Madrileña del 63, soy periodista y autora de 13 libros. El último de ellos, ‘A menos de cinco centímetros’ (Editorial Espasa), es mi primera novela negra después de llevar 26 años publicando. Virginia Drake

Clara Sánchez: «Nunca he contado esto de mi infancia» 

XLSemanal. Dice que era cuestión de tiempo que escribiera una novela negra.

Marta Robles. Lo llevaba dentro desde hace mucho. En el colegio se preocupaban porque algunas de mis redacciones eran muy sangrientas y me preguntaban si me había ocurrido algo. Hoy hubiera sido carne de psicólogo.

XL. O de sexólogo: es un libro lleno de sexo.

M.R. Sí, pero no es un sexo para alegrar las páginas ni para calentar el ambiente. Es parte fundamental del libro. es un sexo muy vacío de amor, muy duro. Sexo por sexo, por obligación, por sometimiento, como arma de guerra…

XL. Tras esta clase magistral, imposible verla como una mosquita muerta.

M.R. A mi edad y con tres hijos -más otros tres y casi cuatro nietosv, yo, de mosquita muerta, poco [ríe]. Por otra parte, escribes de lo que sabes y que no necesariamente has vivido.

XL. Habla de moda, arte, glamour…

M.R. Más que de glamour, de lujo, un concepto distinto, salvo que por glamour entiendas el brillo falso. Y contrapongo ese mundo con otro más sórdido. el de la guerra o la trata de mujeres. El mundo más brillante se paga a través del más sórdido, es una cárcel de oro.

XL. Es una historia de infidelidades de mujeres: todas las amantes están casadas.

M.R. Las grandes infidelidades son femeninas. Ana Karenina, Madame Bovary, la Regenta o la Reina Ginebra. Nunca sabremos si están a la par que las masculinas porque las mujeres suelen contarlo bastante menos que los hombres. Pero el engaño está ahí y todos tenemos un escaparate y una trastienda.

XL. En una escena, el marido le pide a su mujer que se quede en ropa interior, con los tacones de aguja y que se pinte los labios de rojo. ¿Esto es un mito sexual?

M.R. Para mí esa escena es terrible, de las más duras del libro; sobre todo en una relación que ya sabemos que está exenta de amor. Me horroriza esa situación. Pero en el sexo que describo se reconocen tanto hombres como mujeres.

XL. «Los hombres enamorados -dice- se vuelven más imbéciles a partir de los 50».

M.R. Se rinden aún más a la vanidad y, cuanto mayores son, se creen cualquier cosa que les digas. Se la suelen creer a toda edad, pero a partir de los 50, más. Una vez entrevisté a Francisco Ayala y, hablando de las relaciones de hombres mayores con mujeres jóvenes, tipo las de Cela y Alberti, me dijo: «Marta, si de mayor me ves haciendo el gilipollas, ¿me lo dirás?». Le dije que no, porque no me haría caso. ¡Y le pasó! Con la edad a los señores les pasan cosas muy raras.


Desayuno: antes de ir al cole…

personajes, Desayuno Marta Robles, xlsemanal

 

«Me levanto a las 7.45 y desayuno con mis hijos, antes de llevarlos al colegio, y con mi marido. Tomo un plátano, una tostada con jamón y tomate, y un café solo».

 

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