Sufre una enfermedad que le afecta a la audición y al equilibrio. Por Fátima Uribarri / Fotos: Cordon Press y Getty Images
Fue durante una audiencia. «De repente, el oído izquierdo se me taponó. Al mismo tiempo empecé a notar zumbidos y silbidos. Me llevaron al hospital porque apenas podía sostenerme en pie», ha contado el arzobispo Georg Gänswein, uno de los hombres más apuestos y poderosos del Vaticano. Gänswein es un caso único: trabaja para dos papas.
«Me llevaron al hospital porque apenas podía sostenerme en pie», ha contado Gänswein
Desde hace quince años es el secretario de Benedicto XVI, que también lo nombró prefecto de la Casa Pontificia. Cuando, hace cinco años, Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el Papa Francisco, lo confirmó en el cargo. El arzobispo Georg Gänswein, doctor de Derecho Canónico, de 61 años, visita a Benedicto en el monasterio Mater Eclesiae y da un paseo diario con él por los jardines del Vaticano. A Francisco le organiza los encuentros oficiales y las audiencias. Sus problemas de oído repercuten en su trabajo. Ha perdido audición, tiene un tinnitus -un pitido muy molesto- y sufre mareos. Los médicos hablan de una dolencia seria que puede estar relacionada con el estrés y le aconsejan más descanso y deporte. Gänswein ha dicho que retomará el tenis, que abandonó con la llegada de Francisco.
Georg Gänswein nació en Alemania hace 61 años. Su padre era herrero y su madre, maestra. Es doctor en Derecho Canónico, secretario del Pontífice Benedicto XVI y le lleva la agenda al Papa Francisco.
No hay pontífice que se le resista
Amigo de Francisco
Georg Gänswein planifica las audiencias y los encuentros privados del Papa Francisco. Hay afinidad entre ellos. «Cuando salí del hospital, el Papa Francisco me dijo que me tomara todo el tiempo necesario para recuperarme», ha contado el arzobispo Gänswein. Ha retomado el trabajo tras sus problemas de oído, pero ha bajado el ritmo: ya no se queda en su despacho por la noche.
Secretario y confidente de Ratzinger
Es el secretario privado de Benedicto XVI desde 2005. Lo visita a diario en su retiro del Vaticano. «Le cuento cómo han ido las audiencias y los encuentros del día. El Papa Benedicto escucha con interés. Pero no hace comentarios, no es su estilo», ha contado el arzobispo alemán Georg Gänswein.
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