Barcelonés, 90 años. Leyenda viva del diseño industrial y del interiorismo, sus muebles y lámparas son auténticos clásicos. «Entre en una clínica con el fémur roto y allí cogí la COVID-19. Me pasé cuatro meses. Luego me mandaron a casa porque faltaban camas». Por Raquel Peláez /Fotografía: Daniel Méndez

→ Este último año lo he pasado muy mal. He ido trampeando con mi sentido del humor.

→ Primero entré en una clínica con el fémur roto y luego allí cogí todas las bacterias y virus, incluida la COVID-19, y me pasé ingresado cuatro meses. Al final, todavía con coronavirus, me mandaron a casa porque les faltaban camas. Como tenemos la suerte de tener jardín, me asomaba a la ventana, donde mi mujer y mis hijos podían verme. Primero enseñaba una mano, más tarde logré ponerme en pie y un día ya abrí la ventana y le canté a mi mujer: «Cuando se quiere de veras como te quiero yo a ti». ¡Fue emocionante! Para ser feliz, hay que tener sentido del amor y sentido del humor.

→ No es la primera vez que me veo en una de estas. A mí me han llegado a dar la extremaunción. Fue cuando hacía el servicio militar. Tuve una meningitis cerebroespinal meningocócica. ¡Un nombre precioso! Cuando me dieron la extremaunción, noté un bienestar que me hizo pensar que la muerte no era una tragedia. Pero la verdad es que me salvaron gracias a la penicilina que trajeron de Estados Unidos.

→ Tengo una moto que no he vuelto a coger desde que me operé, pero tengo la ilusión de volver a cogerla. Quiero volver a ir con los amigos, volver a ir a museos. Recuperar la vida que hacíamos… Que nos hemos quedado todos colgados en casa.

«Acompañar sin molestar es un logro, lo haga una persona o un mueble»

→ Yo empecé a estudiar Arquitectura, pero mi vocación era el diseño. En él tienen que darse utilidad y belleza. El mejor diseño acompaña y no molesta. Acompañar sin molestar es un logro. Lo haga una persona o un mueble.

→ Me considero un conservador progresista y un ‘evolucionario’ antes que revolucionario. Me molesta que el progreso consista en destrozar todo para volver a empezar. A mí me interesa todo lo contrario. aprovechar lo que está bien.

→ Mi padre nos dijo a mis hermanos y a mí: «Pensad que vuestro padre no tiene fortuna. Espabilad». Y yo ahora lo que les diría a mis nietos es que sean honrados y que escojan una carrera o un trabajo que les apasione. ¡Y que no fumen!

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