Descendiente de una estirpe de jugadores madridistas que se remonta a Paco Gento y centrocampista blanco hasta el verano pasado, Marcos Llorente defiende ahora los colores del Atlético de Madrid donde se acaba de convertir en el gran héroe de su equipo frente al Liverpool. Con él charlamos sobre su nueva vida mientras luce las novedades de El Corte Inglés. Por Raquel Peláez/ Fotografía: Pedro Walter/ Estilismo: José Herrera
Charlamos con él cuando aún faltaban unos días para el crucial partido de Champions frente al Liverpool, jugado ayer, después del cierre de esta edición. Marcos se mojó y pronosticó O-O y pase del Atlético…, pero nada más lejos de la realidad. Al término de los 90 minutos, su equipo perdía 1-0. Todo se definía en la prórroga, en la que el centrocampista marcó dos inesperados golazos, cruciales para ganar la eliminatoria. En tiempos del coronavirus y en un partido que sí se disputó con público, Marcos Llorente se convirtió en el héroe inesperado de la jornada. “Nunca imaginé algo así. Fue una noche histórica para el equipo, el club y la afición. Un partido que recordaremos siempre”
En su árbol genealógico ya hubo dos mitos del fútbol que, como él, defendieron el escudo de los dos grandes clubes madrileños. su abuelo, Ramón Grosso, y su padre, Paco Llorente. De ellos, Marcos ha heredado la disciplina en el entrenamiento y los hábitos de alimentación. Cuenta que ya su padre experimentó con dietas veganas cuando, en España, aquello era cosa de extraterrestres. Ahora, el jugador del Atlético de Madrid sigue un régimen basado en la alimentación durante el Paleolítico.
XLSemanal. ¿Cómo se lleva eso de ser un ‘vikingo’ en el Atlético de Madrid?
Marcos Llorente. Muy bien. La afición se ha portado de diez conmigo. No he tenido problemas ni en el estadio ni en el entrenamiento ni en la calle. Estoy superfeliz porque lo han aceptado genial y yo he pasado página.
XL. ¿Cree que el Real Madrid fue injusto con usted?
M.L. No sé si justo o injusto, pero tanto mi familia como yo pensamos que ahí no debíamos seguir. Quería irme a otro lado donde apostasen más por mí.
XL. Se fue buscando minutos. ¿Tiene lo que quería?
M.L. Poco a poco. Cuando llegas a un club nuevo, tienes que adaptarte y es difícil comenzar jugando.
Cazadora, camisa y zapatillas, de Dustin; cinturón, de Easy Wear; y pantalón, de Emidio Tucci.
XL. En el nuevo equipo eligió el 14 de Gabi. ¿No da vértigo?
M.L. Sí, es una responsabilidad y un orgullo porque en el Atlético es un número muy importante. Grandes jugadores lo han llevado. Espero devolver todo eso o más.
XL. Y del vestuario del Madrid ¿conserva amigos?
M.L. Claro. Convives mucho tiempo con todos y siempre guardas afinidad. Yo tengo muy buena relación con Marco Asensio y con Lucas Vázquez.
XL. De los compañeros que ha tenido, ¿quién es el que más se arregla para saltar al campo?
M.L. Sergio Ramos y Ronaldo, seguro, pero no son los únicos. Quitando dos o tres, en el mundo del fútbol todos somos muy coquetos. Yo el primero. Me encanta cuidarme y vestir bien. Vamos, que me arreglo incluso para ir a dormir [se ríe].
XL. Otro clásico de los vestuarios son los motes. ¿Cuál es el suyo?
M.L. Ahora me llaman Boniato.
«En mi familia hay muchos que han llegado a competir en la élite y no lo vemos como algo especial»
XL. Llevando una dieta paleolítica es lo mínimo…
M.L. Sí, aunque a mí no me gusta llamarla así. Sigo una dieta basada en comida de verdad. Tomo pollo, pescado, carne, huevos y verduras. Lo que podría resultar un poco más extraño es que aparto los cereales y, como hidratos de carbono, utilizo patata y boniato.
Americana y vaquero, de Emidio Tucci; y camiseta de Lloyd’s
XL. Ahora es muy moderno saber de dietas, pero su padre ya lo hizo cuando jugaba en el Real Madrid.
M.L. Es que mi padre era un avanzado. En esa época no había Internet ni era fácil encontrar información sobre alimentación. Él iba probando un poco de cada dieta: vegetariana, vegana, solo frutas… Y se iba quedando con lo que mejor le sentaba. Yo le estaré eternamente agradecido porque desde pequeño me ha llevado por el camino de la vida saludable.
XL. ¿Y qué hace cuando sale? ¿Tira de tupper?
M.L. ¡Qué va! Cuando voy a cenar con mi novia o tenemos una barbacoa de equipo, soy el primero que se pone morado. También hay que disfrutar de la vida.
XL. Incluso ha convencido a su novia para que se una a la dieta ‘paleo’.
M.L. En realidad, no tuve que convencerla porque ella se dio cuenta de que le venía bien. Además, es igual que yo porque le encanta entrenar. Estoy encantado porque necesito una persona al lado que siga mi filosofía de vida.
Cazador y camiseta, de Lloyd’s; y vaquero, de Green Coast
XL. ¿Es ella la que consigue que mantenga los pies en el suelo?
M.L. Si algún día ocurriera, ella me los bajaría, pero hoy por hoy eso no pasa. Por suerte, en mi familia hay muchas personas que han llegado a competir en la élite y no lo vemos como algo especial. Hay que valorarlo y celebrarlo, pero tampoco hay que llevarlo a un extremo.
XL. Ha estado muy cómodo posando. ¿Qué tal la moda como plan B?
M.L. Ahora mismo es secundario, pero el día de mañana ¿quién sabe?
XL. Anda, que si ahora dice en casa que se pasa al mundo fashion… menudo disgusto.
M.L. Eso seguro [se ríe]. Pero no va a pasar. Esto solo me divierte porque me hace salir de esa dinámica de tanto fútbol.
XL. Porque en esas reuniones familiares no hablarán mucho de tendencias, ¿verdad?
M.L. Es que al final toda mi familia es deportista y en casa predomina el chándal [se ríe]. El tema de la moda no se toca mucho. Casi siempre hablamos de deporte. Incluso los que antes no eran muy aficionados al final han acabado cayendo.
Traje, de Dustin; y camisa y cinturón, de Easy Wear.
XL. Y mujeres deportistas en la familia ¿hay muchas?
M.L. Mi madre jugó al baloncesto y estuvo en el Canoe y en la selección española. Luego, nos tuvo a mí y a mi hermano y lo dejó para cuidarnos. Pero de las nuevas generaciones no hay jugadoras.
XL. Igual es que los sueldos que cobran las profesionales no son un aliciente, ¿qué le parece?
M.L. Nosotros, cada vez que el club nos pregunta si queremos apoyarlas, somos los primeros en hacerlo. Lógicamente, claro que me gustaría que ganasen más dinero, más felices seríamos todos.
XL. Tampoco es fácil en el mundo del fútbol hablar de asuntos como la homosexualidad.
M.L. Es un tema difícil y la poca gente que lo ha hecho es de una valentía tremenda. Entiendo que les cueste porque, parece mentira, pero todavía no está del todo aceptado. Ojalá algún día cambiemos.
Cazadora, de Emidio Tucci; camisa, de Dustin; cinturón, de Easy Wear; y pantalón, de Green Coast
XL. ¿Tanto perjudicaría a sus carreras hacerlo público?
M.L. Yo creo que es más por todo lo que se les puede venir encima. Por los insultos. Y, más que a ellos, a su familia, a su pareja…
«La gente solo se fija en la parte bonita del fútbol, pero fuera hay un montón de estrés y presión»
XL. Otro de los temas que tratan ustedes poco en público son la ansiedad y la depresión. Morata e Iniesta ya han hablado de ello.
M.L. Hay un montón de jugadores que lo han sufrido. La gente solo ve la parte bonita del fútbol: salen al campo, dan cuatro patadas, ganan dinero y se van a casa felices. Pero también te toca vivir rachas donde no juegas, las cosas no te salen bien o recibes millones de críticas: te silban, te insultan o te ven por la calle y se meten contigo. Por eso sufrimos mucho y nuestras familias también sufren una barbaridad. La gente no se da cuenta de eso, solo se fija cuando sales al campo, pero fuera hay un montón de estrés y de presión.
Maquillaje y peluquería: Manu Moreno
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