Seguro que este nombre ya empieza a sonarle. No en vano Huawei es la tercera empresa que más móviles vende en todo el mundo: fue fundada en China hace 30 años por Ren Zhengfei, un ex-ingeniero del Ejército. Por Carlos Manuel Sánchez

• Vuelven los móviles básicos

«Circulan rumores de que en nuestra empresa hay gente que quiere jubilarse a los 34 años. Me pregunto quién les va a pagar la pensión. Huawei no tiene dinero para esas cosas. Si no seguimos luchando, nos hundiremos».

Así las gasta Ren Zhengfei, de 72 años, antiguo oficial del Ejército Popular chino, miembro del Partido Comunista y fundador de Huawei, la tecnológica más rara del mundo.

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Ren Zhengfei es un hombre poderoso en China, como muestra esta imagen de 2015, cuando el presidente chino Xi Jinping visitó sus oficinas en Londres aprovechando una visita de Estado

Todo es peculiar en Huawei, un gigante con 30 años de historia que, convertido en el tercer vendedor mundial de teléfonos inteligentes, ya le pisa los talones a Samsung y Apple. Una hazaña con un mérito añadido, ya que tiene vetado el acceso a Estados Unidos -está en la lista negra del Gobierno-, el país donde se venden más móviles de gama alta, por sus presuntos lazos con el espionaje chino, que el empresario niega.

Zhengfei es un tipo curioso. Apenas aparece en los medios, pero escribe largas cartas a sus 180.000 empleados donde, entre floridas metáforas y dolorosas collejas, ejerce de abuelo cascarrabias. Ya no está al mando, pero todo en Huawei está impregnado de su filosofía.

En una de sus últimas misivas acusa a sus trabajadores de perezosos. Lo cual tiene su miga, pues son frecuentes las semanas de 60 horas. Y la inquietud se ha extendido entre la plantilla. «Gano más de lo que nunca hubiese imaginado -confiesa un empleado de marketing-. Pero no sé cuánto más aguantaré. Aquí, nadie se atreve a coger vacaciones porque los jefes tampoco lo hacen».

La paradoja es que el sueño de cualquier universitario chino es trabajar en Huawei, cuyo prestigio equivale al de Google o Facebook en Estados Unidos. Su cuartel general se ubica en Shenzhen, la Silicon Valley china, en un campus moderno y estiloso. Recluta a los mejores ingenieros, paga sueldos muy poco ‘chinos’ y la edad media de la plantilla es jovencísima: 27 años.

«Gano más de lo que nunca imaginé -dice un empleado-. Pero Aquí nadie se atreve a coger vacaciones porque los jefes tampoco lo hacen»

Otra rareza. Los dueños son sus empleados, ya que es una especie de cooperativa que no cotiza en Bolsa. Los únicos accionistas son los trabajadores, que tienen participaciones que no pueden vender y que les son adjudicadas de acuerdo con su puesto.

Además, la presidencia es rotatoria, un legado de Zhengfei para que el liderazgo no dependiese de un solo individuo. El puesto de CEO se va turnando cada seis meses entre un grupillo de ejecutivos en el que no están los hijos de Zhengfei, aunque trabajen en Huawei. Según el patriarca, «no tienen lo que hay que tener» para sucederlo. Es decir: visión, ambición y carácter, además de una perspectiva global y sabiduría para llevar el timón. «Los miembros de mi familia no poseen esas cualidades -asegura- y nunca estarán al mando».

El actual consejero delegado, Eric Xu, dijo hace poco que no le ve utilidad a los relojes inteligentes, tan de moda. Y eso que su empresa los fabrica. Que alguien con tanta responsabilidad ponga en duda la necesidad de sacar un gadget rompedor cada poco tiempo, uno de los legados de Steve Jobs, prueba que en Huawei funcionan de otra manera.

huawei, telefonos, tecnologia, xlsemanal (2)Trabajar en Huawei, cuya sede está en el distrito Longgang de Shenzhen -el Silicon Valley chino-, es una aspiración para millones de chinos

El fundador, por cierto, se pasea por la sede como un fantasma. «Mi mujer dice que soy un cabezota, pero no tengo hobbies y, si no trabajase, mi vida sería aburrida. Voy a la oficina, hablo con mis colegas, los escucho; eso hace mi vida interesante -confiesa-. La gente me pregunta por qué me paso todo el día por allí sin nada que hacer. Les digo que estoy al mando de la presa del río Yangtsé. No tengo nada que hacer si no hay una riada. Si la riada es pequeña, tampoco es asunto mío. Pero nadie en Huawei quiere ver una riada grande». Porque en el feroz mundo de la tecnología las riadas son devastadoras. Que se lo pregunten a los directivos de BlackBerry o Nokia.

Aprovechar el mal ajeno

Huawei intenta aprovechar el annus horribilis de Samsung -suspendió la venta y producción del Galaxy Note 7, cuyas baterías ardían, con unas pérdidas de 5000 millones de euros- para disputarle la supremacía. Las ventas de Samsung, sin embargo, resisten, aunque según los analistas deberá cambiar su estructura corporativa, casi feudal, donde no hay críticas a los superiores y los problemas se guardan en el cajón. El resultado: un fallo garrafal en las baterías que nadie se atrevió a mencionar. En comparación, Huawei es menos rígida, aunque también le crecen los enanos. Por la gama baja. Los móviles Oppo ya los superan en ventas en China.

No es algo que preocupe a Zhengfei, que para situar a su compañía como la décima tecnológica del mundo -con un valor de 25.000 millones de dólares y crecimiento del 28 por ciento- y jugar en la misma liga que Google, Microsoft, Amazon o Alibaba tuvo que sacudirse el sambenito de los productos chinos: barato, pero deleznable. «Precios bajos, baja calidad y bajos costes destruirán nuestra competitividad. Un negocio debe tener márgenes de beneficio razonables y una inversión continua. Recortar demasiado esos márgenes arruinará el desarrollo de productos», explica.

Por eso, casi la mitad de la plantilla se dedica a investigación y desarrollo. A pesar de las acusaciones de espionaje industrial, en Huawei presumen de haber presentado decenas de miles de patentes. Y, así, de repente, allá por 2010, los consumidores se percataron de que los móviles Huawei tenían un precio competitivo y que sus prestaciones también lo eran. Fue el despegue.

En sus inicios, allá por 1987, ni siquiera fabricaba móviles. Solo era un proveedor de telecomunicaciones. Se abrió paso con muchas dificultades. Las redes urbanas se adjudicaban a compañías estatales o, con la apertura del sistema económico, a empresas extranjeras. Así que Huawei se tuvo que conformar con las sobras.

La presidencia cambia cada seis meses. Varios ejecutivos se turnan en el puesto. Así la firma no depende de un solo individuo

Suculentas, eso sí: el inmenso mercado rural chino, entonces muy pobre. Que las ratas no se comieran los cables era la prioridad. Huawei se ganó una reputación de solucionar problemas y de adaptarse a los clientes, por muy remota que fuera la aldea.

Zhengfei, el mayor de siete hermanos, ya tenía fama de habilidoso y con recursos en sus días como ingeniero en el Ejército. Su abuelo era cocinero experto en curar jamones; su padre, contable; y su madre, profesora. La familia emigró a Cantón con la ocupación japonesa. Ren estudió en la Universidad de Chongqing y luego se alistó. Los recortes en 1982 lo obligaron a abandonar la milicia y se mudó con su mujer y sus hijos a Shenzhen, donde abrió un negocio de electrónica.

Hoy, Huawei es el mayor proveedor de servicios de telecomunicaciones para operadores de telefonía, con presencia en 140 países. Conecta a un tercio de los teléfonos móviles del mundo. Sigue siendo su negocio principal. Y su ventaja se puede incrementar con las nuevas redes 5G, pues levanta la infraestructura que luego usan sus propios dispositivos. Para asaltar definitivamente los cielos, confía en el Huawei P10, con una cámara Leica incorporada. Deberá competir con el nuevo Galaxy S8 y con el iPhone. Sus ingenieros trabajan en dotar a los smartphones de un asistente digital, como el Siri de Apple; mientras en Samsung preparan en secreto el lanzamiento de un móvil plegable que se convierte en tableta. Huawei ha fichado a Messi para la publicidad. Y a la marca Porsche para el diseño.

Para sacudirse el sambenito de los productos chinos: barato, pero malo, casi la mitad de la plantilla se dedica a I+D

Pero Zhengfei tiene los pies en el suelo, aunque compare el destino de su país con el de su empresa. «La vida en China era muy simple. Por ejemplo, no sabíamos que podía haber retretes dentro de las casas. ¡Y mantenerlas limpias además! Estábamos aislados. Uno de los principios de la termodinámica es que los sistemas aislados terminan por colapsar. Es lo que se conoce como ‘muerte por entropía’ o ‘muerte térmica’. La temperatura baja y no queda energía libre para crear y mantener la vida. En las sociedades pasa lo mismo. Necesitan estar abiertas, intercambios de energía, tecnologías de otros países, maneras diferentes de dirigir, nuevas ideologías… El impacto ideológico puede ser positivo o negativo, pero la prosperidad de China en los últimos 30 años indica que ha sido positivo, aunque haya algunos efectos negativos».

Los tres grandes en China

Oppo R9S

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A los chinos les encantan los dispositivos de Oppo, que de momento no están disponibles en Europa.

Vivo V5 plus

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Vivo también forma parte del triunvirato de las marcas en ascenso.

Huawei P10

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Del nuevo smartphone premium se dice que podría plantarle cara al iPhone.

Las marcas tecnológicas más valiosas del mundo

Variaciones con respecto al año anterior y valor de mercado en miles de millones de dólares.

Google. +24% 110

Apple. -27% 107

Amazon. +53% 106

Microsoft. +13% 76

Facebook. +82% 62

Samsung. +12% 51

IBM. +14% 36

Alibaba. +94% 35

Oracle. +17% 26

Huawei. +28% 25

Mercado mundial de Smartphones (Procentaje 2016)

  • Samsung 21
  • Apple 14
  • Huawei 9
  • Oppo 6
  • Otros 50

SAMSUNG CONTRA HUAWEI

Samsung

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Propietarios
Aunque es una empresa que cotiza en Bolsa, el poder lo sigue ejerciendo la saga fundadora de los Lee.

Nuevos Productos
El Galaxy S8 es el último smartphone de Samsung. Todavía no ha sido presentado oficialmente.

Empleados
489.000

Divisiòn
Samsung es un consorcio mixto que, además de smartphones, también fabrica barcos, motores y dispositivos electrónicos de todo tipo, a lo que se une su actividad en el negocio de los seguros.

Planes
El mundo aguarda con expectación la llegada del móvil plegable. Desplegado, se convertiría en una tableta.

Colaboradores
Samsung acaba de desarrollar el Galaxy Book con Windows. Para su publicidad cuenta con Cristiano Ronaldo.

Huawei

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Propietarios
Los trabajadores poseen el 98,6 por ciento de las participaciones. El fundador, Ren Zhengfei, solo conserve el 1,4 por ciento.

Nuevos Productos
El smartphone Huawei P10 pretende ganar puntos con una cámara Leica especialmente buena.

Empleados
180.000

División
Huawei es el número tres en el mercado de los smartphones, pero el mayor proveedor del mundo de servicios de redes. Su ventaja podría incrementarse aún más con las nuevas 5G.

Planes
Un asistente digital, como Siri de Apple, hará que los smartphones de Huawei sean más inteligentes.

Colaboradores
Entre los socios de Huawei figuran Leica y Porsche Design. La firma acaba de fichar como imagen a Leo Messi.

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