En este hombre están puestas las esperanzas de miles de fans del cine de ciencia ficción de todo el mundo. Él es el responsable de la última película de ‘Star Trek’ -‘En la oscuridad’- y en diciembre se enfrenta a un reto descomunal: rodar la séptima entrega de ‘Star wars’, la mítica saga creada por George Lucas. Con ustedes, el nuevo rey Midas de Hollywood. Por Ixone Díaz Landaluce

De niño, J.J. Abrams era distinto a los demás chavales. El cine era su único interés. La guerra de las galaxias, Tiburón, Viernes 13

Equipado con una Súper-8, filmaba sus juguetes usando a su hermana como improvisada protagonista. «Nunca hacía deporte con los otros chicos. La mayor parte de la niñez me la pasé filmando esas películas; eran mi forma de escapar de la realidad. Me acuerdo de una que titulé Desastre total: realmente no era más que una explosión tras otra. Construí una montaña rusa y la hice saltar por los aires; construí un avión y lo destruí haciéndolo explotar».

De pequeño estaba obsesionado con las películas de terror. «Lograba que algún desconocido me comprara la entrada y me colaba para ver unas películas horrorosamente violentas. Lo que más me interesaba eran los efectos especiales».

De adulto, Abrams también resulta un tipo muy especial: no solo es el director más cotizado en Hollywood y ha creado series de éxito como Perdidos, además ha recibido el encargo de poner al día Star Trek y La guerra de las galaxias, las dos sagas de ciencia ficción con más seguidores en el mundo. Algo así como si el mismo técnico de fútbol tuviera el mandato de entrenar al Real Madrid y al Barcelona. Alucinante.

«Está claro que hay momentos en los que me entra el pánico, pero la verdad es que, cuando estoy rodando, por muchos problemas que tenga -con una secuencia, con el presupuesto, con un personaje, con un plano, con la luz-, siempre me digo que en realidad soy muy afortunado por tener que enfrentarme a esta clase de dificultades».

«Llevo a mis hijos al colegio todos los días. Los que tenéis niños sabéis lo que es la vida familiar. En comparación, hacer películas es pan comido»

La trilogía inicial de La guerra de las galaxias sigue siendo considerada una de las obras cumbre del género de ciencia ficción, así que dirigir un nuevo filme de la serie es una jugada muy arriesgada. «Fue la primera película que me marcó de verdad , recuerda, refiriéndose a la primera de la saga. En cuanto a Star Trek, la verdad es que nunca fui muy fan. Pero, a veces, trabajar en algo que no te ha apasionado puede estar bien; te obliga a abordar el reto de forma que resulte interesante también para los no iniciados. En el caso de La guerra de las galaxias es diferente. Siempre he sido un iniciado Hubiera pagado dinero por tener un pequeño papel, ¡y no digamos por dirigirla! Así que estamos hablando de dos cosas muy diferentes. Desde luego voy a hacer todo lo posible por hacer honor al universo creado por George Lucas, de la misma forma que he hecho lo posible por respetar lo que Gene Roddenberry creó con Star Trek».

Abrams dio un vuelco a Star Trek al escribir un excelente guion que exploraba los orígenes de los personajes. A continuación escogió un elenco joven de actores, con Chris Pine como el capitán Kirk, Zachary Quinto como Spock y Simon Pegg como Scotty. Y luego agregó unos magníficos efectos especiales y creó una fábula sobre la pérdida de los seres queridos, la amistad y la familia. La película tuvo un gran éxito de crítica y público y recaudó 257 millones de dólares solo en EE.UU. ¿Y qué es lo que se propone hacer con La guerra de las galaxias?

Vuelven Harrison Ford (Han Solo), Carrie Fisher (la princesa Leia) y Mark Hamill (Luke Skywalker). Eso es lo único que se sabe por ahora. Eso y que Abrams tiene pensado introducir a otros actores cuyos nombres aún no conocemos.

«Cuando era pequeño, mi abuelo me regaló una caja negra de mago. La tengo en mi despacho, pero jamás la he abierto. Lo que pueda haber en su interior siempre será menos que mis sueños»

Pero hablemos de la próxima secuela de Star Trek. Hasta el momento tan solo ha sido posible ver nueve minutos de la película, pero sabemos que hay un nuevo malo. Benedict Cumberbatch, muy cotizado tras protagonizar la serie de la BBC Sherlock, encarna a un terrorista que trata de derrotar a Kirk y compañía mediante la guerra psicológica.

Abrams está lleno de energía. Su productora, Bad Robot Productions, la integran un grupo de guionistas, directores, productores, editores y diseñadores de páginas web. Construido en cristal y ladrillo rojizo, el edificio que alberga las oficinas de Bad Robot situado a unas pocas manzanas del Pacífico en principio no tiene mucho de particular, pero el interior está lleno de objetos icónicos para los fans. incluyendo el original de Aullidos, un raro cartel promocional de la primera entrega de La guerra de las galaxias, un letrero que dice: «Hay que pensar como un friki , objetos de atrezo, cabezas de Godzilla y un Boeing 747 a escala que mide metro y medio (Abrams durante la adolescencia también estaba obsesionado con los aviones).

Pero Abrams no siempre se ha salido con la suya. Cuando coescribió el guion de Armagedón, la apocalíptica película de catástrofes protagonizada por Bruce Willis, el resultado fue ridiculizado por la crítica, a pesar de triunfar en taquilla. Dos chiflados en remojo, una mala comedia con Joe Pesci y Danny Glover, sufrió similares críticas sarcásticas. Incluso la serie televisiva que le valió la fama, Perdidos, la historia de los supervivientes de un accidente aéreo en una isla misteriosa, perdió la tercera parte de su cuota de pantalla durante la sexta y última temporada.

La historia de Jeffrey Jacob Abrams arranca en Long Island, donde nació, aunque creció en California. Su padre, Gerry, era productor de telefilmes. Su madre, Carol, que murió el año pasado, también era productora. Abrams solo siguió con la tradición familiar.

«Está claro que el cine era lo único para lo que valía», señala. A los 15 años, él y su amigo Matt Reeves (también hoy director de éxito) se presentaron a un festival de cortos en Los Ángeles. Steven Spielberg leyó un artículo sobre estos jóvenes prometedores titulado Niños prodigio que aún no se afeitan y pidió a su secretaria que los llamara para ver si estarían interesados en restaurar fotograma a fotograma algunas de las películas que rodó en Súper-8 cuando tenía su misma edad. Fue el primero de esos golpes de suerte de los que siempre habla Abrams. Pero luego vinieron algunos más…

A los 19 años, mientras estudiaba Filología en Nueva York, Abrams escribió un guion con otra alumna, Jill Mazursky hija del director Paul Mazursky. Antes de licenciarse lo vendieron y el resultado fue la película Millonario al instante, protagonizada por John Belushi, en 1990. A continuación escribió otro, A propósito de Henry, la historia de un abogado sin escrúpulos que se ve obligado a reconstruir su existencia después de ser herido en un atraco. El guion lo compró el productor Scott Rudin. «De pronto, me encontré volando a Nueva York para hablar con Harrison Ford y Mike Nichols. Estaba alucinado», explica.

A los 25 años ya estaba escribiendo un guion tras otro y era contratado continuamente para reescribir guiones ajenos. Y no solo de cine. A los directivos de una televisión les vendió la idea de una serie sobre la tormentosa vida sentimental de una joven estudiante. El resultado fue Felicity, que estuvo cuatro temporadas en antena. A continuación escribió Alias, donde Jennifer Garner era una agente de la CIA. Y luego creó Perdidos.

«Mientras dirigía ‘Misión imposible III’, mi primera película, no terminaba de creerme que Tom Cruise hubiera hecho todo lo posible para darme esa oportunidad»

Con Perdidos la suerte volvió a llamar a su puerta. La serie captó la atención de Tom Cruise, y el actor lo contrató para que dirigiese Misión imposible III. «Al comienzo del rodaje no terminaba de creérmelo -recuerda-. Era mi primera película. Me sentía capaz de dirigirla, y de hacerlo bien. Pero no terminaba de creerme que Tom Cruise hubiera hecho todo lo posible para darme esa oportunidad». Cruise raras veces comete errores. Misión imposible III recaudó 397 millones de dólares en taquilla. Hay momentos en los que miro hacia atrás y me pregunto: «¿Cómo carajo me pasó una cosa así?. A veces he tenido tanta buena suerte que no termino de entenderlo».

Para él, uno de esos momentos afortunados fue conocer a su mujer, Katie McGrath, que hoy trabaja en Bad Robot como editora de guiones. «Katie es una gran colaboradora porque no tiene pelos en la lengua. No se corta en decirte lo que piensa. Y lo bueno es que, si algo le encanta, sabes que lo cree de verdad».

El matrimonio tiene tres hijos. August, de 14 años; Henry, de 13; y Gracie, de 7. Abrams dice que la vida familiar lo ayuda a distraerse del trabajo. Me relajo con mis aficiones: la música, el dibujo, el modelismo… Preparo el desayuno a los niños y los llevo al colegio casi todos los días, y lo normal es que vuelva a casa antes de que se acuesten. Los fines de semana no trabajo, así que mis horarios no son tan raros. «Las personas que tienen hijos lo saben: la vida familiar resulta tan intensa y agotadora como alegre y maravillosa. En comparación, dirigir películas es pan comido». Cuando era niño, su padre lo llevaba a los estudios Paramount para que viera los ensayos de las teleseries. Me moría de ganas de entrar en el plató y ponerme a trabajar de lo que fuese. «El ansia me resultaba físicamente dolorosa. Lo que yo quería era formar parte de todo aquello».

Su abuelo, Harry Kelvin, le regaló su primera cámara de Súper-8 cuando tenía siete años. Dos más tarde le compró un sintetizador para animarlo a componer su propia música. Y fue su abuelo propietario de una tienda de artículos electrónicos quien le enseñó a construir sus propios juguetes: los trenes y aviones a escala que el chaval luego hacía saltar hechos trizas en sus películas. También lo llevó a una tienda de artículos de magia, donde le compró una caja: un objeto negro con un signo de interrogación que Abrams, hasta hoy, no se ha atrevido a abrir. «Y nunca la abriré. La tengo en el despacho de mi casa. Por un lado tengo ganas de abrirla. Pero, por otro, sé bien que lo que hay en su interior es, sin duda, infinitamente menos importante que mis sueños. Y eso me encanta».

Kelvin falleció sin llegar a presenciar el éxito de su nieto. «Murió cuando yo estaba en la universidad. Era el mejor de los hombres. Conservo una carta que me escribió y que encontraron en su escritorio después de su muerte. Tan solo decía: ‘Mi querido J. J., mi hermano, pianista, cineasta, mago y nieto’. Mi abuelo veía algo en mí que yo no apreciaba». Con todo, Abrams ha encontrado la forma de darle las gracias. Una de las naves espaciales de Star Trek lleva el nombre de USS Kelvin; la gasolinera que aparece en la película Súper-8 también se llama Kelvin. «Doy su nombre a todas las cosas», dice Abrams con una sonrisa.

Su camino hacia las estrellas

  • Con 15 años: Spielberg ve uno de sus cortos. Se presenta a un festival de cortos. Spielberg se interesa por él y le encarga que restaure una película suya antigua rodada en Súper-8.
  • Con 25 años: su guion lo interpreta Harrison Ford. En 1991 escribe la historia de un abogado sin escrúpulos. El resultado, A propósito de Henry.
  • Con 32 años: Crea la serie Felicity. Hacer una serie con la vida sentimental de una estudiante convenció a los directivos de Warner Bros. Se rodaron 84 capítulos de Felicity.
  • Con 38 años: dirige y crea Perdidos. En 2004 presentó un capítulo piloto para una serie basada en los supervivientes de un accidente y ¡bingo! Seis temporadas en antena.
  • Con 40 años: dirige Misión imposible III. Cruise se queda atrapado con Perdidos y le pide que dirija la tercera entrega de la saga Misión Imposible. 397 millones recaudados.

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