Amaños deportivos en los partidos de más alto nivel. Esta acusación ha sacudido al tenis mundial. Los investigadores hablan de una red mafiosa que salpicaría a grandes figuras de la raqueta. ¿Qué está pasando? Por Carlos Manuel Sánchez

Football leaks: el azote del fútbol

«Atentos al tenis, porque va a estallar». La advertencia es de Chris Eaton, director de Integridad del Centro Internacional para la Seguridad en el Deporte (ICSS por sus siglas en inglés), una organización mundial, independiente y sin ánimo de lucro, que vela por la limpieza de las prácticas deportivas.

Salas de apuestas, cuando te juegas la vida

Eaton, antiguo jefe de seguridad de la FIFA y con una larga trayectoria como investigador de Interpol, lanzó su vaticinio en 2014, así que no se le puede acusar de estar haciendo leña del árbol caído una vez que se destapó el escándalo de los amaños de partidos en vísperas del último Open de Australia. Según Eaton, estamos viendo la punta del iceberg. Si no se pone remedio, el crecimiento brutal y descontrolado de las apuestas deportivas llevará al deporte, y no solo al tenis, a una crisis de credibilidad sin precedentes.

Nos apostamos el 2 por ciento del PIB mundial

Vaya por delante que Eaton no aboga por la prohibición de las apuestas. Eso sería como ponerse una venda en los ojos. Lo mejor es regular y legalizar. Y luego desmantelar a los operadores ilegales a nivel internacional . Pero, según este y otros expertos, el problema no está en el deporte ni en los deportistas, ni siquiera en los deportistas corruptos. El problema son las apuestas. Los gobiernos deberían mirar hacia el crimen organizado. Si paras el flujo del dinero, se acaban los amaños. Y el dinero viene de las apuestas.

«El 80 por ciento de las apuestas son ilegales. Una puerta abierta al blanqueo de capitales. Los investigadores creen que las mafias lavan 130.000 millones por este método»

Para entender lo que ha pasado con las apuestas deportivas en los últimos cinco años, lo mejor es echar mano de los números puros y duros. Y los números son apabullantes. Una investigación de la Universidad de La Sorbona (París), en colaboración con el ICSS, dirigida por el profesor Laurent Vidal y en la que participan una docena de expertos internacionales, calcula que el mercado global de las apuestas movía en 2011 unos 322.000 millones de euros. Hoy, esa cifra podría rondar los 523.000 millones. Es decir, nos estamos apostando el 2 por ciento del PIB mundial. Y el 80 por ciento de las apuestas son ilegales. Lo que abre (de par en par) una ventana de oportunidad al blanqueo de capitales. Los investigadores creen que las mafias ‘lavan’ unos 130.000 millones de euros al año por este método.

Fútbol, tenis y críquet se llevan la palma

Y es que el mercado de las apuestas es endiabladamente complejo. Según el Instituto de Relaciones Estratégicas Internacionales, en el año 2013 había más de 8000 operadores que ofrecían apuestas deportivas en el mundo. La mayoría estaban ubicados en paraísos fiscales, donde se les aplica una fiscalidad muy baja y apenas hay inspecciones o no las hay en absoluto. Algunos operadores son mastodónticos. La casa de apuestas tradicional más grande del planeta es William Hill, con 16.000 empleados, 2370 puntos de venta y 21.000 millones de facturación. Y otro de los gigantes, pero on-line, es Bwin: 2700 empleados, ningún punto de venta y 3760 millones de euros. Pero además hay que tener en cuenta que Asia y América (incluido Estados Unidos) tienen importantes mercados ‘callejeros’ al margen de la ley.

Un tercio de las apuestas en el mundo se realizan por Internet. «De hecho, las apuestas deportivas generan cuatro veces más dinero que el deporte mismo. Una economía de apuestas deportivas transparente, supervisada y bien regulada supondría poca amenaza para la integridad del deporte. Sin embargo, nuestro sistema actual opaco está muy mal regulado», explica Eaton.

Y ahí está el gran problema, agravado además por una innovación, las apuestas live (en directo mientras se desarrolla un partido), que ya suponen el 70 por ciento del mercado, una modalidad que se ha popularizado gracias a la tecnología de las retransmisiones en streaming. Hoy se puede apostar en cualquier deporte, por minoritario que sea, y en cualquier Liga del mundo, incluso en competiciones regionales y juveniles. Las apuestas deportivas están por todas partes. Y ponen en peligro a todos los deportes, aunque hay varios que se llevan la palma: fútbol, críquet y tenis.

Para un jugador de las categorías inferiores, que apenas cubre gastos, rechazar un soborno no es fácil… Una vez que acepta el dinero de la mafia, ya les pertenece para siempre

Son las apuestas en directo las que acaparan más problemas. En un solo partido se puede apostar a cientos de incidencias diferentes, no solo la típica de acertar el ganador. En el caso concreto del tenis hay mil avatares en los que jugarse el dinero y que un tenista puede ‘facilitar’, sin necesidad de comprometer el resultado final del partido y, por tanto, sin levantar sospechas. Por ejemplo, puede estrellar la bola en la red Basta con sacar mal a propósito para hacer una doble falta. Y si alguien ha apostado que va a hacerla, puede ganar mucho dinero. Incluso ambos tenistas pueden conchabarse para repartirse los dos primeros sets en una pantomima y darlo todo en el definitivo. Es muy fácil amañar un partido de tenis porque solo juegan dos. Y no hace falta ni siquiera que los dos estén implicados. En el fútbol es más complicado porque es un deporte colectivo , explica Declan Hill, periodista que destapó la corrupción en la FIFA.

¿Quién debe vigilar la limpieza en el tenis?

El extraordinario crecimiento de las apuestas en directo necesitaría ingentes recursos para su vigilancia y la detección en tiempo real de posibles manipulaciones, además de policías y autoridades trasnacionales , expone el informe del ICSS. De momento, los pocos ‘vigilantes’ que hay se apañan como pueden. La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), por ejemplo, creó su Unidad para la Integridad en el Tenis, dirigida por Nigel Willerton, un policía retirado, y con un equipo modesto de tres detectives y un informático. Ni siquiera dispone de un especialista en analizar las apuestas y confía en los cuando estos detectan patrones de apuestas sospechosos. En total, cinco personas para controlar 1500 torneos y decenas de miles de partidos

Sus detractores se quejan de que sus investigaciones rara vez acaban en sanción y que se lo toman con mucha parsimonia. Además, es un organismo hermético y secretista, y eso es una incoherencia si estamos hablando de la gente que debe velar por la transparencia del deporte -subraya Eaton-. Las federaciones quieren que sean las autoridades deportivas las que vigilen. Y educar a los jugadores y a los árbitros para evitar que caigan en la tentación. Y asunto concluido. No, así no funciona. El trabajo duro es investigar, supervisar, hacer auditorías sorpresa de jugadores y árbitros, seguir el rastro del dinero. Y para eso hacen falta profesionales. Y el deporte no dispone de ellos. Son los gobiernos los que deben aportarlos .La ATP insiste en que se toma el asunto muy en serio. Y Nigel Willerton recuerda los 18 expedientes que han acabado en sanción y que cinco jugadores y un árbitro han sido apartados de las pistas de por vida. Pero sus críticos insisten. es muy poco bagaje para una unidad que se creó en 2008. Según la Asociación Europea para la Seguridad en el Deporte, que agrupa a 18 empresas y organizaciones, entre ellas los operadores Bet365 y William Hill, solo durante los primeros nueve meses de 2015 hubo 49 alertas por apuestas sospechosas en el tenis, por solo 16 en los otros deportes.

Una herramienta para tirar del hilo de presuntas ilegalidades como el data mining, esto es, el análisis estadístico de los movimientos de las apuestas -que ha servido para que una investigación de la BBZ y BuzzFeed señale a 15 jugadores de la élite por comportamientos sospechosos reiterados (aunque sin dar nombres para evitar un aluvión de querellas)-, no sirve para probar un delito, explica Willerton, y por tanto las sanciones, cuando las hay, nunca pasan del ámbito deportivo al penal. Hacen falta otro tipo de pruebas, como el intercambio de mensajes de móvil o grabaciones que demuestren los amaños. Y para eso se necesitan policías que trabajen sobre el terreno.

Los parias del tenis, en el centro del huracán

Pero no es en la élite donde hay que investigar con más ahínco. En el último año se apostaron 81.000 millones de euros en el tenis, de los que 66.000 millones son apuestas en directo. Pero la gran mayoría de este dinero se apostó en partidos de segunda fila y con jugadores del montón. Y esto tiene una explicación muy lógica. ¿Hacemos cuentas? Hay unos 23.000 tenistas profesionales en el mundo. Solo los cincuenta mejores se lo ‘montan’, el resto sobrevive como puede. Lo atestigua una encuesta encargada por la Federación Internacional de Tenis a la Universidad de Kingston en 2013. solo el 10 por ciento de los tenistas cubren los gastos de competir.

«Es muy fácil amañar el tenis porque solo juegan dos. En el fútbol es más difícil porque es un juego colectivo», afirma Hill, el periodista que destapó la corrupción en la FIFA

Desglosemos. los tenistas (tanto hombres como mujeres) del Top 50 se embolsan de media unos 900.000 euros al año (sin contar lo que puedan ganar en contratos publicitarios). Del 51 al 100 ganan 183.000 euros; del 101 al 250, unos 78.000 Del 251 al 500 apenas se sacan 14.000 euros al año. El coste de competir en el circuito (viajes, comida, alojamiento) es de 36.000 euros. Además, unos 6000 tenistas no ganan nada. Son los que caen eliminados a las primeras de cambio.

«El peligro está en las categorías inferiores», advierte Eaton. ¿Por qué? «Por pura necesidad. Djokovic se puede permitir rechazar un soborno, pero para alguien que apenas cubre gastos no es tan fácil. Y una vez que aceptas dinero de las mafias, ya les perteneces para siempre». Y si progresas y llegas al circuito mundial, los 62 grandes torneos de la ATP, los Grand Slam, los Master 1000 se habrá contaminado todo el tenis profesional.

El tema de los patrocinios, a debate

También convendría examinar los patrocinios que las casas de apuestas hacen de los torneos de tenis. Todo es un poquito hipócrita. Es muy extraño , se quejaba Murray. Las casas de apuestas niegan que el patrocinio esté en la raíz de la crisis. Bill South, director de seguridad de un gran operador, afirma que son los primeros interesados en que exista limpieza para proteger su negocio. Pero se abren dos debates. Uno es que el patrocinio les sale muy barato. «No me cabe en la cabeza que las Ligas y federaciones no se sienten a negociar y les digan a las casas: ‘Oye, si queréis apostar en nuestros deportes, hay que pagar'», explica Declan Hill. El otro debate es si de verdad queremos que los héroes de los niños, como Rafa Nadal o Cristiano Ronaldo, promocionen las apuestas. ¿Qué mensaje estamos dando? ¿Debería prohibirse el patrocinio del deporte por parte de los juegos de azar, como sucedió con el tabaco y el alcohol?

El truco de adelantarse a la casa de apuestas

Ciertas empresas contratan a jóvenes para que recorran el circuito de tenis mezclándose entre el público. Son compañías como Sporting Data, con sede en Londres. Sus empleados llevan teléfonos móviles de alta gama y conexión muy rápida. Teclean el resultado de cada punto, que envían a un terminal que rápidamente hace una apuesta. La idea es apostar sobre seguro. Se aprovechan de que la casa de apuestas debe esperar a que el árbitro pulse en su panel el resultado oficial del punto, que es enviado por Internet, publicado vía streaming y procesado. Hay un margen de unos tres segundos, a veces incluso más. Sporting Data llegó a ganar en un año unos 900.000 euros con esta táctica, que se conoce como ‘courtsiding’, pero ha anunciado que ya no lo hará más porque los organizadores de los torneos y las casas de apuestas ponen a su vez espías entre el público para detectarlos. Ha habido algunas detenciones, pero técnicamente no es ilegal y los cargos fueron retirados. Chris Eaton, antiguo agente de la Interpol, matiza, no obstante, que esta práctica es equivalente a la de invertir en Bolsa con información privilegiada.

El chico más rápido de la cancha

«Era el trabajo de mis sueños. Volvería a hacerlo». Al británico Daniel Dobson lo contrataron para viajar por el mundo viendo partidos de tenis en las canchas. Su trabajo: informar a su empresa del resultado de cada punto antes de que las casas de apuestas recibieran la notificación. La empresa apostaba sabiendo el resultado.

INVESTIGADORES E INVESTIGADOS

Caso Davydenko

El ruso Nikolay Davydenko (entonces número 4 del mundo) perdió sospechosamente un encuentro en 2007 contra el argentino Vasallo (87) por una lesión. Las apuestas a que iba a perder un partido que hubiera ganado fácilmente ascendían a cinco millones de euros. La ATP no pudo probar nada, pero creó la Unidad de Integridad del Tenis, que ha investigado desde entonces 26.000 partidos, aunque solo ha abierto 18 expedientes.

Caso Koellerer

El austriaco Daniel Koellerer fue el primer tenista suspendido de por vida por una investigación de la Unidad de Integridad del Tenis. Koellerer fue acusado de amaños. El deportista alegó que hasta tres veces acudió a los investigadores voluntariamente para denunciar que había personas que le ofrecían dinero sin que estos hicieran nada. Otros cuatro tenistas y un árbitro han sido apartados del tenis desde 2007.

Los sabuesos

Nigel Willerton un policía inglés retirado, dirige la Unidad de Integridad del Tenis. son solo cinco personas para investigar decenas de miles de partidos.

Chris Eaton, director de Integridad del ICSS, se queja de los pocos recursos que el tenis profesional dedica a investigar los amaños. Las críticas han arreciado tanto que la federación mundial ha creado un Panel Independiente de Investigación, presidido por Adam Lewis.


 

Los paraísos de las apuestas deportivas ‘on-line’

El 80 por ciento de las casas de apuestas ‘on-line’ del mundo tienen sede en paraísos fiscales, que otorgan licencias para sus actividades. Informe ICSS, 2014

Kahnawake (40licencias). La reserva de los indios mohawk, en Quebec, tiene ventajas fiscales respecto del resto deCanadá. Ha otorgado ya 40 licencias.

Gibraltar (14 licencias). Desde 2014 las casas deben pagar el 15% de sus ingresos obtenidos por clientes ingleses. Esto provocó una crisis entre el Peñón y Londres.

Alderney (59 licencias). La mayoría de estos operadores ofrecen sus apuestas en todo el mundo, con frecuencia sin autorización.

Reino Unido. Existen unos 114 operadores gracias a una fiscalidad muy ventajosa, a diferencia, por ejemplo, de España, donde el juego soporta impuestos muy altos.

Isla de Man (46 licencias). Por su opacidad, es muy difícil investigar los posibles lazos entre los operadores alojados en los paraísos y los grupos criminales.

Antigua y Barbuda (5 licencias). En muchos países musulmanes, al igual que en India y EE.UU. (salvo Nevada), las apuestas están prohibidas. Pero las clandestinas son universales.

Costa Rica. Es un caso especial. Allí se ubican sin necesidad de permiso unas 500 casas de apuestas, que controlan en gran medida el mercado americano.

Curaçao, Holanda (17 licencias). Los territorios de ultramar y las antiguas colonias son los paraísos fiscales preferidos por los operadores de apuestas.

Malta (86 licencias). Los paraísos europeos complican también las investigaciones en los países donde las autoridades regulan el juego, como España, Italia, Francia

Cagayan (68 licencias). Esta provincia filipina es la ubicación preferida de los operadores del sudeste asiático, donde más han crecido las apuestas.

 

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