Sandra Luis: 8 años de acomodadora
«Ahora, con la norma de que no se puede comer dentro, me intentan colar las palomitas; he visto a gente esconderlas hasta en la espalda. Pero sobre todo se dejan cosas muy raras en la sala: un sujetador, una dentadura, prótesis… Un día nos desapareció un cliente, sin saber por dónde había salido. La familia buscándole y nosotros ‘¿pero seguro que ha venido a este cine?’. Y apareció en los cines de al lado, los Renoir. Así que debemos de tener un agujero negro en algún lado porque el señor fue al baño y no sabe por dónde salió, pero apareció en otro cine. Estuvimos todos buscándolo una hora».