Inmigrantes iraquíes son detenidos al intentar pasar la frontera de Turquía envueltos en papel de aluminio para evitar el escáner. Por Raquel Peláez

Los agentes de aduana del distrito de Pendik, en Estambul, no daban crédito. Entre aquella maraña de papel de aluminio que encontraron al fondo de un camión sobresalían brazos, pies y hasta narices. Todo estaba en silencio y el escáner de rayos X no había detectado nada extraño. Sin embargo, el peso de aquel furgón que debía llevar piezas de automóviles sobrepasaba los límites. Un error de peso con el que no habían contado los inmigrantes iraquíes que pretendían llegar a Grecia burlando los sistemas de seguridad con aquella suerte de jaula de Faraday.

Los inmigrantes no contaron con que su peso sobrepasaba el límite de carga

Y es que, huyendo de un país donde las condiciones de vida lo arrastran a uno a la miseria y en el que la amenaza yihadista no termina de desaparecer, es fácil cometer errores.

Pretendían que el aluminio evitara que saltaran las alarmas en la aduana

Finalmente, el grupo fue detenido y con ellos el conductor del camión. En los últimos años, Turquía se ha convertido en la puerta de entrada a Europa de los refugiados, sobre todo desde el comienzo de la guerra civil en Siria.

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