Bilbao, 1968. Soy pintor y celebro tres décadas de trayectoria con la publicación de ‘Ignacio Goitia Paintings’ (Ed. Diputación Foral de Bizkaia) y con una retrospectiva en la Sala Rekalde de Bilbao. Por Virginia Drake / Foto y vídeo: Javier Ocaña

XLSemanal. Al terminar la carrera de Bellas Artes, cuenta, un profesor les auguró un futuro muy negro como artistas…

Ignacio Goitia. Sí, nos dijo que, en veinte años, de los cuarenta alumnos que éramos todos estaríamos en la cuneta menos uno. Y acertó, pero yo tenía claro que ese uno iba a ser yo.

XL. En su obra mezcla personajes de ayer y hoy en escenas imposibles.

I.G. Esa es la magia del arte: te permite crear un mundo en el que se reúnen personas que difícilmente lo harían en la vida real ni en esos entornos.

XL. ¿Cómo es su presente, su pasado y su futuro?

I.G. En el pasado era el ‘marica’ de la clase al que hacían bullying, pero fui un niño soñador que solo quería ser pintor. Hoy he cumplido ese sueño. Y en el futuro espero seguir creando, animado por el reconocimiento que tiene ahora mi obra.

XL. Sus cuadros, llenos de contrastes y denuncias, tienen mucho color y glamour.

I.G. Siempre he creído que se puede hacer una gran crítica con una sonrisa, con mucho optimismo y con mucha luz. No hace falta dar gritos ni ser tampoco agresivo para reivindicar las cosas.

Ignacio Goitia: "El lenguaje del arte actual cada vez se entiende menos y se aleja más del público"

XL. Viste cual dandi inglés, ¿es una actitud?

I.G. Sí, ante un mundo que pierde ciertos valores que me gusta conservar. Pero no pienso que cualquier tiempo pasado fue mejor. Es un placer vivir la época que vivimos porque la anterior era castrante. Me gusta disfrutar de lo bueno de antes y de lo bueno de ahora.

XL. Pinta museos, palacios y edificios poderosos habitados por enormes jirafas, camellos o elefantes sin proporción lógica.

I.G. Son edificios construidos por el hombre para atrapar, convencer e imponer; y, a la vez, está presente la naturaleza salvaje y libre que se rebela. Es mi forma de expresar un sentimiento romántico contra la mano del hombre.

XL. Las mujeres de sus obras, siempre muy bien vestidas, son delgadas y elegantes…

I.G. Sobre todo, son mujeres inteligentes y poderosas. Tengo mucho respeto por la mujer y me relaciono muy bien con ellas, casi mejor que con los hombres.

XL. Vive entre Miami y Bilbao y ha expuesto en Nueva York, París, Miami, México, Arnhem (Holanda), Bruselas… ¿Se siente cómodo en el mercado del arte?

I.G. Me siento un outsider en la dictadura del arte contemporáneo. Estoy muy poco pendiente de lo que hacen otros: en muchos casos, el lenguaje del arte actual cada vez se entiende menos y se aleja más del público. No deja de ser curioso que los críticos y los comisarios tengan más poder que los artistas, que somos los creadores y motores del arte.

Desayuno: ante la ventana

Ignacio Goitia: "El lenguaje del arte actual cada vez se entiende menos y se aleja más del público" 1

 

«Leche de avena, galletas de avena y un zumo de frutos rojos. El zumo lo tengo que tomar siempre de pie y mirando por la ventana para ver naturaleza ‘verde’».

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