Me llamo María José Charro Galán y soy madrileña, ‘vedette’, posadera, ‘disfrutona’ y jaleadora internacional. Participo en ‘MasterChef Celebrity 5’. Por Virginia Drake / Foto: Javier Ocaña

XLSemanal. De vocación, destroyer.

La Terremoto de Alcorcón. Sí, lo destrozo todo, las canciones de los demás y lo que sea. Ahora busco acabar con todos los palios de la gastronomía mundial, pero con cariño y sin maldad.

XL. Su particular Hung up, destrozando la canción de Madonna, fue el segundo vídeo más visto del mundo. ¿Cómo se come eso?

L.T.A. ¡Con muchas risas! Montamos ese vídeo con treinta euros, cuatro pelucas y muchos amigos. Los millones de visitantes subían y no entendíamos nada [risas]. Eso me llevó a una gira mundial que me dio muchas alegrías.

XL. ¿Le ha costado que la tomen en serio?

L.T.A. Al principio, sí: me saltaba muchas normas para demostrar que hay otras formas de vivir. Aunque las normas están para respetarlas, es tiempo de saltárselas y de construir nuevas.

XL. Muy poca gente sabe que ‘La Terre’ estudió en las teresianas de Londres, que es licenciada en Ciencias de la Educación y que habla tres o cuatro idiomas.

L.T.A. Siempre fui curiosa y una cosa no anula la otra. He tocado palos muy diferentes. Mi caos no es algo aislado.

XL. ¿Quería dar clases en un colegio?

L.T.A. No. Al hacer la selectividad, no tenía ni idea de qué quería. Hice Educación en la rama de lengua extranjera: inglés. Luego, lo amplié un año e hice francés. Hablo también catalán y me estoy lanzando al italiano.

La terremoto de Alcorcón: "Una 'vedette' no puede decir su edad, es parte del código deontológico"

XL. Y es licenciada en Comercio Exterior.

L.T.A. Mi vida es muy de contrastes, sí, siempre me ha gustado saber qué pasa más allá de España. Estudié en Francia, Bélgica, Inglaterra… sin dejar de vivir.

XL. ¿’La Terre’ se ha comido a Pepa Charro?

L.T.A. Sí, sí, y me ha dado disgustos y hasta he pensado en acabar con ella: arrasa con todo, no deja hueco a nadie.

XL. No está claro cuándo nació usted…

L.T.A. Una vedette no puede decir su edad, es parte del código deontológico. En las redes se dice que tengo 49 años y, por supuesto, soy mucho más joven. También dicen que nací en 1947… Casi prefiero esta versión [ríe].

XL. Vive en Mallorca y regenta el bar Flexas.

L.T.A. Y allí hoy enseño las recetas de MasterChef, la última que hicimos fue la torrija de Martín Berasategui.

XL. ¿Es fácil ‘convivir’ con Celia Villalobos?

L.T.A. No lo es, no te voy a engañar; también yo debo de ser insoportable [ríe]. Celia quiere dejar atrás la política, pero no consigue dejar atrás su carácter y su manera de entrar a las cosas con su ‘cariñosa y dulce soberbia’.

XL. Y Jordi Cruz, ha dicho, «es de mentira»…

L.T.A. ¡Es que lo es, que no te engañe! Esa voz impostada no me la creo, no cuela. Pero, como Pepe, es encantador.

Desauyno: más excitantes…

La terremoto de Alcorcón

«Nada de café, no necesito más estímulo. Bebo agua y tomo fruta; varío. Pero a veces hago trampa y tomo un trozo de camaiot, un embutido muy fuerte y rico».

 

 

 

 

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