¿Qué factores marcarán la economía del futuro?

El Estado -que lo sabe todo- se enteró de que mis vecinos franceses habían adquirido un piso para pasar el verano y decidió que actualizaría su contador de años pasados; como es lógico en un Estado benefactor pródigo como el que más -tal era el caso de Francia-, había llegado el momento de que, sin previo aviso, un funcionario público comprobara que el viejo contador arrojaba una factura muy por debajo del nivel corriente.

Sencillamente, el viejo Estado había decidido con toda la razón del mundo que no le convenía seguir subvencionando el gasto energético de alguno de sus vecinos y que, a partir de ahora, cambiaría el contador y el sistema de pago para adecuarlo a sus nuevas necesidades. Sin preaviso ni negociación previa con el afectado. Las necesidades de dinero líquido no dejaban al Estado más salida que la de invadir el ahorro de sus ciudadanos.

Lo anterior es una muestra microscópica de la invasión que se avecina por parte del sector público. Como ha demostrado lo ocurrido con varios países emergentes -entre ellos, China-, la brusca subida de los salarios cuestiona la realidad de una economía basada en salarios bajos y exportaciones. Se olvida que los aumentos de productividad le permitieron a China crecer rápidamente con bajos índices de inflación. Este cuento se ha terminado.

La autora Simone Wapler, directora de las publicaciones Agora, especializadas en análisis financiero, no teme enunciar lo evidente. Cuando se tiene prisa, es más fácil y sobre todo más rápido echar mano del ahorro y recaudar impuestos que reducir el gasto público . Eso es exactamente lo que va a ocurrir en los próximos meses en España, a pesar del sol y calor que ha irrumpido en el verano de tantos españoles. La gente tiene derecho a preguntarse lo que va a ocurrir con sus ahorros. Es, probablemente, la pregunta más importante del acertijo económico. Hoy por hoy, solo parece haber una realidad insoslayable. dentro de cinco años, los países pioneros no van a ser necesariamente los que lo fueron en el pasado. ¿Cuáles son las claves del futuro inmediato?

Es bueno llamar la atención sobre un cambio del que apenas se ha hablado. desde hace dos o tres años ha crecido el porcentaje de inversiones dedicadas al crecimiento de empresas de consumo bien gestionadas. Mientras subía notablemente el porcentaje de inversiones dedicadas a la fabricación de bienes de consumo con alto contenido tecnológico, disminuían aparatosamente las inversiones en empresas públicas con ingresos inciertos.

Es totalmente erróneo menospreciar estos cambios porque marcan una tendencia para los próximos años. A los inversores les van a interesar los detalles que marcan las nuevas tendencias, no solo eligiendo mejor el tipo de empresas con futuro, sino los países mejor gestionados. Nos tenemos que dar cuenta de que los futuros mercados innovadores llamarán la atención por sus características individuales y ya no por pertenecer a un determinado grupo de países en boga.

Al contrario de lo que ha ocurrido tantas veces en el pasado, se acabaron las historias fraudulentas de empresas sin futuro en las que se fijaban los inversores simplemente por ubicarse en mercados innovadores. Se acabó el tiempo en el que había naciones que podían viajar gratis en un tren hecho a medida solo para jugadores empedernidos, aunque tuvieran suerte en la primera parte del viaje.

El mundo que viene estará marcado por unos cuantos mercados, no necesariamente los más mencionados. Tal vez Filipinas, Corea del Sur o la India. Será preciso fijarse en mayor medida que en el pasado en los niveles tecnológicos y la forma global de gestionarlos. Y en las inversiones en empresas de consumo con gran contenido tecnológico vinculado, necesariamente, a un buen sistema educativo.

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