apolítica. ¿Por qué?

D.L. Es que no entiendo la política En realidad, estoy muy desilusionado por la forma en la que los políticos se comportan en los últimos tiempos. Su actitud es una broma macabra. Tengo la impresión de que no se hace casi nada por las personas.

«La educación moderna es nefasta. El estudiante no puede aprotar nada, se desaprovecha su potencial. Aprender en el colegio es casi imposible»

XL. ¿Está el mundo más enajenado ahora que nunca?

D.L. No. Creo que está menos loco de lo que lo ha estado nunca, lo que pasa es que ahora sabemos todo lo que pasa. Estamos sobreexpuestos. A la gente le encanta escuchar malas noticias. catástrofes, tormentas, terremotos, matanzas, guerras, accidentes… Ese el tipo de cosas que ves, escuchas y lees cuando consumes prensa, y por eso piensas: «¡Dios mío! ¿En qué clase de mundo vivimos?».

XL. Vamos, que nos gusta dramatizar

D.L. Sí. En el año 2000, la Policía de Los Ángeles se dio cuenta de que el número de crímenes había disminuido tanto que muchos detectives no tenían trabajo. Así que les asignaron los casos cerrados para que investigaran viejos asesinatos sin resolver. Tengo la impresión de que el mundo está mejorando, lo que pasa es que nos gusta recrearnos en las cosas negativas. Nos encanta el drama mientras no nos pase a nosotros.

XL. Ha creado un estilo de cine propio. De hecho hay quien utiliza el adjetivo ‘lynchiniano’ para definir los universos oníricos inspirados en su obra. ¿Le halaga sugestionar a otros artistas?

D.L. No lo sé, la verdad… Yo simplemente trato de hacer mi trabajo y de mantenerme fiel a mí mismo y a mis ideas. Como se suele decir, el hombre solo puede controlar la acción, nunca los frutos de la misma.

XL. ¿Cuánto ha cambiado el negocio del cine desde que usted llegó a Hollywood?

D.L. Mucho, muchísimo. Antes todo era más lento y era más difícil hacer películas. Se necesitaba mucho dinero y por eso el cine estaba vetado para mucha gente. Ahora, todo es más rápido, instantáneo y está al alcance de todo el mundo.

XL. Entonces es un cambio positivo, ¿no?

D.L. En muchos aspectos, sí, pero también es un momento peligroso debido a la piratería, que amenaza con aniquilarlo todo, en especial las cuentas corrientes.

XL. ¿Qué consejo le daría a un joven cineasta que está empezando?

D.L. Sé fiel a ti mismo y a tus ideas, busca tu propia voz, nunca rechaces una buena idea y nunca aceptes una mala. Y asegúrate de tener final cut [la última palabra en la edición de la película]. ¿Por qué querrías hacer algo si no tuvieras el poder de terminarlo como tú quieras? A nadie se le ocurriría terminar el cuadro de un pintor. Y, por alguna razón, ahora en el cine está aceptado que muchos directores no tengan final cut. Es una tristeza total.

XL. Siempre evita explicar el significado de sus obras. Dice que el misterio es sagrado. ¿Qué sigue siendo un misterio para usted?

D.L. La vida está llena de misterios, y los seres humanos siempre queremos saber más. La vida es como una ametralladora que hace tanto ruido que te impide descubrir lo que se esconde detrás de las cosas.

XL. De usted se dice que es un genio y un visionario, pero ¿cómo se definiría a sí mismo?

D.L. Soy un tipo normal de Missoula, Montana, al que simplemente le gusta hacer cosas. Lo que me interesa siempre es la próxima idea.

XL. Su obra es vanguardista, pero no siempre comercial. ¿Qué diferencia hay entre el éxito creativo y el éxito de taquilla?

D.L. Para cada persona es diferente. Para mí, el éxito es haber hecho algo que realmente amas. En ese caso, el fracaso no es posible. Por ejemplo, la película Dune fue un fracaso porque no tenía final cut y no pude hacer la película que yo quería. Y, además, no fue un éxito en la taquilla. Así que fue un doble chasco. Mueres dos veces. Si te encanta tu obra, aunque se estrelle en la taquilla, aún puedes seguir viviendo.

XL. Casi todas sus películas poseen un intenso componente onírico. ¿Cómo son sus propios sueños?

D.L. No suelo recordar mis sueños. De todos modos, cuando inspiración, no suelo confiar en los sueños nocturnos… Pero me encanta la lógica de los sueños. Como en el cine, el tiempo no es un problema y el espacio, tampoco. Amo los sueños por lo mismo que amo el cine.

«¿Mi consejo a un joven cineasta? Sé fiel a ti mismo, busca tu propia voz, no rechaces nunca una buena idea y asegúrate de terner el ‘final cut'»

XL. ¿Un artista debe pensar que su obra maestra aún está por llegar para seguir creando?

D.L. No. Lo que tienes que hacer es tener ideas que te emocionen, con las que te enamores. Hay muchísimas mujeres en el mundo, pero un día estás caminando por la calle y, de pronto, ves a una chica y te enamoras. Y así es también como sigues creando.

XL. Pinta, dirige, compone música, diseña muebles… ¿Cómo decide qué hacer cada día?

D.L. Algunos días eres pintor por la mañana y músico por la tarde. Vas adonde las ideas te mandan. Todo sale de la misma máquina… Antes, si eras un cineasta y te daba por pintar, decían: «Es un hobby, no es serio . Pero ahora cada vez más gente trabaja en diferentes disciplinas. El ser humano puede hacer eso. Y es precioso.

XL. ¿Se da permiso para aburrirse alguna vez?

D.L. No, nunca. Bueno, suelo aburrirme en los aeropuertos. Son sitios horribles. El viaje en avión debería ser algo divertido y excitante, pero se ha convertido en un auténtico tormento. Viajar es horrible.

XL. Dice que la educación que se imparte en los colegios es un crimen contra la infancia. ¿Por qué?

D.L. El objetivo de la educación debería ser desarrollar el potencial completo de un estudiante, pero la educación moderna es nefasta y no funciona. Ahora mismo está limitada a los conocimientos objetivos, el educando no puede aportar nada. Si pudieras sacar a flote el potencial del estudiante, el conocimiento sería más fácil de adquirir, la relación entre profesores y alumnos mejoraría… Hoy en día aprender algo en el colegio es casi imposible.

XL. Ha estado casado cuatro veces. ¿Qué ha aprendido de las mujeres?

D.L. Creo que entiendo muy bien a las mujeres… Para los hombres, las mujeres son un imán muy poderoso, un sueño maravilloso que a veces puede convertirse en una pesadilla. Creo que, si una mujer es muy femenina y un hombre muy masculino, no se llevarán bien. Pero algunos son capaces de entrar en contacto con su lado femenino y ver más allá, lo cual puede ser muy bonito.

XL. ¿Y usted está en contacto con su lado femenino?

D.L. ¡Totalmente! [risas].

XL. ¿Qué es lo mejor de tener 66 años?

D.L. ¡Estar aún vivo!

XL. ¿Se siente viejo?

D.L. Emocionalmente tengo 13 años. Mentalmente, 9 y físicamente, 17 [risas].

«He estado casado cuatro veces y creo que entiendo bien a las mujeres. Necesitas estar conectado con tu lado femenino para hacerlo. ¡Y yo estoy totalmente conectado!»

XL. Practica la meditación trascendental desde hace 39 años y dice que cambió su vida. ¿En qué sentido?

D.L. ‘Transcender’ significa experimentar el nivel más profundo de la vida. Es un estado de infinita inteligencia, creatividad, amor, felicidad, energía y paz. Todos los aspectos de la vida mejoran. Y es verdad. No sé cómo hubiese sido mi vida sin la meditación, pero sé que desde que empecé a practicarla soy cada vez más feliz.

XL. Cuenta Woody Allen que, la primera vez que visitó a un psicoanalista, este se quedó muy decepcionado. Esperaba una mente fascinante, pero resultó que Allen tenía el cerebro de un contable. ¿Usted también decepcionaría a un psiquiatra?

D.L. [Se ríe a carcajadas]. No. Yo le resultaría fascinante. Aunque los contables, probablemente, también tienen mentes apasionantes llenas de deseos y sueños increíbles. Me gustan los psiquiatras. Entienden muy bien el funcionamiento de la mente humana. Yo tengo un amigo psiquiatra en Washington y me gusta hablar con él de diferentes desórdenes mentales. Me da ideas.

Privadísimo

  • Su padre, Donald, era científico y su madre, Edwina, profesora. El trabajo de su padre los obligó a cambiar de ciudad varias veces durante su infancia.
  • Cuando tenía 21 años, él y su amigo el director de arte Jack Fish viajaron a Europa para estudiar con el pintor impresionista, Oskar Kokoschka. Su plan era quedarse tres años. Duraron 15 días.
  • Es fan de Elvis Presley.
  • George Lucas le ofreció dirigir El retorno del jedi, pero él rechazó el trabajo.Conoció a Maharishi Mahesh Yogi en los 70 y el gurú religioso lo introdujo en la meditación trascendental. Ahora prepara un documental sobre su vida.
  • Tiene tres hijos y ha estado casado cuatro veces. con Peggy Lentz, Mary Fisk, Mary Sweeney y Emily Stofle.

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