El ex presidente del Gobierno vuelve a la carga. Cada vez que hace declaraciones no deja indiferente a nadie. Con motivo de la publicación de sus memorias, habla en exclusiva con ‘XLSemanal’. Por Virginia Drake [Este artículo fue publicado el 3 de noviembre de 2013]

‘El compromiso del poder’ (Editorial Planeta) es el segundo y último tomo de las jugosas memorias políticas de José María Aznar, que sale a la venta el próximo 7 de noviembre. Nos citamos con él en su despacho de FAES para hablar de este libro cuyo contenido se centra en los ocho años de Gobierno popular que él presidió (1996-2004). Pero también hablamos de actualidad política. del ‘caso Bárcenas’, de su preocupación por la deriva independentista en Cataluña, de sus relaciones con Mariano Rajoy o del discurso que Ana Botella pronunció en inglés para defender la candidatura olímpica de Madrid.

Esta vez viene solo, ha dejado a Sam en casa, el perro labrador con el que posó hace unos años para nuestra revista; pero, a cambio, nos ha traído media docena de sus famosísimos cuadernos azules, tan prohibidos, tan secretos, tan poderosos y tan enigmáticos ellos.

XLSemanal. Debería exigirse por ley a todos los presidentes de Gobierno que, pasado un tiempo prudencial, publicaran sus memorias lo más detalladamente posible.

José María Aznar. Se supone que puede haber cosas interesantes que decir, sí. En muchos países existe esa tradición. Casi todos los presidentes norteamericanos lo hacen el primer año; otros tardan más y otros no lo hacen.

XL. ¿Se ha mordido bastante la lengua? Se lo pregunto porque veo poca crítica interna y nulo cotilleo político.

J.M.A. Es que yo no soy cotilla. Me gusta que se sepa la historia como es, y la historia va más allá del cotilleo. La verdad es que no me interesa nada el cotilleo.

«Algunos de los invitados de la boda de mi hija eran mis amigos. Precisamente a ‘esos’ [los imputados de la ‘trama Gürtel’] yo no los conocía. Eran amigos de otros»

XL. Pienso en las recientes memorias de José Bono, en las de Alfonso Guerra ambas, llenas de sobresaltos. ¿La izquierda es más desinhibida, más deslenguada?

J.M.A. Normalmente, sí; pero, sobre todo, la izquierda tiene menos sentido histórico.

XL. En el último capítulo del libro habla de los famosos cuadernos azules, que no solo existen de verdad, sino que son muchísimos y de distintos tamaños.

J.M.A. ¡Claro que existen! ¡Míralos! [Me enseña algunos de ellos repletos de post it]. Los guardo en una caja fuerte. Los hay de dos tamaños. los pequeños son diarios y en los grandes [de tamaño folio] he ido escribiendo comentarios y notas. Son algo así como el desarrollo personal de mi agenda.

XL. ¿Le han ofrecido una fortuna por publicarlos?

J.M.A. Sí [sonríe mientras los recoge para guardarlos], pero no se van a publicar nunca.

XL. En esta segunda parte de su biografía se echa de menos alguna referencia a la boda de su hija, Ana, en el monasterio de El Escorial, con los ríos de tinta que hizo correr.

J.M.A. El libro trata de una época de la historia de la vida española, y la boda de mi hija la veo desde un punto de vista estrictamente personal y particular. Yo era un padre de familia cuya hija se casó en el mismo sitio donde se casan tantos hijos de tantos padres de familia, aunque reconozco que mi situación era un tanto especial porque ella era la hija del presidente del Gobierno; pero esa era una condición que ni ella ni yo ni nadie podía evitar.

XL. Todo era muy especial, sí. También los invitados

J.M.A. Eran mis amigos. Bueno, algunos eran mis amigos y otros eran los amigos de otros.

XL. Si en aquel momento las críticas se centraron en las características del festejo, años más tarde se fijaron en los invitados a la boda que fueron imputados en la trama Gürtel.

J.M.A. [Rotundo]. Precisamente a esos yo no los conocía.

XL. También se echa de menos que en las 350 páginas del libro no cite a Esperanza Aguirre ni a Alberto Ruiz-Gallardón; y eso que da las gracias a decenas de colaboradores.

J.M.A. El libro trata de algunas etapas del Gobierno y no puede tratarlo todo porque sería interminable. Además, en el primer volumen de mis memorias, cuando se cuenta la historia del partido, allí se habla de Alberto Ruiz-Gallardón y, cuando se cuentan cosas de Cultura, se habla de Esperanza Aguirre.

XL. Una pregunta capciosa: la ausencia de referencia alguna a Esperanza Aguirre que fue ministra, presidenta del Senado y presidenta de Comunidad bajo su mandato ¿no tendrá nada que ver con las relaciones cada vez más tensas que mantiene desde hace un tiempo con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella?

J.M.A. No, no; la familia Aguirre y la familia Aznar son amigas desde hace muchísimos años y esa relación continúa. Lo demás forma parte de los cotilleos.

XL. Hace diez años se preguntaba cómo el PSOE podía defender la autodeterminación en Cataluña, el federalismo en Andalucía y el modelo autonómico en Castilla-La Mancha y en Castilla y León

J.M.A. Que después de diez años nos sigamos preguntando lo mismo denota la crisis profunda en la que sigue sumida una parte importante de la izquierda. A esa izquierda en España le falta arquitectura política porque le falta arquitectura intelectual, por eso sigue con los mismos problemas y con los mismos vicios históricos de siempre.

XL. Señala en sus memorias a cuatro hombres de confianza a los que agradece su extraordinaria labor. Javier Arenas, Rodrigo Rato, Francisco Álvarez-Cascos y Mariano Rajoy. ¿Cómo ve la actual situación de los tres primeros?

J.M.A. Los cuatro, junto con Jaime Mayor, han sido piezas esenciales en la transformación del Partido Popular. Yo solo puedo tener por ellos agradecimiento y reconocimiento porque hicieron un excelente trabajo, tanto en el Partido Popular como en el Gobierno. Son políticos de primer nivel.

XL. Insisto. ¿Cómo ve a Cascra del PP; a Rato después de su paso por Bankia; y a Arenas de nuevo en Madrid con lo que le pueda pasar?

J.M.A. Cada uno responde de su vida y de sus actos, de lo que hace y de lo que no hace. Yo les deseo a todos lo mejor, pero si a mí me preguntan por las acciones que desarrollaron entonces yo solo tengo palabras de gratitud.

XL. Sea sincero. ¿Qué tal es su relación con Mariano Rajoy?

J.M.A. A Mariano Rajoy procuro molestarlo lo menos posible. Yo nunca llamo a los presidentes, salvo que sea por una cosa excepcional, y a los ministros procuro darles la lata también lo menos posible. No me gusta molestar.

XL. Pero si usted molesta, y mucho, sin necesidad de llamarlos por teléfono No hay más que ver el revuelo político que crea cada vez que habla.

J.M.A. Vamos a ver. Si yo tengo algo que decir, lo digo y Mariano Rajoy, que es el presidente del Gobierno actual, sabe muy bien lo que yo pienso.

XL. Seguro que a más de uno no le resulta cómodo escucharle decir con cierta frecuencia que usted habría hecho las cosas de otra manera.

J.M.A. Yo no estoy en la política combativa. Yo doy unas ideas para intentar solucionar los problemas que tiene el país. En este momento hay un proyecto de secesión de primera magnitud contra España, que implica la ruptura del pacto constitucional, la ruptura de la convivencia entre españoles y que es el mayor desafío que hemos tenido en mucho tiempo. Eso hay que explicarlo y se ha de saber cómo se puede afrontar, porque se puede, se debe y se tiene que afrontar; y, además, se puede, se debe y se tiene que ganar. España no se va a romper, pero algunos van a llevar a Cataluña al desastre; y eso también hay que evitarlo.

«¡Claro que existen los cuadernos azules! ¡Míralos! Los guardo en una caja fuerte. Me han ofrecido una fortuna por publicarlos, pero no lo haré nunca»

XL. ¿Qué cree que no se está haciendo bien desde el Gobierno respecto a Cataluña?

J.M.A. Esta es una situación de enorme gravedad nacional y lo que yo estoy diciendo es que corresponde al Gobierno liderarla. No basta con que el Gobierno sea aliado de todo aquel que se enfrente con esa posición secesionista.

XL. ¿Y respecto a la crisis económica?

J.M.A. Cuando me preguntan por ella, digo que yo no soy partidario de que se suban los impuestos porque España necesita una recuperación de su aparato productivo, y subir los impuestos restringe el aparato productivo del país y no se recauda lo que se espera. Y, además, a mi juicio, esa carga afecta de manera creciente a las clases medias, lo cual no facilita ni acelera la recuperación económica. Cuando yo gobernaba, se bajaron los impuestos en distintas ocasiones.

XL. Cuando usted gobernaba, la crisis tenía otras características y no estábamos todavía en el euro, al arbitrio de Alemania por el enorme endeudamiento.

J.M.A. Vamos a ver. Si a mí me hubiesen preguntado cuál tenía que ser la respuesta general a la crisis que se desató a partir de los años 2008 y 2009, yo hubiese dado una respuesta distinta. La crisis no se resuelve con una mayor regulación ni con más impuestos No, al contrario; lo más necesario es más liberalización, más apertura, menos impuestos Esa era la respuesta y esa sigue siendo la respuesta.

«Hace mucho tiempo que no echo en falta a nadie. Ni pido a nadie que vaya a los sitios ni paso lista para ver quién va o no va. Cada uno sabe lo que tiene que hacer»

XL. Parece muy decepcionado con la acción del Gobierno y muy crítico con los famosos ‘tiempos’ de Rajoy.

J.M.A. Bueno, los españoles serán los que tendrán que juzgarlo. Yo me siento un español más al que le gustaría ver que algunas cosas las afrontamos con toda decisión.

XL. Cada vez que hace este tipo de declaraciones, desde algunos medios se lanza la idea de su posible vuelta a la política, algo que usted nunca descarta tajantemente.

J.M.A. Lo que hay que hacer es fijarse en lo que se dice. Yo acabo de hablar en San Sebastián y la clave es si la gente está en desacuerdo o no con lo que he dicho. ¿existe un desafío secesionista? ¿La legalidad se tiene que cumplir? ¿El que no cumple la legalidad se sitúa fuera de la ley? ¿La ley es igual para todos y obliga con todas sus consecuencias? ¿Tenemos la obligación de defender nuestra democracia, nuestro Estado y nuestra nación?

XL. ¿Echó en falta a algún dirigente del PP vasco que lo acompañara en San Sebastián? Hubo sonadas ausencias

J.M.A. ¡No! Hace mucho tiempo que no echo en falta a nadie. Ni pido a nadie que vaya a los sitios ni paso lista para ver quién va o no va. Cada uno sabe lo que tiene que hacer.

XL Pero, insisto, ¿tiene tentación de volver a la política?

J.M.A. Yo no tengo ninguna tentación política en este momento. Solo soy un ciudadano preocupado por los problemas del país. Y estoy convencido de que se pueden superar, pero también de que para ello hace falta la política. Hoy leía que la política es el arte de negociar. Sí, exacto, la política es el arte de negociar, excepto una cosa. lo innegociable. Usted puede negociar los presupuestos, lo que no puede negociar es la existencia del país, porque eso es innegociable. Las reglas democráticas y el respeto al Estado de derecho son algo que algunos están olvidando con demasiada facilidad. A mí, al final, no me preocupa lo que diga un secesionista, me preocupa que la gran mayoría de la sociedad española se ponga en marcha, que tenga una política activa, que la exprese y que la represente, y que sea lo suficientemente importante y atractiva para merecer la confianza de todos. Eso es lo que me importa.

«La política es el arte de negociar. Excepto una cosa: lo innegociable. Usted puede negociar los presupuestos, pero la existencia del país, no»

XL. Queda patente su preocupación, pero no ha respondido con claridad a mi pregunta, ¿qué significa no tengo tentación política en este momento ? ¿Contempla o no la posibilidad de volver en algún momento al ruedo político?

J.M.A. [Rotundo]. Mire, si yo quisiera desafiar a alguien, lo desafiaría. Si yo quisiera volver, volvería. Y si cumplo con mi responsabilidad diciendo lo que creo que debo decir, es porque me toca insistir en que hay cosas que tenemos que resolver.

XL. ¡Puf! Volvamos a sus memorias. [Sonríe]. En ellas describe muy cercana su relación con el rey. Sin embargo, se ha dicho que, de todos los presidentes del Gobierno que hemos tenido, con usted es con quien menos feeling había.

J.M.A. Con el rey siempre he tenido la relación institucional que se debe tener. En cuanto a la personal, siempre fue correcta y afectuosa, que es la que el rey siempre promueve. Tengo que decir que la trayectoria histórica del rey, el legado del rey y lo que ha significado para España ha sido y es muy importante para la democracia española; y es justo resaltarlo. Yo, desde luego, lo resalto porque el país, además, lo necesita y lo debe saber. La monarquía continúa teniendo en España muchas más ventajas que la república.

«Ana es todo un talento político. Se le perdonan menos cosas por estar casada con quien lo está. Como todo el mundo sabe, en España todos tienen acento de Oxford o de Eton»

XL. Cuenta que el Papa Juan Pablo II es la única persona por la que usted ha sentido admiración, respeto y devoción. ¿Qué le parece, aunque corta, la orientación del nuevo pontífice?

J.M.A. El Papa Francisco está conectando muy bien con sectores no tradicionales de la Iglesia y, probablemente, la Iglesia necesita unas reformas, sin duda importantes, que este pontífice está acometiendo con un estilo distinto. Es verdad que los no creyentes están muy contentos con Francisco y es verdad que algunos creyentes están un poco desconcertados con él. Pero acaba de empezar y todo es cuestión de tiempo y yo creo que seguirá demostrando unas grandes cualidades de reforma de la Iglesia y de seguir acercando y adicionando, tranquila y pausadamente, nuevos sectores a la Iglesia católica.

XL. Permítame que cambie de tercio y le pregunte por el caso Bárcenas. ¿De dónde cree usted que han salido los 40 o 50 millones de euros que, al parecer, atesoraba fuera de España? ¿Cree que eran solo suyos o que Luis Bárcenas ejerce de testaferro de otros miembros del partido?

J.M.A. Primero, eso es algo que está en los tribunales. Segundo, yo no sé si eso es así o no es así. Y, tercero, si es así, solo lo pueden saber quienes lo conocen y yo lo desconozco totalmente.

«Se está llamando ‘sobresueldo’ a un segundo salario. Yo, en toda mi vida, jamás he recibido segundo salario. ¡Jamás!»

XL. ¿Le consta que, mientras estuvo al frente del PP, se cobrasen sobres y complementos?

J.M.A. Que una persona tenga dos salarios porque realiza dos actividades compatibles no significa que tenga sobresueldos. El problema es si los declara o no los declara. Lo que aquí se está haciendo es llamar ‘sobresueldo’ a un segundo salario, y un salario es un salario. Yo, en toda mi vida, jamás he recibido un sobresueldo. ¡Jamás!

XL. La financiación de los partidos es otro asunto sin resolver. Sin una regulación realista, la contabilidad B debe estar a la orden del día.

J.M.A. Uno de los problemas del mundo de hoy, en general, y de España, en particular, es la hiperregulación. Creemos que, cuanto más regulemos las cosas, mejor van a ser y eso no es así. Lo que hace falta es que los sistemas sean transparentes y eficaces, y que puedan funcionar y dar garantías y tranquilidad. En este sentido estoy convencido de que el Partido Popular habrá actuado correctamente.

XL. ¿Cómo es ahora su relación con la prensa?

J.M.A. Tengo muy poco trato con periodistas; solo encuentros casuales, no sistemáticos. Pero le diré que las cosas que tengo que hacer públicas ahora, aunque haya quien no lo crea, me cuesta hacerlas. Lo que me gustaría realmente es tener una actividad privada mucho más intensa y que las circunstancias no me obligasen a hablar.

XL. Ana Botella está pasando una etapa complicada al frente del Ayuntamiento de Madrid. ¿Nunca le ha dicho que lo deje, que no hay necesidad de seguir en política en un momento tan difícil?

J.M.A. Ana es una mujer de una fortaleza extraordinaria y se ocupa mucho de las cosas. Antes de la decisión de los Juegos Olímpicos, hablando con Ana, le dije algo de lo cual ella era muy consciente: «Mira, Ana, si Madrid gana la candidatura, la va a ganar a pesar tuyo; y si la pierde, tú vas a tener la culpa. ¿Estás en eso?». Y ella me contestó: «Sí, sí, por supuesto que estoy en eso». Bueno, pues ya está. Probablemente, a ella que tiene una fortaleza grande, una capacidad de trabajo enorme y que es todo un talento político muy importante se le perdonan muchas menos cosas que a los demás por ser quien es y por estar casada con quien lo está. Pero eso no reduce un ápice su fortaleza.

XL. ¿Cómo vio el discurso en inglés de la «relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor»?

J.M.A. Como todo el mundo sabe, España es un país de habla inglesa en donde todo el mundo habla inglés; especialmente los más críticos son los que mejor lo hablan. Unos lo hacen con acento de Oxford y otros lo hablan con acento de Cambridge, y algunos, directamente, con acento de Eton. Y esto es muy impresionante. Y también es muy impresionante darte cuenta de que, cuando hay una persona que habla inglés, porque ha ido a un colegio en el que le enseñaban inglés desde pequeña, y que expone en inglés y que puede tener un acento más o menos marcado es criticada por eso. Esta es una de las cosas que me tomo con bastante sentido del humor, que es como hay que tomarlo.

XL. El final del libro es esperanzador. «España no se va a romper, va a salir de la crisis». Pero quizá le ha faltado una dosis de autocrítica.

J.M.A. No todos los procesos son perfectos ni existen los países perfectos, pero lo que intentamos es hacer un país mejor y, como buenos liberales, renunciamos a tener la capacidad de resolver todos los problemas. La cuestión básica de un gobernante serio es poder decir. «¡Oiga, yo dejé el país mejor!» Y yo creo poder decirlo.

MIS CUADERNOS AZULES

De dos tamaños. Durante la entrevista, Aznar accedió a sacar algunos de sus cuadernos azules de la caja fuerte para fotografiarlos. «Tengo docenas y docenas de ellos. Todos son azules, con la espiral a un lado, como los de toda la vida. Los más pequeños son diarios y en los más grandes he ido recogiendo comentarios y notas personales de reuniones, actos».

AZNAR NOS ABRE SU DESPACHO

«En él hay reunidos tres valores: esfuerzo, recogimiento y espítitu castellano»

-Con Clinton. Clinton, en la Moncloa, con Aznar y uno de sus hijos, durante la preparación de la 49.ª cumbre de la OTAN, la primera que se celebró en España, en 1997.

-Con Blair. Me gusta tener recuerdos de la historia presente y pasada. una hoja del roble de Guernica, fotos de Perejil o esta con Blair (y Zico, mi primer perro), invitado a pasar unos días con nosotros en Doñana en 1997.

-Los monjes. el recogimiento Estos monjes de cerámica representan uno de los valores que guardo en mi despacho. el recogimiento.

-El despacho. Casi todos los libros que hay en mi despacho son de Historia y de Arte, dos de mis pasiones. También tengo obras de arte de Canogar, Tápies, Úrculo La mayoría regalos personales. Todos los cuadros que hay en FAES son míos, porque no me caben en mi casa

-El palomar. Las grandes ideas Este palomar de cerámica no tiene ningún valor, pero refleja otro de los valores importantes en la vida. El palomar simboliza el espíritu castellano, los cielos abiertos. las grandes ideas .

-El toro. fortaleza y ambición Es del escultor Juan Ripollés y me sigue allá donde voy desde que me lo regalaron. Simboliza un sentimiento muy español, pero también una fortaleza y una ambición enormes. La fuerza del toro es espectacular. ¿Que si tengo yo fuerza y ambición? Sí, enormes.

-El arado romano. el esfuerzo El arado es el trabajo duro, el esfuerzo. Es un concepto al que yo doy mucho valor. Y siempre los monjes, el arado y el palomar viajan conmigo a todos los despachos a los que me traslado.

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