Un cementerio submarino en Cabo de Palos

La tragedia del Sirio -llamarlo el Titanic del Mediterráneo– es solo una muesca más en el trágico historial de las aguas de Cabo de Palos y la reserva marina de las islas Hormigas, un cementerio submarino en el que reposan restos de más de 50 naufragios. Por C. M. Sánchez/ Fotografía Gonzalo Pérez Mata

1 El carbonero, hundido a lo pirata · El Carbonero, así llamado por la carga que llevaba, fue hundido por el marino Arnauld de la Perrière, el mayor depredador de la Marina Imperial alemana. Desde su submarino, hundió 194 barcos. Además de torpedearlos, los abordaba como un pirata y, ya saqueados, los dinamitaba. En 1917, en Cabo de Palos, despachó a cuatro vapores en un tiempo récord, menos de 48 horas, entre ellos el Carbonero.
2 El Minerva, caído bocabajo · Muy cerca del Sirio, a apenas 15 metros, están los restos del Minerva, también llamado ‘el Bocabajo’ porque descansa del revés en el lecho marino. El Bajo de Fuera, un montículo submarino, le abrió una grieta enorme en proa. Era un vapor de carga británico que desplazaba 2123 toneladas y transportaba raíles de ferro-carril. Se hundió en 1899.
3 El Sirio, el Titanic del Mediterráneo · Los buques hundidos en Cabo de Palos, como el Sirio, están diseminados a cotas que van desde los 30 a los 70 metros. Es fácil llegar a ellos, pero no son fáciles de fotografiar. El fotógrafo Gonzalo Pérez Mata trabaja en un extenso proyecto sobre este camposanto sumergido, con la autorización de la comunidad de Murcia.
4 El Isla Gomera, un mar de naranjas · El Isla Gomera, también llamado ‘el Naranjito’, por su cargamento de naranjas, estaba mal estibado. Eso hizo que un golpe de mar desplazara la carga y se fuera a pique. La única víctima mortal fue la mujer del maquinista. Era su primer viaje en barco, quería conocer Barcelona, destino final del barco. Durante semanas, miles de naranjas devueltas por el mar fueron llegando a La Manga y alfombrando la arena.
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