Tener hijos en tiempos del zika se ha convertido en una pesadilla. En Brasil, epicentro de la epidemia, ya han nacido más de 4000 bebés con microcefalia, los hijos del zika. El pánico y los falsos rumores se han disparado entre las embarazadas, que agotan las existencias de repelente, se encierran en sus casas. Así viven la amenaza del virus. Por N. C. y V. A. 

En los escaparates de las farmacias brasileñas, los carteles avisan. «Falta repelente». Para encontrar un tubo o un Espray no basta con tener suerte y empeñarse en la búsqueda. Se necesita rapidez.

Los cargamentos que llegan por la mañana se agotan antes del mediodía. Los farmacéuticos han abierto interminables listas de espera, que pueden superar las dos semanas. Y si milagrosamente alguien encuentra repelente disponible, siempre hay un límite: tres botes por persona.

Muchos acaban por recurrir a Internet, donde los precios se han disparado. La búsqueda de cremas y aerosoles ha llevado a usuarios de Facebook, Twitter e Instagram a narrar relatos insólitos y publicar imágenes que bordean la provocación y el mal gusto. Una madre cuenta, por ejemplo, que a su hijo le robaron el repelente en una fiesta infantil. Otra se exhibe, victoriosa, con diez tubos, en una fotografía titulada #ostentação.

En los escaparates de las farmacias brasileñas, los carteles avisan: «falta repelente». Para encontrar un tubo o un espray no basta con tener suerte y empeñarte en la búsqueda. Se necesita rapidez

Son escenas del estío brasileño, bautizado este año como el verano del Aedes aegypti, el mosquito transmisor de tres virus: dengue, chikunguña y zika, aunque sea la propagación de este último asociado a un desorbitado aumento de los casos de microcefalia en recién nacidos lo que ha desatado la declaración de emergencia de salud pública por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Algo que no ocurría desde los tiempos del ébola.

Extendido ya por 24 países, Brasil sigue siendo en todo caso el epicentro de la epidemia. El mosquito, de hecho, es un viejo conocido en el gigante sudamericano, donde prolifera desde hace al menos tres décadas. «Llevamos 30 años luchando contra este mosquito. Sin éxito subraya el infectólogo Artur Timerman, presidente de la Sociedad Brasileña de Dengue y Arbovirus. El año pasado, sin ir más lejos, hubo 2,5 millones de casos de dengue en Brasil. Las estrategias no funcionan. Necesitamos nuevas formas de combatirlo».

Solo en Brasil hay 1,5 millones de infectados, y la OMS espera 4 millones a final de año en todo el mundo. «Es el mayor desafío de salud pública de los últimos tiempos», dice un infectólogo

El zika término que, en macabra coincidencia, se refiere en jerga brasileña a algo ‘chungo’ amenaza sobre todo a las embarazadas con menos de 12 semanas de gestación. Si son infectadas, corren un alto riesgo de engendrar bebés microcefálicos, es decir: con menos de 32 centímetros de perímetro craneal; una reducción asociada a deficiencia mental, motora y, en algunos casos, a muerte prematura.

Brasil: 1,5 millones de casos. Con más de 4000 bebés nacidos con microcefalia cinco de ellos han muerto, Brasil es hoy el epicentro de la epidemia mundial de zika

 

Este escenario inédito ha convertido al virus en el tema principal de las gestantes en las salas de espera de los consultorios ginecológicos. Por eso, las embarazadas por todo Brasil se cubren el cuerpo para evitar picaduras, se impregnan de repelente en cantidades casi industriales y huyen como pueden del Aedes. Ahora bien, en medio del pánico también hay quien lanza mensajes tranquilizadores.

«No todas las embarazadas que hayan entrado en contacto con el virus van a desarrollar fetos con microcefalia, -asegura Carlos Britto, profesor de la Universidad Federal de Pernambuco y autor de las primeras identificaciones de microcefalias relacionadas con el zika-. Dependerá de la carga viral, del momento de la gestación y de factores relacionados con el sistema inmunológico de cada mujer».

Colombia: 20.000 casos. Es el segundo país con más enfermos, 2116 de ellos son mujeres gestantes. El Gobierno cree que se llegará a 600.000 y que 500 niños nacerán con microcefalia

El riesgo, además, no es algo exclusivo de mujeres en edad fértil o embarazadas. El virus infecta a niños, jóvenes, adultos y ancianos por igual, sin distinción de género o edad. Asintomática en el 80 por ciento de los casos, la enfermedad puede manifestarse tanto en su variante débil enrojecimiento de la piel, fiebre baja, dolor de cabeza como en la más severa. Es el caso del síndrome Guillain-Barré, una afección autoinmune que conlleva parálisis y cuya incidencia ha crecido en Brasil, con centenares de casos registrados, de nuevo en el nordeste, tras la llegada del zika.

 

Venezuela: 3700 casos. Frente a los datos oficiales, los médicos afirman que hay más de 400.000. El primer contagiado por vía sexual, un texano, cogió el virus en Venezuela

 

Las fotografías de madres de Pernambuco y Bahía, en el nordeste del país, con sus recién nacidos con microcefalia han dado la vuelta al globo ilustrando todo tipo de reportajes sobre el virus. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, por ejemplo, recomienda a los turistas que pretendan viajar a Brasil en este año olímpico que se protejan de las picaduras y a las embarazadas que redoblen precauciones ante la capacidad del zika de causar microcefalia.

En medio del pánico circulan rumores que hablan de nueva enfermedad: ‘neurozika’. Esto provocaría en los niños un gravísimo estado de coma

El Ministerio de Salud brasileño ha contabilizado ya más de 4000 casos de esta malformación, un número que multiplica de forma exponencial los verificados en todo 2014. Se estima, además, que la epidemia ha infectado ya a 1,5 millones de personas solo en Brasil, y la OMS espera cuatro millones a final de año en todo el mundo. Según Timerman, «la situación es inédita en la ciencia mundial. Es uno de los mayores desafíos de la salud pública de los últimos tiempos».

Estados Unidos: 50 casos. Es el primer país en detectar un contagio por transmisión sexual. Además de los casos de zika, hay uno de microcefalia. La madre del bebé vivió en Brasil en 2015

La prevalencia exagerada de microcefalias asociadas al zika, detectada por primera vez en noviembre en el nordeste brasileño, se extiende por el país. Los números más aterradores provienen de los estados de Pernambuco, Paraíba y Bahía, pero se cree que, dado el comportamiento histórico del dengue, con el cual comparte el mosquito transmisor, el zika alcanzaría su pico en São Paulo y Río de Janeiro donde viven 60 millones de personas, el 30 por ciento de la población en un plazo de dos a tres años. Siguiendo la tendencia actual, en cinco años nacerían hasta 100.000 bebés con microcefalia en todo Brasil.

Semejante amenaza ha reabierto en el país organizador de los próximos Juegos el d muy pocos casos. Ampliar los supuestos se ha convertido en la bandera de la ginecóloga brasileña Suzanne Serruya, al mando en la OMS del área creada de urgencia para estudiar esta explosión de microcefalias. «Es inevitable reabrir el debate -propone Serruya-. Las mujeres sin acceso al aborto legal, sobre todo las más pobres, pueden acabar sometiéndose a procedimientos clandestinos. La interrupción de la gestación se ha convertido en una cuestión de salud pública. Espero que se tome la mejor decisión pensando en las mujeres».

Para multiplicarse, al mosquito le basta con el agua estancada en el tapón de una botella. Se sabe también que pica en tobillos y piernas y que no vuela más alto de 18 metros, equivalente a un sexto piso

En Pernambuco, estado que concentra el 37 por ciento de las microcefalias, la desesperación entre las embarazadas ha abierto la puerta a la propagación de todo tipo de rumores. Una serie de WhatsApps transmiten informaciones falsas sobre cómo prevenir la picadura, recomendando, por ejemplo, el uso de repelentes naturales sin eficacia comprobada. Otros mensajes sugieren la existencia de una nueva enfermedad llamada ‘neurozika’, que provoca en los niños un gravísimo estado de coma. Esta supuesta afección, según los textos virales, está abarrotando los puestos de salud, aunque nada de ello ha sido confirmado.

El miedo y el pánico, inherentes a toda emergencia de salud pública, se mide ahora en Brasil con lo que se ha dado en llamar «índice repelente». En los establecimientos de Raia Drogasil, mayor grupo farmacéutico del país, las ventas de estos productos en diciembre multiplicaron por siete las del año anterior. En el nordeste, la demanda creció en un 200 por ciento. Las cifras son reveladoras si se tiene en cuenta que, en condiciones normales, apenas el 6,4 por ciento de los brasileños utilizan repelentes al menos una vez por año.

Los productos más codiciados y los más escasos son aquellos cuyo principio activo es la icaridina, que han comenzado a ser importados desde Alemania por avión, en sustitución del barco, como era habitual. La otra modalidad más común de repelentes, la que contiene DEET (dietiltoluamida), también escasea, si bien hay relatos científicos que aseguran que el mosquito comienza a crear resistencia al mismo.

Guatemala: más de 100 casos. Las autoridades aumentaron la vigilancia a embarazadas por riesgo de microcefalia hace tres semanas. Hay infectados en todos los países del istmo

En ambos casos, eso sí, la aplicación equivocada, en cantidades inadecuadas y una sudoración excesiva pueden reducir la eficacia del producto. Se indica, por tanto, la reaplicación cada cuatro horas y después de cada baño en el mar o la piscina. Los repelentes a base de compuestos naturales, por otro lado, no se sustentan en ninguna comprobación científica. Del mismo modo, los aparatos enchufables antimosquitos son inútiles contra el aegypti.

El único modo de frenar la expansión del zika es eliminar al mosquito transmisor. Aun así, por más que se reiteren cada año las campañas de concienciación para eliminar los criaderos del insecto, Brasil no parece aprender la lección. En el país sudamericano, cuyo clima tropical, caliente y húmedo es ideal para la proliferación del insecto, sabido es que, para multiplicarse, al bicho le basta con el agua estancada en el tapón de una botella. Pero en un lugar donde el 25 por ciento de la población -46 millones de personas- carecen de saneamiento básico, el hábito de acumular agua en recipientes y el abandono de basura y residuos en cualquier lugar está demasiado extendido, lo que estimula la expansión de los males que transmite el mosquito.

Pero eso no es todo. La propia estructura de las megalópolis brasileñas favorece el desarrollo anual de estas epidemias. La organización caótica de estas urbes inmensas, con escasas zonas verdes, no ayuda precisamente a la filtración y circulación del agua de lluvia. El año pasado, conviene recordar, Brasil registró la mayor epidemia de dengue de su historia, con 2,5 millones de infectados. De chikunguña, además, se produjeron 750.000 casos.

«Vivimos una triple epidemia, -algo único señala Timerman-, con la circulación de tres virus transmitidos por un mismo vector en un mismo país». Eso no implica, en todo caso, que el Aedes transmita las tres dolencias a la vez con una sola picadura. Hasta hoy, al menos, no hay constancia de ello. Otra prueba de lo poco que se sabe del zika.

Perú: 1 caso. El 1 de febrero se declaró la alerta en todo el país tras confirmarse un caso importado de zika. Se han reforzado los controles en la frontera con Brasil

No en vano, hasta la alerta de la OMS, apenas había unos 200 artículos publicados sobre el tema en revistas científicas de todo el mundo. Una cifra ridícula comparada con los más de 10.000 referentes al dengue. Es algo realmente novedoso. El primer registro sobre el asunto lo realizó el diario Folha de São Paulo el 1 de mayo de 2015 bajo el siguiente titular: «Dolencia misteriosa intriga a los médicos en el Nordeste». El reportaje describía el mal como «dengue atípico». Después recibiría apodos como «dengue débil» o «prima del dengue».

Se sabe, eso sí, que el mosquito tiene hábitos diurnos -circula entre las 9.00 y las 13.00 horas-, que pica en tobillos y piernas, sin irritar la piel, y que raramente vuela más allá de los 18 metros de altura, equivalente a un sexto piso.

También se sabe que el virus fue identificado inicialmente en 1947, en la selva de Zika, en Uganda. Los primeros brotes se dieron en regiones poco habitadas y remotas de este país y de la Micronesia y la Polinesia, en el Pacífico. Es probable que el virus se colara en Brasil con el Mundial de 2014 o con la visita del Papa Francisco, un año antes, cuando delegaciones católicas de la Polinesia visitaron el país.

Ante este temor global, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha asegurado que sigue de cerca la situación para garantizar la salud de los atletas y del público que acuda este agosto a Río de Janeiro. El propio Thomas Bach, presidente del COI, subraya que el evento se celebrará en el invierno austral, cuando las condiciones climáticas no son tan favorables al Aedes aegypti en comparación con las actuales.

Te puede interesar

Los hijos del zika

Nuevo XL Semanal
El nuevo XLSemanal

A partir de ahora consulta los nuevos contenidos en la web de tu periódico

Descúbrelos