Frases de personajes célebres antes de morir

¿Quién desea morir en silencio cuando es posible hacerlo a lo grande con una frase que pasará a la historia? Por J. Esteban

Debe de ser difícil decir algo original, ocurrente o divertido cuando un señor con una guadaña en la mano ronda tu puerta. Pero hay quienes, incluso en el último trance, lo logran.

1 James Dean, 1955: "Va a parar... Nos ha visto" · Sólo había estrenado una película y ya era un mito. Murió en un accidente de automóvil.
2 Winston Churchill, 1965: "Estoy harto de todo" · El primer ministro británico Winston Churchill, de 91 años, entró en coma justo después de esta frase. Murió nueve días después.
3 Emily Dickinson, 1886: "La niebla está subiendo" · Una nefritis acabó con su vida en dos años. En ese periodo escribió 800 poemas hallados tras su muerte.
4 John F. Kennedy, 1963: "Es obvio" · No es una frase para pasar a la posteridad, pero fue la respuesta de John F. Kennedy, a la pregunta de la esposa del gobernador de Texas, que lo acompañaba en el coche oficial: «Señor presidente, no podrá decir que Dallas no lo quiere…».
5 Aldous Huxley, 1963: "LSD. 100 miligramos" · El escritor inglés, autor de Un mundo feliz, quiso terminar ‘a lo grande’ y le pidió a su mujer dos dosis de LSD
6 Menéndez Pelayo, 1912 "¡Qué pena morir... ...cuando queda tanto por leer". · El erudito santanderino murió rodeado de su familia… y de sus 40.000 libros.
7 Camarón, 1992 "Omaíta, ¿qué me pasa? · Levantó el teléfono, llamó a su madre, Juana, y justo después murió. Tenía 41 años y un cáncer de pulmón.
8 Lewis Carroll, 1898: "Quíteme esta almohada" · Lewis Carroll, el autor de Alicia… lo vio venir y pidió que lo recostasen para descansar en paz. Murió de una neumonía.
9 Manolete, 1947: "Qué disgusto le voy a dar a mi madre" · Una cornada de Islero mató a Manolete el 29 de agosto de 1947. Era el segundo miura que lidiaba esa tarde en la plaza de Linares y, al entrar a matar, lo empitonó en una pierna. Su último recuerdo fue para doña Angustias, su madre, a la que estaba tan unido que evitaba hacer nada que pudiera molestarla. Incluso morir corneado…
10 Pancho Villa, 1923 "Escriba que he dicho algo" · Murió en su coche, alcanzado por 47 balas. Mientras agonizaba, le pidió a un periodista que inventase algo original.
11 Humphrey Bogart, 1957: "Vuelve rápido" · ¿Quién querría morir solo pudiendo hacerlo junto a Lauren Bacall? El más duro sabía bien lo que se hacía.
12 Benito Mussolini, 1945: "Dispárame en el pecho" · El Duce, capturado al final de la guerra, fue fusilado con su amante Clara Petacci. Temía que un fallo le hiciese sufrir.
13 Bela Lugosi, 1956: "Soy Drácula. Soy inmortal" · Un infarto lo fulminó en un rodaje nada más pronunciar esta frase. Fue enterrado con su característica capa negra.
14 Isadora Duncan, 1927: "¡Voy hacia la gloria!" · Murió estrangulada al enredarse su fular en la rueda del Bugatti donde viajaba. Lo dijo justo antes de subir al coche.

A algunos les sale la vena dramática, como a la poetisa estadounidense Emily Dickinson («… la niebla está subiendo»); quienes están demasiado ocupados como para morirse, como Arquímedes («¡Espere [a matarme] hasta que haya solucionado el problema!»); los hay que se sienten aliviados, como la actriz Ethel Barrymore («¿Eres feliz? Yo sí lo soy»); los hay que expresan deseos mundanos, como el dramaturgo Anton Chejov («Hace mucho que no tomo champán»); quienes no saben qué les ha ocurrido para llegar a ese momento, como Diana de Gales («Dios mío, ¿qué ha pasado?»); y quienes lo tienen más claro que el agua, como John Lennon («Me han disparado»).

Estas y otras muchas perlas que sirvieron a sus autores para bajar el telón de sus vidas se recogen en El libro de los finales (Editorial El Aleph).

 

 

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