Edward O. Wilson, el ‘inventor’ de la biodiversidad

Mis científicos favoritos

Quizá relacionen ESA con la Agencia Espacial Internacional (en sus siglas inglesas), pero a mí me sirven para recordar los tres factores que determinan cuántas especies se encuentran en una zona cualquiera de la Tierra. ‘E’ de energía (solar) a que se expone esa región; ‘S’ de stability, estabilidad, millones de años en que esa zona ha permanecido intacta; y ‘A’ de área, superficie.
A mayores cifras en los tres casos, mayor el número de especies que allí habitan, mayor la biodiversidad.

Esta regla me la explicó Edward O. Wilson, gran biólogo evolucionista, considerado el padre de la sociobiología y el primero en utilizar el término ‘biodiversidad’ en una publicación académica. Con él pude hablar sobre la abundancia de especies de nuestro planeta, y uno de los datos que me dejó más atónito no fue el de los casi 2 millones de especies que hemos identificado, sino el de que se estima que nos quedan por conocer de 3,5 millones a 100 millones todavía (muchas de ellas, bacterias).

Pese a las cifras, cinco grandes extinciones a lo largo de la evolución han reducido la biodiversidad; algunas, a causa del impacto de un meteorito, sugieren los expertos. Ahora, según Wilson, protagonizamos la sexta extinción, y nosotros somos el gran meteorito.

Una de sus especialidades es el estudio de los insectos sociales. Para Wilson, las hormigas, las termitas, las abejas son un superorganismo donde la colonia es la unidad. Trabajan, se comunican, reproducen, atacan o defienden en pro de la colonia. Los humanos, en cambio, no somos un superorganismo.

Somos sociales, pero también independientes y nuestras colonias o sociedades responden a acuerdos, contratos y otros compromisos. ¡Ah! Y en uno de los aspectos en que nos parecemos a las hormigas es en las guerras. De hecho, a su lado nos quedamos cortos en cuanto a belicosidad. «Si les diéramos armas nucleares dice Wilson , habrían volado el mundo en una semana».


¿QUIÉN ES?

Biólogo y entomólogo.
87 años.
Es catedrático emérito de Entomología en Harvard con recono- cimientos como el premio Crafoord de la Academia Sueca de Ciencias (la misma que da los Nobel). También es escritor y divulgador, ganador dos veces del Premio Pulitzer.


¿DE DONDE VIENE?

Nació en Birmingham, Alabama (Estados Unidos). Hijo de un contable del Gobierno, cambió de ciudad a menudo durante su niñez. Ante la dificultad de hacer amigos con tanto traslado, encontró en la naturaleza y los animales esa complicidad perdida. Con 11 años ya sabía que quería
ser entomólogo.


¿QUÉ HA APORTADO?

Aunque sus contribuciones son muchas, la labor de Wilson destaca por el estudio de las hormigas y de las bases biológicas del compor- tamiento social de los seres vivos, lo que se denomina ‘sociobiología’. Una treintena de libros recoge su trabajo.


LA ANÉCDOTA

De siempre le interesaron los animales. A los 7 años perdió un ojo en un accidente de pesca. Luego le operaron en el otro ojo. Quedó con una visión de 20/10. veía bien de cerca y mal de lejos. Por eso se concentró en los insectos, los veía mejor que las aves y los mamíferos.

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