En las islas Lofoten (círculo polar ártico), apenas había hueco para hacerle un estadio al equipo local. Por Fernando Goitia

A los habitantes de Henningsvær, sin embargo, les gusta tanto el fútbol que allanaron un diminuto y rocoso islote y, entre secaderos de bacalao, alzaron este campo sin gradas, pero con hermosas vistas al mar de Noruega. Ahora esta foto, tomada por un dron y premiada por National Geographic, lo consagra como uno de los estadios más extraños del planeta.

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