La primera descripción de la alergia es de 1819. El médico inglés John Bostock buscó durante 15 años pacientes con problemas respiratorios primaverales como los que él sufría. Dio con menos de 19 afectados

 ¿Tienen los amish la solución a las alergias?

En 1873, otro médico inglés, Charles Harrison Blackley, describió el mal como una dolencia rara que afectaba curiosamente, decía, a la aristocracia, la más alejada del medio rural, como hoy la población urbana.

Pero… ¿cuáles son las verdades sobre las alergias?

1. ¿Es hereditaria?

La alergia resulta de una suma de causas ambientales y genéticas. Un estudio de la Universidad de Dundee, en el Reino Unido, demostró incluso la relación entre el gen Filaggrin y la alergia al cacahuete. El estilo de vida influye, pero está comprobado que los hijos de padres alérgicos tienen más posibilidades de padecer el mal, aunque no a la misma sustancia.

2. Nos sale muy cara

No hay estudios directos sobre el coste de la enfermedad en España, pero según el Instituto UCB de Alergias y la Sociedad Española de Inmunología Clínica, los gastos alcanzan los 3000 millones en la UE. más de 1200 en recursos médicos (hospitalización, consultas, fármacos… ) y 1700 de modo indirecto, por el absentismo laboral o la baja productividad.

3. El polen también viaja

Para evitar los síntomas de una alergia al polen, no basta con alejarse del árbol que la provoca. Estudios sobre el polen de la ambrosía, que en Europa causa estragos, demuestran que puede viajar hasta 600 kilómetros en el aire. Algo similar ocurre en España con el polen de olivo. Se ha comprobado que el polen de un olivo en Córdoba puede llegar hasta Madrid.

4. La vida se detiene

Además de incidir en la productividad laboral, afecta a nuestra calidad de vida. Al 62 por ciento de los afectados por rinitis alérgica de Alcalá de Henares (Madrid) el mal le genera problemas de concentración, a un tercio le perjudica a la hora de conducir, a un 45 por ciento le afecta en sus actividades deportivas y a un 56 en sus momentos de ocio.

5. ¿Me vacuno?

Los expertos subrayan las ventajas de hacerlo: a los cuatro meses se percibe una mejoría importante, dicen. Puede ser útil contra el asma, la rinitis o la alergia a los himenópteros. Sin embargo, la mitad de los pacientes deja el tratamiento por largo (dos años). Su eficacia depende de una correcta identificación del alérgeno y de la dosis adecuada para que la vacuna sea efectiva; también, de la exposición a la contaminación o el tabaco, que puede reducir su poder. La alergología molecular es mucho más precisa que las pruebas cutáneas. Además, se realiza in vitro, a partir de muestras y no directamente del paciente.

6. ¿Cuándo surge?

A cualquier edad, aunque nunca hayamos sufrido una alergia: esta se desarrolla por la exposición continuada a una sustancia. A veces es un elemento nuevo en nuestra vida (así pasó con el látex o el kiwi). Pero y si nunca me ha afectado comer una manzana, ¿por qué sí a los 50? Los expertos demostraron la influencia de la alimentación durante el embarazo, la lactancia y la infancia en el desarrollo de enfermedades en la adultez, incluidas las alergias. Lo llaman ‘programación metabólica’. El estudio Earnest  demuestra el efecto a muy largo plazo de ciertos nutrientes ingeridos de niños.

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